Una experiencia extrema que sirvió para mostrarte a tí misma de qué temple estás hecha, que te creces en las dificultades y que en un caso extremo no te animas, hechas para adelante y cuando te permites desahogarte - como en esa oportunidad con el llanto - es porque ya pasó el peligro y te ganaste ese rato de catarsis. Muy buen post. Gracias por compartir. Suerte en la iniciativa.
Gracias a ti por estar, las circunstancias son los impulsos que te pone la vida. Muchas de las veces extremos pero te forjan.