Saludos y un abrazo inmenso a todos los hivers de esta preciosa comunidad, aquí les traigo uno de mis escritos, les pido disculpas al lector inteligente y espero que sea de su agrado.

No fue un proceso consciente, te juro que mi yo nunca hubiera actuado de esa manera, la mente y el alma entraron en conflicto como si no fueran huésped de un mismo cuerpo. Sucumbí ante el duelo de la distancia y los deseos.
Me costó mucho acostumbrarme, pensé que mis días habían terminado. Que poder tiene el amor de engañar descaradamente.
Pasó un año y me dí cuenta que ya no estaba triste que conciliar el sueño después de una tila había sido una de las ideas más productivas que había tenido.
Que descubrir el poder que tienen las letras resucita hasta el poeta que yace junto al verso inconcluso que nunca nadie leyó.
Al cigarrillo le cogí tal repulsión que mis pulmones palpitaban de alegría. Sonreír fue medicina y comencé a ver el mundo exterior.
No fue amor propio lo que faltó, mucho menos confianza en sí misma, fue que descubrí que amaba a alguien sin alma de poeta.
¿Poeta? Sí, descubrí otro mundo cuando te fuiste, personas que aman tanto que el amor les sobra para ofrecerlo entre letras.
Ahora no lloro, ahogo mis lágrimas en un verso escrito sin normas, ni una rima absurda que intenta maquillar lo que de veras siento.
Mis noches de insomnio ya no son por ti, se las dedico a las musas de turno, a la que se sienta aludida por lo que pasó en el día.
Mi vida pasó de la realidad a vivir en un mundo que yo misma estoy creando, novelas idílicas, musas coquetas y desprendidas, momentos a solas donde las historias las escribo, protagonizo y les doy un final a mi conveniencia.
Te digo todo esto no buscando tu aprobación, mucho menos un consejo que puedo interpretar como descabellado y persuasivo, te lo confieso porque es lo que verás debajo de las sábanas que un día cubrieron un amor sincero y desenfrenado.
Otra cosa, si decides volver, debes leerte bien el libreto, mi guión es libre, lo que se le ocurra al actor, nada de cuestionamientos ni inseguridades, cuando te fuiste me curé de todo eso.
Si las puertas de mi habitación aún siguen abiertas para ti es sólo porque el lado de mi cama que un día fue tuyo todavía sigue vacío. No es desamor, es venganza, no contra ti sino contra todos los demonios que llevo dentro.
Aprendí y te juro que no fue leyendo historias ajenas, aprendí sobre mis pasos, una y otra vez hasta que descubrí donde di el mal paso.
Aprendí de mis heridas, las curé aquí dentro de estas cuatro paredes, en silencio y de testigo un borrador electrónico que borro y reescribo cada vez que avanzo, cada vez que me miro al espejo y digo ahora sí aprendí.
