Writing Between Stories and Letters/ El Poeta [Esp - Eng]

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El Poeta

La noche era lóbrega, llena del graznido de los cuervos que volaban sobre el techo de aquel pálido hombre que no lograba conciliar una sola hora de sueño. Tenía grandes ojeras, con el cuerpo delgado y un aspecto desaliñado que a ojos vecinos lucía como un espantapájaros macabro.

Irónico que aquellos cuervos rodeaban la casucha en la que que vivía el hombre, y todas las noches algunos se detenían sobre las ramas secas de un sauce llorón seco que quedaba junto a su ventana. Parecía que no lucía como un espantapájaros después de todo.

Era viudo, sin hijos que criar, pero le pesaba la vida, se le consumía cada noche como las velas que encendía para iluminar el destartalado escritorio que le hacía compañía en su habitación. Sus ojos eran como dos cuencas vacías, sin intención alguna. La piel reseca, y los labios negros y agrietados por la tinta que los manchaba.

Nunca salía de aquella casucha, no interactuaba con nadie, no respondía la correspondencia, no tenía una mascota que lo acompañará. Solo era él, y aquella fría casa que albergaba su tristeza y sus más desesperadas ansias de grandeza después de la muerte. Recordaba cada noche, con la luz de una luna menguante, el esplendor de su amada, a quien escribía poemas cada día.

Ella lo había dejado con premura, había roto la promesa de permanecer juntos por toda la vida, de formar un séquito de intelectuales que escribieran maravillas como las que él escribía para ella. Se sumió en la lobreguéz del cielo negro, en el humo de la chimenea, en la tinta que no dejaba de correr en cada pedazo de papel que hallaba.

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Escribía poemas todas las noches. Todos dedicados a su gran amor, a su dueña, a aquella que le había robado el corazón para hacerlo trizas con su partida. Escribía sonetos, prosa y cartas que quemaba en la llama de la vela que iluminaba la estancia. Escribía deseos de ser el gran poeta que ella siempre deseó. No le importaba si era póstumo, ya que no deseaba salir de aquella reclusión a la que se había sometido.

Pero nadie conocía a aquel pobre desgraciado. Nadie tenía idea de que aquella alma en pena, era el gran poeta que vivía en la mansión de los Wolkstein y que con la perdida de su gran amor había caído en el desasosiego y el ron. Que era aquel que se había sumido en la desdicha y que ahora albergaba su pobre y desolado cuerpo en aquella casucha triste y profana.

Los cuervos no se iban de su lado, solo esperaban la visita de la parca. Graznaban y graznaban. Observanban y observaban, con una paciencia calculadora, que la huesuda llegara. No faltaba mucho, la desnutrición y el desvelo tenían al poeta de la mano y no lo soltaban. Escribía y escribía, mirando a la ventana en busca de una señal firme de que la hora estaba llegando. Mojaba la pluma en el tintero; su débil mano guiaba la punta para escribir una vez más. Sentía que ya estaba a punto de terminar; el cansancio en su pecho, el sofoco y el malestar, el dolor de cabeza y el graznido de los cuervos ya no los podía soportar.

Y aunque su mano temblaba, el poeta quiso continuar aquel verso que denunciaba su final.

Me entrego ante ti, amada muerte que has de tomar mi mano y conducirme con mi amada. Me entrego a ti sin dudar. La vida ya no me alcanza. No puedo esperar más, así que me entrego a ti. Ven por mí, y llévame a dónde la vida ya no tiene sufrimiento, donde la felicidad es producto de tu amor, de mi amor, de nuestro amor.

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The Poet

The night was dreary, filled with the cawing of the crows that flew over the roof of that pale man who could not get a single hour of sleep. He had dark circles under his eyes, with a thin body and a disheveled appearance that to neighboring eyes looked like a macabre scarecrow.

Ironic that those crows circled the hovel in which the man lived, and every night some of them would stop on the dry branches of a dried weeping willow tree that stood by his window. It seemed he didn't look like a scarecrow after all.

He was a widower, with no children to raise, but he was weighed down by life, consumed every night like the candles he lit to illuminate the rickety desk that kept him company in his room. His eyes were like two empty sockets, without any intention. His skin was parched, and his lips were black and cracked from the ink that stained them.

He never left that hovel, never interacted with anyone, never answered the correspondence, never had a pet to keep him company. It was just him, and that cold house that housed his sadness and his most desperate longings for greatness after death. He remembered every night, with the light of a waning moon, the splendor of his beloved, to whom he wrote poems every day.

She had left him in haste, had broken the promise to stay together for life, to form a retinue of intellectuals who would write wonders like the ones he wrote for her. He immersed himself in the gloom of the black sky, in the smoke of the chimney, in the ink that did not stop running on every piece of paper he found.

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He wrote poems every night. All dedicated to his great love, to his mistress, to the one who had stolen his heart to shatter it with her departure. He wrote sonnets, prose and letters that he burned in the flame of the candle that illuminated the room. He wrote wishes to be the great poet she always desired. He did not care if it was posthumous, since he did not wish to leave the seclusion to which he had subjected himself.

But no one knew that poor wretch. No one had any idea that that soul in pain was the great poet who lived in the Wolkstein mansion and who, with the loss of his great love, had fallen into restlessness and rum. That he was the one who had plunged into misfortune and who now sheltered his poor and desolate body in that sad and profane hovel.

The crows did not leave his side, they only awaited the visit of the grim reaper. They cawed and cawed. They watched and watched, with calculating patience, for the bony one to arrive. It was not long now, malnutrition and sleeplessness had the poet by the hand and would not let him go. He wrote and wrote, looking at the window in search of a firm sign that the hour was coming. He dipped the pen in the inkwell; his weak hand guided the tip to write once more. He felt that he was about to finish; the tiredness in his chest, the flushing and the discomfort, the headache and the cawing of the crows he could no longer bear.

And although his hand trembled, the poet wanted to continue that verse that denounced his end.

I surrender myself to you, beloved death, who will take my hand and lead me to my beloved. I surrender myself to you without hesitation. Life is no longer enough for me. I can wait no longer, so I give myself to you. Come for me, and take me to where life has no more suffering, where happiness is the product of your love, of my love, of our love.

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Está ha sido mi participación en la iniciativa Writing Between Stories and Letters.

No sé que tan sutil sea está historia, pero me he inspirado en un escritor magnífico: Edgar Allan Poe. Algunas referencias están más que claras.

Espero que disfruten de la lectura. He puesto mucho cuidado y cariño en esta historia y realmente espero que llegue a ustedes.


This has been my participation in theWriting Between Stories and Letters' initiative.

I don't know how subtle this story could be, but I've taken inspiration in the greatest: Edgar Allan Poe. Some references are more than clear.

I hope you really enjoy the reading. I've put a lot of care and love in this story. I hope it gets to you.

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Bienvenidas delegaciones / Delegations welcome
Encuentra nuestra comunidad aquí / Find our community here
Trail de Curación / Curation Trail

Gracias por su apreciación. 🤗

Hola. Muchas gracias por aceptar nuestra invitación y sumarte a la iniciativa de nuestra comunidad para celebrar el Día Internacional del Escritor.

Para mí ha sido un placer crear esta historia para está iniciativa. Un saludo.

Me gustó mucho.
Es uno de mis favoritos también, sus historias oscuras y de lamentos, expresan lo que pasaba su alma en aquellos momentos.
El cuervo su tremendo clásico.
Leonora o mi amada Leonora...
Gracias por participar.
Buena tarde.

Muchas gracias por tu comentario. Sabía que esas referencias no pasarían desapercibidas. Me alegra que te haya gustado. Para mí ha sido un gusto escribirlo. Saludos.

Podrá ser fatalico lo que hizo el poeta, pero siempre me imagino que mis momentos en donde deseo expresar mis sentimientos se ven de esa manera, exagerados.

Oh, sí. Estoy de acuerdo contigo. Digamos que para la época, fue algo bien interesante, aunque hoy día no muchos lo vean así. Gracias por tu comentario. Saludos.

Qué oscuras noches las de Poe, tan oscuras como su alma y sus escritos y esa pasión desenfrenada hacia la muerte. Me gustó este homenaje que le has hecho. Saludos.

Gracias por visitar y dejar tu comentario. Sin lugar a dudas, Poe ha dejado una marca en mí. Saludos.

¡Hola!
Hay buenas noticias en tu Wallet 😁
Te hemos enviado un modesto regalo en tokens LUV y Puntos Ecency agradeciendo tu participación en las iniciativas de Writing Club. Esperamos seguir contando con tu participación en los próximos retos, todavía tenemos muchas más sorpresas guardadas para ustedes.

❤️❤️😍 Muchas gracias. Yo espero seguir compartiendo con todos ustedes y seguir participando en las nuevas iniciativas que se avecinen. Un saludos a todo el Team de la comunidad y a ti @susurrodmisterio.