Versión en español
Internado en la jungla pone a prueba su fortaleza mental y las supuestas habilidades de supervivencia que cree dominar luego de leer un denso manual.
Pronto descubrió la diferencia entre la teoría y la práctica, así como la engañosa impresión del auto conocimiento.
Temió encontrarse con grandes depredadores, pero menospreció a los minúsculos insectos, adversarios formidables ávidos en atacarle a pesar del aerosol repelente.
La mochila ergonómica sobre la espalda en vez de aligerar la carga después de consumir la ración, parecía hacerse más pesada.
El plan era atravesar la jungla en cinco días hasta llegar a la población más cercana sin recurrir al camino asfaltado.
Era consciente de los cuentos sobre algunas desapariciones notables de excursionistas expertos en la región. Más el espíritu aventurero hizo que él quisiera descubrir lo ocurrido con los desafortunados.
Armado con un cuchillo multi propósito en el cinto y el potente rifle semi automático, sintió una falsa seguridad.
No obstante, era la primera vez enfrentando a los sonidos de la jungla e intentando reconocer la dirección de procedencia de estos.
Con cada paso, el estado de alerta permanente comenzó a mermar su confianza. A diferencia de un paseo en un parque de ciudad, allí estaba solo a su propio riesgo.
Bajo los tupidos árboles era difícil ubicar los sitios de referencias preestablecidos en el mapa. Consideró trepar a la cúspide de uno de estos para divisar y comprobar que seguía el rumbo correcto.
Evaluó dejar al pie del robusto prodigio vegetal el rifle y la mochila para ascender, confiando en el gran cuchillo en caso de emergencia.
Así que, la ascensión no le fue fácil. Recordó lo ágil que era cuando de niño danzaba entre las ramas comiendo mangos. Ahora asirse al gran tronco le es casi imposible.
Con lentitud llegó a las ramas más delgadas facilitando el ascenso. Miró y evaluó estar a unos ocho metros de altura.
La colina a mano izquierda le confirmó que seguía el rumbo.
Escuchó un rugido y rápidamente miró al árbol a no más de diez metros de distancia. Se le heló la sangre. Un enorme jaguar luchaba con una criatura negruzca e indescriptible.
El crujir de las ramas indicaba la caída del imponente animal herido. Dudó en quedarse inmóvil o inicial el abrupto descenso en busca del arma. Supo que el filoso cuchillo no sería suficiente si la negrura decidiera atacarlo.
Un fuerte golpe contra el suelo hizo que la negrura descendiera para rematar al enemigo.
Miró con asombro a la formidable criatura capaz de derrotar a un felino de casi doscientos kilogramos en su propio hábitat.
Albergo la esperanza de pasar desapercibido, pero de pronto aquellos ojos rojizos se posaron en lo suyos mientras descendía para desbaratar la idea de salir ileso.
El rey de la jungla a duras penas se levantó mostrando los grandes colmillos. La lucha continuaría en tierra.
La adrenalina hizo que brincara frenéticamente de rama en rama hasta caer encima de la mochila.
Aquella criatura era descomunal y musculosa. Golpeaba con furia al Jaguar, el cual intentaba morderlo sin éxito.
Tomó el rifle y le apuntó a la cabeza justo en el momento en que levantaba con una sola mano por el cuello al felino.
La detonación resonó en toda la jungla mientras el Jaguar caía casi inerte en el suelo.
El demonio volteó.
Él estaba seguro de haber acertado el disparo. Pero allí estaba la criatura, parado justo en frente y sin duda esperó resignado el ataque del extraño depredador.
Bajó la cabeza inclinándose con lentitud arrojando con cuidado, tanto el rifle como el cuchillo, en señal de sumisión.
Cerró los ojos aceptando compartir el fatídico destino del jaguar.
Pero de nuevo, se armó la trifulca.
El jaguar aserto una mordida sostenida sobre el cráneo de la criatura, mientras le hincaba las garras en la espalda.
Titubeo por instante en tomar de nuevo el cuchillo y abalanzarse sobre la yugular de la criatura. O esperar el desenlace entre ambas fieras.
No obstante, prevaleció el instinto de conservación, echó a correr con todas sus fuerzas por donde llegó, alejándose sin tomar un respiro del peligro extremo.
Le debía la vida al jaguar, aunque nunca sabría si este venció a la criatura.
Fin
Una micro ficción original de @janaveda
Imagen de Robsonn RÔ en Pixabay
English version
Interned in the jungle, he tests his mental fortitude and the supposed survival skills he thinks he has mastered after reading a dense manual.
He soon discovered the difference between theory and practice. As well as the deceptive impression of self-knowledge.
He feared encountering large predators but disdained the tiny insects, formidable adversaries eager to attack him despite the repellent spray.
The ergonomic backpack on his back instead of lightening the load after consuming food (ration). Seemed to get heavier.
The plan was to cross the jungle in five days to the nearest town without resorting to the paved road.
He was aware of tales of some disappearances of hardened hikers in the region. But the spirit of adventure made him want to find out what happened to the unfortunate ones.
Armed with a multipurpose knife in his belt and a powerful semi-automatic rifle, he felt a false sense of security.
However, it was the first time facing the sounds of the jungle and trying to recognize the direction they came from.
With each step, the permanent state of alertness began to erode the self-confidence.
Very unlike a walk in a city park there, he was alone at his own risk.
Under the dense trees, it was difficult to locate the map's pre-established landmarks. Considered climbing to the top of one of these to spot and check is on the right course.
He considered leaving the rifle and backpack at the foot of the sturdy plant prodigy to ascend and rely on the large knife; in case of emergency.
So, the ascent was not easy for him. He remembered how agile he was as a child jumping between the branches and eating mangoes. Now seems almost impossible to hold on to the large tree foot.
Slowly he reached the thinner branches making the ascent easier. He looked down and assessed that he was over eight meters high.
The hill on the left-hand side confirmed that he was on course.
He heard a roar and quickly looked up at the tree no more than ten meters away. His blood ran cold. An enormous jaguar was fighting a blackish, indescribable creature.
The rustling of branches indicated the fall of the imposing wounded animal. He hesitated to stand still or to start the abrupt descent in search of the weapon. He knew that the sharp knife would not be enough if the blackness decided to attack him.
A loud thud against the ground brought the blackness down to finish off the enemy.
He gazed in awe at the formidable creature capable of defeating an almost two hundred kilogram feline in its own habitat.
He hoped to go unnoticed, but suddenly those reddish eyes rested on him as he descended, thwarting the idea of escaping unharmed.
The king of the jungle barely got up, showing his big fangs. The fight would continue on the ground.
Adrenaline made him jump frantically from branch to branch until he fell on the backpack.
That creature was huge and muscular. It was furiously beating the jaguar, which tried to bite it without success.
He took the rifle and aimed it at its head just as he lifted the feline by the neck with one hand.
A detonation echoed throughout the jungle while the jaguar fell almost inert on the ground.
The demon turned around.
He was sure he had hit the shot. But there was the creature, standing right in front of him, resignedly awaiting the attack of the strange predator.
He lowered his head. Bowing slowly and carefully, throwing the rifle and the knife in a sign of submission.
But again, the brawl broke out.
The big cat asserted a sustained bite on the creature's skull while digging its claws into its back.
He hesitated (for an instant) to pick up the knife again and pounce on the creature's jugular vein. Or wait for the outcome between the two beasts.
However, the instinct of self-preservation prevailed, and he ran with all his strength as far as he could. Getting away from the extreme danger without taking a breath.
Although he would never know if the jungle's king defeated the creature.
The end
An original drabble by @janaveda
Image by Robsonn RÔ on Pixabay
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Hi, @hivebuzz
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700 post!!! The new milestone is near. Hahaha.
Greetings.
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Wow!, Nice story. I think he did the right thing by running. 😄😄😄. The battle is really not his to fight.
Thanks alot
Hello @luckydrums
I agree with you. He had no chance with either of them. Running away was his best option.
Thanks for your nice words.
Rayos!! Con razón la mayoría no regresaba, definitivamente el no estaba listo para morir ese día :C
Hola @nazatpt
En este caso es preferible decir: ¡aquí corrió que aquí quedo! Ahora, me queda la duda de quien ganó la batalla. De seguro, nuestro protagonista, aunque exhausto, también quedó con la misma duda. Al menos regresó.
¡Bueno, eso espero! Ja, ja, ja.
Saludos, gracias por pasar.