
Saludos Hivers, un abrazo a todos. Y en especial a los amantes de la literatura y relatos cortos, un abrazo, hoy les comparto una nueva versión de El Silbon. En los vastos llanos venezolanos, existe una leyenda que ha sido transmitida de generación en generación: la historia del Silbón. Se dice que es un espíritu maligno que vaga por la llanura en busca de almas perdidas para atormentarlas. Sin embargo, esta historia ha evolucionado con el tiempo, dando lugar a una nueva versión del Silbón que ha comenzado a atraer a curiosos y valientes por igual.
Acá comienza esta nueva versión
En un pequeño pueblo de los llanos venezolanos, vivía un joven llamado Alejandro. Era un chico valiente y aventurero, siempre en busca de emociones fuertes. Desde pequeño había escuchado historias sobre el Silbón, y aunque muchos lo consideraban una simple leyenda, a él le intrigaba la posibilidad de encontrar al misterioso espíritu.
Un día, Alejandro se encontraba en el mercado del pueblo cuando escuchó a un anciano contar una nueva versión del Silbón. Según el anciano, el espíritu no solo buscaba almas perdidas, sino que también tenía el poder de conceder un deseo a aquellos que fueran lo suficientemente valientes para enfrentarlo. Intrigado por la idea de poder cumplir uno de sus más grandes sueños, Alejandro decidió emprender un viaje hacia la llanura en busca del Silbón.
El camino hacia la llanura era peligroso y lleno de obstáculos, pero Alejandro estaba decidido a llegar hasta el final. Durante su travesía, se encontró con varios personajes que le advirtieron sobre los peligros del Silbón, pero él seguía adelante con determinación.
Finalmente, después de varios días de viaje, Alejandro llegó a un imponente árbol solitario en medio de la llanura. Según la leyenda, ese era el lugar donde el Silbón se manifestaba. Con el corazón acelerado, Alejandro se acercó al árbol y comenzó a entonar un antiguo canto que había aprendido de los relatos de su abuela.
De repente, una figura oscura emergió de entre las sombras del árbol. Era el Silbón, con su silbido inquietante y su mirada penetrante. Alejandro se mantuvo firme, sin mostrar miedo, mientras el espíritu lo observaba detenidamente. Entonces, el Silbón habló con una voz que resonaba en todo el campo:
- ¿Cuál es tu deseo, valiente viajero?
Alejandro respiró hondo y respondió con determinación:
- Quiero que mi pueblo prospere y que nunca falte la armonía entre sus habitantes.
El Silbón asintió con solemnidad y extendió una mano hacia Alejandro, quien la tomó con confianza. En ese momento, una luz brillante envolvió a ambos y un sentimiento de paz y armonía llenó el lugar.
Cuando Alejandro abrió los ojos, se encontraba de regreso en su pueblo, rodeado de sus seres queridos y con una sensación de profunda gratitud en su corazón. Desde ese día, el pueblo de Alejandro floreció y la leyenda del nuevo Silbón comenzó a difundirse por toda la región, inspirando a otros a buscar la paz y la armonía en sus vidas.
La historia de Alejandro y el nuevo Silbón se convirtió en un símbolo de esperanza y valentía en los llanos venezolanos, recordando a todos que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para el amor y la generosidad. Y así, la leyenda del Silbón continuó viva, llevando consigo un mensaje de unidad y compasión para todos aquellos que estuvieran dispuestos a escucharla.
Soy kadoshmenorah y hasta una próxima oportunidad y no olvides dejar tus comentarios acá abajo.

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--- Abrazos --- 
Saludos Hivers, un abrazo a todos. Y en especial a los amantes de la literatura y relatos cortos, un abrazo, hoy les comparto una nueva versión de El Silbon. En los vastos llanos venezolanos, existe una leyenda que ha sido transmitida de generación en generación: la historia del Silbón. Se dice que es un espíritu maligno que vaga por la llanura en busca de almas perdidas para atormentarlas. Sin embargo, esta historia ha evolucionado con el tiempo, dando lugar a una nueva versión del Silbón que ha comenzado a atraer a curiosos y valientes por igual.
En un pequeño pueblo de los llanos venezolanos, vivía un joven llamado Alejandro. Era un chico valiente y aventurero, siempre en busca de emociones fuertes. Desde pequeño había escuchado historias sobre el Silbón, y aunque muchos lo consideraban una simple leyenda, a él le intrigaba la posibilidad de encontrar al misterioso espíritu.
Un día, Alejandro se encontraba en el mercado del pueblo cuando escuchó a un anciano contar una nueva versión del Silbón. Según el anciano, el espíritu no solo buscaba almas perdidas, sino que también tenía el poder de conceder un deseo a aquellos que fueran lo suficientemente valientes para enfrentarlo. Intrigado por la idea de poder cumplir uno de sus más grandes sueños, Alejandro decidió emprender un viaje hacia la llanura en busca del Silbón.
El camino hacia la llanura era peligroso y lleno de obstáculos, pero Alejandro estaba decidido a llegar hasta el final. Durante su travesía, se encontró con varios personajes que le advirtieron sobre los peligros del Silbón, pero él seguía adelante con determinación.
Finalmente, después de varios días de viaje, Alejandro llegó a un imponente árbol solitario en medio de la llanura. Según la leyenda, ese era el lugar donde el Silbón se manifestaba. Con el corazón acelerado, Alejandro se acercó al árbol y comenzó a entonar un antiguo canto que había aprendido de los relatos de su abuela.
De repente, una figura oscura emergió de entre las sombras del árbol. Era el Silbón, con su silbido inquietante y su mirada penetrante. Alejandro se mantuvo firme, sin mostrar miedo, mientras el espíritu lo observaba detenidamente. Entonces, el Silbón habló con una voz que resonaba en todo el campo:
- ¿Cuál es tu deseo, valiente viajero?
Alejandro respiró hondo y respondió con determinación:
- Quiero que mi pueblo prospere y que nunca falte la armonía entre sus habitantes.
El Silbón asintió con solemnidad y extendió una mano hacia Alejandro, quien la tomó con confianza. En ese momento, una luz brillante envolvió a ambos y un sentimiento de paz y armonía llenó el lugar.
Cuando Alejandro abrió los ojos, se encontraba de regreso en su pueblo, rodeado de sus seres queridos y con una sensación de profunda gratitud en su corazón. Desde ese día, el pueblo de Alejandro floreció y la leyenda del nuevo Silbón comenzó a difundirse por toda la región, inspirando a otros a buscar la paz y la armonía en sus vidas.
La historia de Alejandro y el nuevo Silbón se convirtió en un símbolo de esperanza y valentía en los llanos venezolanos, recordando a todos que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para el amor y la generosidad. Y así, la leyenda del Silbón continuó viva, llevando consigo un mensaje de unidad y compasión para todos aquellos que estuvieran dispuestos a escucharla.
Soy kadoshmenorah y hasta una próxima oportunidad y no olvides dejar tus comentarios acá abajo.


