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Realmente somos capaces de reconocer al amor al primer vistazo? Al parecer algunos sí, y hablan del primer chispazo que los hace enloquecer y dejar todo de lado.
Noemí era muy joven cuando conoció a Joaquín, un hombre alto y flaco, recién llegado de las Islas Canarias, junto con un grupo de emigrantes que huían de la dictadura de Franco. Pero el ser tan solo una chiquilla de 15 años, que trabajaba en la limpieza del hostal donde el grupo se quedaba, no le impidió enamorarse de él.
Con los años decía que eso fue amor a primera vista para ella, aunque en el caso de él, tuvo sus dudas, ya que cuando se conocieron él tenía 22, y por supuesto sus reservas con ella siendo menor de edad.
Pero la vida va cociendo con hilos mágicos, y esa niña se convirtió en mujer. Apenas cumplidos sus 18, se casaron. Él trabajaba como obrero en una constructora, y siendo buen administrador de su dinero, logró adquirir un pequeño terreno en el que poco a poco fue construyendo la casa para su nueva familia. Mientras, seguían viviendo en el hostal, en el que Noemí todavía limpiaba, para reunir dinero por su cuenta.
Apenas Joaquín construyó un pequeño espacio de su nuevo hogar, se mudaron, y con ello, llegó también la noticia de que serían padres.
Y con la felicidad que trajo Felipe, el nuevo miembro de la familia, se fueron agregando progresivamente Dayana, Estela, Andrés y los gemelos Ángel y Ángela.
La casa les iba quedando pequeña, así que Noemí comenzó una pequeña venta de comidas para llevar, y con ese dinero juntar para poder ampliar su vivienda y mantener a sus hijos en conjunto con Joaquín.
Pasar de ser una pareja, a tener que atender a 6 niños que llegaron cada año y medio en promedio, resultaba agotador, sobre todo porque al estar Joaquín fuera de casa trabajando, el peso de la crianza recaía en Noemí casi al 100%
Y aunque Joaquín, era un esposo colaborador en la casa, en el espíritu de su esposa, se abría progresivamente un hoyo que daba paso a una soledad acompañada que no terminaba de entender, pero que la perseguía para hacerla sentir miserable casi todo el tiempo.
Los niños crecían, y su pequeño negocio de empanadas también. Con ello, habían podido ampliar la casa, y Noemí tener cierta independencia financiera, lo que le producía cierta felicidad. Joaquín había sido ascendido en su empleo, así que los días de ajuste económico eran cosa del pasado.
Decidieron que unas vacaciones no les vendrían mal. Ya los gemelos tenían 5 años, por lo que se animaron a planificar una salida al mar, ya que el único que lo conocía era Joaquín, quien vino por barco desde su país natal, pero desde entonces no había vuelto a verlo.
Organizaron el viaje y partieron. Fueron unas vacaciones memorables para todos, en todo sentido. Noemí, al igual que sus hijos, veían con asombro al mundo fuera de su propio mundo. Nunca habían salido del pueblo! Y reconocer que había una vida distinta más allá de las callecitas adoquinadas, despertó el hambre de descubrir lo que era realmente el mundo.
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Felipe, quien ya estaba con 14 años, decía que al cumplir los 18 se iría a la tierra de su padre, a probar suerte y conocer la familia. Era una idea fija que repetía sin cesar.
Dayana y Estela querían conocer la capital. Se la imaginaban gigante, y llena de gente tan distinta a ellas, que querían adelantar el tiempo para poder partir.
Dayana y Estela querían conocer la capital. Se la imaginaban gigante, y llena de gente tan distinta a ellas, que querían adelantar el tiempo para poder partir.
Cada uno expresaba diferentes planes para cuando cumplieran la mayoría de edad, mientras Noemí se sumía más y más en un encierro interno, que la llevaba a prácticamente no hablar en casa.
Se levantaba de madrugada a preparar sus empanadas y jugos para vender, preparar a los hijos para la escuela y dedicarse a la casa, como todos los días. Se sentía en un ciclo sin fín, en el que siempre pasaba lo mismo.
Lo único extraordinario eran los cumpleaños, para los cuales se esmeraba con torta, decoración y juegos. Era su época favorita del año, pues podía ponerse creativa y ser esa niña que la vida le había prohibido por tener que hacerse cargo primero de sus hermanos y luego de sus hijos.
Los gemelos eran los que cerraban la época de los cumpleaños. Y ese año cada uno quería un motivo distinto, por lo que sería trabajo doble. Una amiga de la escuela a donde asistían, tenía una agencia de festejos, y se ofreció a ayudarla.
Al ir Noemí hasta el local, la recibe Rosanna, su amiga, quien estaba acompañada de Roberto, su esposo. Ambos eran los dueños del pequeño espacio en el que habían empezado hacía 6 meses el negocio de ambientar y organizar festejos.
Estuvieron un rato charlando sobre los planes de los gemelos y llegaron a un acuerdo que les convenía a ambas partes. Noemí se fue contenta a casa con el presupuesto, para conversarlo con Joaquín, quien no lo vio con buenos ojos. Le parecía mucho gastar en dos motivos y prefería hacerlo como siempre. Una sola cosa para los dos niños.
Pero Noemí, por primera vez le contrarió y decidió que así tuviera que trabajar el doble, haría ese cumpleaños lo mas especial posible para sus pequeños.
Y así fue! ambos estuvieron maravillados con su fiesta, los regalos y el día en general. No podían estar más agradecidos con su madre, a pesar de la cara larga de papá, a la que hicieron caso omiso.
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De ahí en más, Noemí se animó a decir que no cuando estaba en desacuerdo, y a Joaquín, luego de 14 años de casados, le parecía que eso no estaba bien.
A veces, mientras esperaba a sus hijos en la puerta de la escuela, hablaba con Roberto, quien esperaba también a su pequeño Manuel, que estudiaba con los gemelos. Con el tiempo, terminó siendo una especie de confidente silencioso para Noemí.
A veces, mientras esperaba a sus hijos en la puerta de la escuela, hablaba con Roberto, quien esperaba también a su pequeño Manuel, que estudiaba con los gemelos. Con el tiempo, terminó siendo una especie de confidente silencioso para Noemí.
Terminado el año escolar, Roberto hizo una jugada extrema: le propuso a Noemí que se fueran juntos, lejos de la ciudad. Entre ambos había un magnetismo que era irresistible, pero dadas sus vidas de casados y con hijos de por medio, ninguno se animaba a dar el primer paso.
Pero ante tal propuesta, Noemí no lo pensó dos veces. Esa noche acostó a cada uno de sus hijos, los besó en la frente y les aseguró que los amaba inmensamente. Durmió poco y al levantarse más temprano de lo habitual, Joaquín se despertó.
A donde vas? preguntó, y un escalofrío recorrió toda la espalda de Noemí.
A la cocina, respondió. Es que para hoy tengo un encargo y debo sacarlo antes del resto de las cosas para la venta.
Con la misma, él se dio vuelta y se durmió. Noemí recogió un pequeño bolso que había preparado la noche anterior y salió.
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Más nunca supieron de ella. Su familia denunció su desaparición, pero no dieron con su paradero. Lo mismo pasó en casa de Rosanna. Sus allegados ni siquiera imaginaron lo ocurrido esa madrugada.
Mientras, en algún lugar del planeta, tanto ella como él, sintieron como volvieron a nacer, lejos del compromiso y de los amores forzados. Con el dolor de haber dejado a sus hijos, pero también con la certeza que nadie iba a sacrificarse por brindarles la felicidad que empezaron a sentir en el mismo momento que se dieron permiso de reconocer que se amaban.
English
Are we really able to recognize love at first glance? Apparently some do, and they talk about the first spark that makes them go crazy and leave everything aside.
Noemí was very young when she met Joaquín, a tall, skinny man, recently arrived from the Canary Islands, along with a group of emigrants fleeing Franco's dictatorship. But being just a 15-year-old girl, who worked as a cleaner at the hostel where the group was staying, didn't stop her from falling in love with him.
Over the years she said that it was love at first sight for her, although in his case, she had her doubts, since when they met he was 22, and of course her reservations with her being a minor.
But life is baking with magic threads, and that little girl became a woman. As soon as she turned 18, they were married. He worked as a laborer in a construction company, and being a good administrator of his money, he managed to acquire a small piece of land on which he gradually built a house for his new family. While they continued to live in the hostel, in which Noemi still cleaned, to raise money on her own.
As soon as Joaquín had built a small space in their new home, they moved in, and with it, came the news that they would be parents.
And with the happiness brought by Felipe, the new member of the family, Dayana, Estela, Andres and the twins Angel and Angela were gradually added.
The house was getting too small for them, so Noemi began to work from home, selling meals, to be able to expand their home and support their children together with Joaquin.
Going from being a couple, to having to take care of 6 children who arrived on the stairs, since they were a year and a half apart on average, was exhausting, especially since Joaquín was away from home working, the burden of raising the children fell almost 100% on Noemí.
And although Joaquín was a cooperative husband at home, a hole was gradually opening in his wife's spirit that gave way to an accompanied loneliness that she did not quite understand, but that pursued her to make her feel miserable almost all the time.
The children were growing up, and so was their small empanada business. With this, they had been able to expand the house, and Naomi had some financial independence, which made her happy. Joaquín had been promoted in his job, so the days of financial adjustment were a thing of the past.
They decided that a vacation wouldn't hurt. The twins were already 5 years old, so they decided to plan an outing to the sea, since the only one who knew him was Joaquín, who came by boat from his native country, but had not seen him since.
They organized the trip and set off. It was a memorable vacation for everyone, in every way. Naomi, as well as her children, looked in awe at the world outside their own world. They had never left the village! And recognizing that there was a different life beyond the cobblestone streets awakened a hunger to discover what the world was really like.
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Felipe, who was already 14 years old, said that when he turned 18 he would go to his father's land, to try his luck and get to know the family. It was a fixed idea that he repeated incessantly.
Dayana and Estela wanted to see the capital. They imagined it to be gigantic, and full of people so different from them, that they wanted to move up the time to be able to leave.
Each of them expressed different plans for when they would come of age, while Noemi became more and more enclosed in an internal confinement, which led her to practically not speak at home.
She got up at dawn to prepare her empanadas and juices to sell, prepare the children for school and devote herself to the house, as she did every day. She felt she was in a never-ending cycle, in which the same thing always happened.
The only extraordinary thing was birthdays, for which she would go all out with cake, decorations and games. It was her favorite time of the year, because she could get creative and be that little girl that life had forbidden her to be because she had to take care of her siblings first and then her children.
The twins were the ones who closed the birthday season. And that year each one wanted a different reason, so it would be double duty. A friend from the school they attended had a party agency, and offered to help her.
When Noemi went to the place, she was greeted by Rosanna, her friend, who was accompanied by Roberto, her husband. Both were the owners of the small space where they had started 6 months ago the business of setting the scene and organizing celebrations.
They spent some time chatting about the twins' plans and reached an agreement that suited both parties. Naomi went home happy with the budget, to discuss it with Joaquin, who didn't like it. He thought it was too much to spend for two reasons and preferred to do it as usual. Just one thing for the two children.
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But Naomi, for the first time, contradicted him and decided that even if she had to work twice as hard, she would make this birthday as special as possible for her little ones.
And so it was! They were both in awe of their party, the gifts and the day in general. They couldn't have been more grateful to their mother, despite Dad's long face, which they ignored.
From then on, Naomi was encouraged to say no when she disagreed, and to Joaquin, after 14 years of marriage, that just didn't seem right.
Sometimes, while waiting for his children at the school gate, he would talk to Roberto, who was also waiting for his little Manuel, who was studying with the twins. Over time, he ended up being a kind of silent confidant for Noemi.
At the end of the school year, Roberto made an extreme move: he proposed to Noemi that they go away together, far from the city. There was an irresistible magnetism between them, but given their married lives and their children, neither of them dared to take the first step.
But in the face of such a proposal, Naomi did not think twice. That night she put each of her children to bed, kissed them on the forehead and assured them that she loved them immensely. She slept little and when she got up earlier than usual, Joaquín woke up.
Where are you going? he asked, and a shiver ran down Naomi's back.
To the kitchen, she answered. I have an order for today and I have to get it out before the rest of the things for the sale.
With the same, he turned over and went to sleep. Naomi picked up a small bag she had packed the night before and went out.
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She was never heard from again. Her family reported her missing, but never found her. The same thing happened at Rosanna's house. Those close to her did not even imagine what happened that morning.
Meanwhile, somewhere on the planet, both she and he felt as if they were born again, far from commitment and forced love. With the pain of having left their children, but also with the certainty that no one was going to sacrifice themselves to give them happiness they began to feel at the very moment they gave themselves permission to recognize that they loved each other.
Fotografías por/Photografy by: Adi Goldstein, John Jennings, Daniel Joshua and Kinga Cichewicz (all from unsplash)
Separador by: cortesy of @valeriavalentina
Edición/Edition by: @mamaemigrante
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Wow que historia tan sorprendente amiga.
Jamás imaginé que ella haría eso, pero seguramente fue lo más saludable que hizo por ella misma en mucho tiempo.
Yo no sería capaz de dejar a mis hijos atrás. Pero conozco a un par de casos que se atrevieron en nombre de su salud mental. Sus hijos al principio no lo entendieron, pero luego de adultos buscaron a sus madres y perdonaron su decisión
Yo no tengo hijos, pero suponiendo que los tenga tampoco los dejaría, buscaría la forma de no seguir más en un matrimonio así y buscar mi felicidad pero con mis hijos siempre.
@mamaemigrante gracias por compartir esta historia llena de anécdotas familiares y mucho sentido de superación. Luego plantea un giro, tanto sentimental como psicológico, el cual refleja una acción bastante desmedida que les ofrece a los dos personajes la tranquilidad que deseaban encontrar aun en sacrificio de su propia familia. En realidad me deja desconcertado, pero creo, que de eso se trata la historia y esa fue la intención del autor para crear impacto. Saludos, he disfrutado la lectura.
En el amor no todo está escrito, y en este caso creo que Noemí le enseñó a sus hijos, quizás de la peor manera, que hay que perseguir los sueños y que cuando ya no hay amor, es inconcebible seguir al lado de alguien por complacer a la sociedad
Gracias por pasar y comentar
Amiga iba leyendo la historia y parecía que estaba leyendo en gran parte la historia de mi mamá, sobre todo por los 6 hijos uno tras de otro y por lo bien que lo pasaba celebrando los cumpleaños.
Pero al dar ese giro, en donde estos dos se sintieron atraídos, al punto de dejar a sus familias, quede en shock, muchos no se atreven a eso, a ser feliz por hacer feliz a la familia.
Es algo solo de valientes.
Aunque yo no tuve ese valor de dejar a mi princesa cuando se me presentó la oportunidad.
Bonita historia amiga. Me encantó.
Las cosas pasan por algo amiga, quizás de haberlo hecho, no tendrías las otras dos princesas que iluminan tus días.
Dejar de lado todo en nombre del amor, puede ser destino o la carta de la vida que hay que arriesgarse a jugar.
Exacto amiga. Es así. Igual tengo una familia hermosa, a quien amo con todo mi corazón.
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Este mundo está lleno de decisiones.
No me esperaba el final, la verdad; y dentro de una decisión así pueden surgir muchos "pero". Sin embargo, es una buena forma de enmarcar el cómo a veces nuestras vidas se ven desgastadas dentro de la complacencia.
Pues si. Era algo difícil de asumir, pero también fue valiente al entender que merecía la felicidad.
Cuantos no habrán muerto en medio de una situación de infelicidad, violencia y soledad..
Yay! 🤗
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Qué tema!
Nadie la obligó a casarse a los 18, nadie la obligó a tener hijos y menos 6 y ciertamente sus hijos merecían una madre que los amara. Tristemente en este mundo las mujeres así abundan.
Dejan de lado su responsabilidad por una pareja y se van a vivir su vida sin importar las que destruyen.
Se llevó por delante a su esposo, sus hijos y a su mejor amiga. Sin contar a Roberto!
Que historia tan difícil, creo que no podría juzgarla porque evidentemente era infeliz, pero quizás también hubiera sido mejor tener el valor de dar la cara tiempo después y no desaparecer para siempre 🤔
Dejar atrás los hijos no lo tengo contemplado en esta existencia @mamaemigrante su sentido de superación en lo personal estuvo errado, aun cuando el amor tiene camino erróneo que se escriben día a día y casi siempre van cargados de violencia de todo tipo, y nadie conoce las sombras que se albergan debajo de un techo.
Historias de vida que impactan igual se sigue el camino para hacer bien a quien bien hace. Siempre es bueno pedir ayuda para salir de los círculos viciosos. Cada quien mira desde la percepción de su propia realidad.
Gracias por compartir Marluy.