[ESP-ENG] PROSA POÉTICA | ASTRÓNOMOS


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Foto de Luke Stackpoole en Unsplash


No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe...

There is no need to burn books if the world starts to fill up with people who do not read, who do not learn, who do not know...


— Ray Bradbury


E S P A Ñ O L

ASTRÓNOMOS

Rosas que levitan sobre nosotros, se van perdiendo en la extensión de las nubes. Fórmulas que musitan plegarias, con sonidos envolventes e inocuos. Rezaban en lenguaje cósmico la llegada del último profeta. La sombra de un espectro estelar cubría todas las decisiones, mientras motejaban el principio con sugestiones exhortadas por el vacío.

Ellos navegaron entre parajes y nebulosas blancas. Sorbieron el brillo de las tempestades plasmáticas y oscuras de la inmensidad. Sus ojos revelaron miles de mares inhóspitos y de colores indescriptibles. Yacían bajo el ala de una tormenta intangible que los deslizaba a donde querían.

Revelaron el poder de miles de leyes universales, algunas interrumpidas por criaturas que dormitan sobre la piel del cosmos. Sus aullidos berrean sobre planetas desolados, vertiendo la baba espesa de la creación y la muerte. Fieras tempestades reprochan a los navegantes; los insultan y escupen con desdén. No dejan que orbiten sobre los restos de algunos dioses, que, tras eones fenecidos, todavía se someten a la custodia de reverberantes bramidos.

La flora espacial aún está vigente. Es la adoración de los astrónomos. Suplican un vestigio de su semblante. Berrean con desesperación un trozo de su sien. La acústica de espacios inimaginables se revela, provocando una guerra de frecuencias universales. La flor espacial se cierra y no emite sonidos, pues es la rústica más sutil protegida por las fauces del vacío.

Se rompieron las cadenas. Todas las almas acuden a los ríos siderales y navegan. Destellan alegría y sucumben ante soles con tonalidades insólitas. Los navegantes los rechazan y prosiguen, saben que las cosas naturales son irremediables. No irrumpen el apetito de abominaciones colosales, que solo buscan la satisfacción soberbia y magnifica.

Allí hay una virgen que no conoce el descanso. Su vulva devora a los elegidos y luego los expulsa como algo más; con cuernos y pezuñas, narices alargadas y peludas. Con uñas ennegrecidas por el espacio, y ojos brillosos y diabólicos. Son abandonados en el cuerpo del tercer planeta, adorando a las deidades que moran allí.

Han sido corrompidos; ahora bailan entre las hierbas, se ocultan en los bosques y beben extasiados de los lagos impolutos. Otra decepción que deja a los navegantes vacíos, pero la misión no es evitar, sino explorar; los confines, los hilos, los brazos y los rostros del firmamento.

Cada vez se pierden más, no hay límites para el progreso. Los mares estelares les brindan bienvenidas, dejan que suavicen la delicada densidad de su superficie. Son afables, con pensamientos sosegados, que nunca terminan de desaprovechar las circunstancias que les ofrece su padre infinito.

Sin embargo, hay un final para todo. Las arcas desean encallar, sobre las orillas planetarias talladas por dragones. Las olas murmuran que, en aquellos parajes tranquilos, el silencio es un emperador que alza sus manos en protesta, y que replica contra todo aquel que manche su morada con estruendo.

Los brazos permitieron a los navegantes subsistir, y dejaron reposar sus cuerpos sobre aquellos bordes. Los cantos les permitieron dormitar. Por fin pudieron soñar; soñaron con todas las maravillas que habían visto. Soñaron tanto que un día, ya no pudieron despertar.

FIN

E N G L I S H

ASTRONOMERS

Roses that levitate above us, they get lost in the extension of the clouds. Formulas that mumble prayers, with enveloping and innocuous sounds. They prayed in cosmic language the arrival of the last prophet. The shadow of a stellar specter covered all decisions, while they speckled the beginning with suggestions exhorted by the void.

They sailed among white landscapes and nebulae. They sipped the brightness of the plasma and dark tempests of immensity. Their eyes revealed thousands of inhospitable seas of indescribable colors. They lay under the wing of an intangible storm that slid them wherever it wanted.

They revealed the power of thousands of universal laws, some interrupted by creatures dozing on the skin of the cosmos. Their howls bawl over desolate planets, pouring the thick slime of creation and death. Fierce tempests reproach the navigators; they insult and spit at them with disdain. They do not let them orbit over the remains of some gods, who, after phoenixed eons, still submit to the custody of reverberating bellows.

The space flora is still in force. It is the worship of astronomers. They beg for a vestige of its countenance. They bawl in desperation for a piece of their temple. The acoustics of unimaginable spaces reveal themselves, provoking a war of universal frequencies. The spatial flower closes and emits no sound, for it is the subtlest rustic protected by the maw of the void.

The chains are broken. All souls flock to the sidereal rivers and sail. They sparkle with joy and succumb to suns with unusual hues. The navigators reject them and go on, they know that natural things are irremediable. They don't break the appetite of colossal abominations, which only seek superb and magnificent satisfaction.

There is a virgin who knows no rest. Her vulva devours the elect and then expels them as something else; with horns and hooves, elongated and hairy noses. With nails blackened by space, and glowing, devilish eyes. They are left in the body of the third planet, worshipping the deities that dwell there.

They have been corrupted; now they dance among the grasses, hide in the forests and drink ecstatically from the unpolluted lakes. Another disappointment that leaves the navigators empty, but the mission is not to avoid, but to explore; the confines, the threads, the arms and the faces of the firmament.

More and more are lost, there are no limits to progress. The stellar seas welcome them, let them soften the delicate density of their surface. They are affable, with calm thoughts, they never end up wasting the circumstances that their infinite father offers them.

However, there is an end to everything. The arks wish to run aground, on the planetary shores carved by dragons. The waves murmur that, in those quiet places, silence is an emperor who raises his hands in protest, and who retorts against all who stain his abode with din.

The arms allowed the sailors to subsist, and they let their bodies rest on those edges. The songs allowed them to doze. At last they could dream; they dreamed of all the wonders they had seen. They dreamed so much that one day, they could no longer wake up.

THE END

Escrito por @universoperdido. 22 de Agosto del 2022

Written by @universoperdido. August 22, 2022

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Cuál es la nave con la navegas por el universo perdido?
Me gusta leer tus provocaciones literarias. Tienes una proactividad esplendorosa.

Es la nave de la creatividad sobre el mar de la imaginación. Gracias @hiramdo

Saludos @universoperdido, felicitaciones por esta profunda entrega ambientada en el cosmos y realidades paralelas