¿Sabías tú, joven?, en aquellos tiempos de tus papás no se decían las cosas como se hablan ahora libremente. Era tan secreta toda la cosa de la reproducción humana que una mujer ya casada llega a casa de su madre y se echa a llorar con ella.
-¡MAMÁ, ESTOY EMBARAZADA!
La madre la felicita pensando que llora de alegría pero la realidad es otra porque aunque llevaba meses casada se puede decir que aún estaba inocente de todo.
-Mamá, pero no sé cómo pasó-dice la mujer entre sollozos descontrolados- yo todavía no quiero tener hijos.
La madre desconcertada no sabe qué hacer con su hija por un momento y luego le pregunta.
-Mija pero que método estabas usando para no salir preñada.
La mujer muy cohibida y apenada de hablar con su madre sobre su intimidad, responde en voz muy queda y ya calmada.
-Me tapé el ombligo como tú me dijiste.
No se cómo eran las cosas de aquellos tiempos ni el afán por inventarse estos cuentos para no hablar las cosas como son, pero ya puedo imaginarme que has escuchado uno que otro cuento absurdo como este. Puede ser absurdo, pero son cuentos de la vida real.
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