Mi encuentro con la naturaleza | Contenido Original

in Cervantes4 years ago

En el borde de un hermoso árbol se sentó un pensador, buscando una manera de definir un sentimiento que llevaba dentro, pero no podía describirlo; tenía un cuaderno en sus manos y una pequeña pluma. Era amante de lo místico, sumamente espiritual y le encantaba la meditación, sin embargo, casi nunca tenía tiempo para ello, pero decidió que debía dejarlo ir todo, por un día, ya que necesitaba desahogar su alma ante el universo y ese lugar en el que se encontraba sería el lugar perfecto.


 

Fotografía por Jeremy Bishop en Unsplash


Durante su proceso de meditación, cerró los ojos y comenzó a respirar lento, casi uniéndose a la tenue brisa en su vaivén, y pudo sentir que algo extraño le rozaba la espalda, y escuchó una voz que comenzaba a susurrarle.

No tengas miedo, no he venido a hacerte daño.

Rápidamente el pensador —al que vamos a nombrar Robert— se levantó de su lugar muy rápido y un escalofrío recorrió todo su cuerpo, aún tenía los ojos cerrados y estaba completamente negado al hecho de abrirlos.

Robert, tranquilo, puedes confiar en mí.

—¡Eh! ¿Co... cómo sabes mi nombre?— dijo Robert con muchos nervios, aún con los ojos cerrados.

Si abres los ojos, entenderás todo, y yo te lo iré explicando durante el trayecto, pero necesito que confíes en mí y me sigas.

Aún con un par de dudas, Robert decidió abrir sus ojos para poder observar de dónde provenía esa voz tan sutilmente aguda, pues sonaba como si fuera una niña —no tan pequeña— la que estuviera conversando con él, y al hacerlo, observó un ser místico con una belleza increíble, estaba completamente hipnotizado y no podía creer lo que tenía en frente.

—Disculpa, pero... ¿eres real? Porque creo que estoy soñando, esto es extraño.

Tranquilo, ya te voy a explicar todo.


 

Fotografía por Alice Alinari en Unsplash


Debes tener muchas preguntas, Robert, pero ven, camina conmigo por esta pradera y vayamos conversando, poco a poco.

—Eh... está bien.

Comenzaron a caminar por un sendero colorido muy hermoso; Robert comenzó a sentir mucha paz y calma, además, no podía sentir si hacía frío o calor, era como una sensación perfecta de confort y a medida que avanzaba más, se sentía mejor.

—Cuéntame, eh... ¿tienes un nombre?— preguntaba Robert con una cara de mucha confusión al ver a esa chica con el vestido de flores que al caminar no se le caía ninguna, era como si alguna fuerza extraña las mantuviera pegadas a su cuerpo.

Yo soy todo lo que es y será, me llaman de muchas maneras, pero todo radica en un solo nombre— decía el ser hermoso y extraño con un tono de voz calmo —Me conocen como «Naturaleza»— agregaba mientras sonreía.

—¿Tu nombre es Naturaleza? No lo entiendo.

No Robert, yo soy LA Naturaleza— decía mientras soltaba una pequeña risa.

—¿Pero cómo es posible que te esté viendo? ¿Esto es una especie de sueño?

Depende, estabas meditando y yo aparecí ¿cierto? Muy probablemente me has llamado desde tu subconsciente y he atendido a tu llamado.

—Pero yo no pedí verte, yo simplemente quiero dejar de sentirme mal emocionalmente, la ciudad me tenía cansado y necesitaba alejarme, poder relajarme en algún lugar donde pudiera sentarme a pensar y a escribir, respirar aire puro— decía Robert con un tono de voz algo desesperado.

Está bien, creo que sé cómo puedo ayudarte, puedo concederte tres deseos, pero solo puedo hacerlos realidad a través de cosas naturales, es decir, no puedo aparecer cosas que no existen, pero puedo moldear las que sí para hacer cosas que te puedan servir.

—¿3 deseos, eh? Eso suena bastante bien, vamos a ver de qué eres capaz, Madre Naturaleza— decía Robert frotando sus manos.

Muy bien, ¿cuál es tu primer deseo?

—Quiero dejar de tener hambre, para siempre, quiero poder comer lo que quiera, cuando quiera— decía Robert con un tono de voz fuerte, decidido.

Muy bien, cumpliré tu primer deseo— mientras decía estas palabras, realizó un pequeño giro y le dio una pequeña bolsa a Robert, el cual la miró con muchas dudas.

—¡¿Esta bolsita me va a quitar el hambre por siempre?! ¡No lo creo!

En esa pequeña bolsa tienes todas las semillas que existen en el mundo, además, también tienes unas semillas especiales que hacen crecer diferentes tipos de carnes, miel, quesos y demás, lo único que tienes que hacer es plantarlas y cuidarlas para que las plantas crezcan y te den alimento.

—¡Esto no es justo! ¡No me estás dando lo que pedí! — decía Robert muy furioso.

Pasemos a tu segundo deseo.

—Bah, creo que puedo hacer algo con esto de igual forma, muy bien, veamos... ¡YA SÉ! Quiero poder trasladarme a cualquier lugar sin tener que caminar.

¿Estás seguro de tu segundo deseo?

—Sí, vamos, quiero ver con qué me sale ahora.

Muy bien, cumpliré tu segundo deseo— acto seguido, volvió a realizar un giro y le entregó una pequeña vara de madera a Robert en sus manos.

—No lo entiendo... ¿esto me va a llevar a los lugares que quiera?

En efecto, con esa vara podrás utilizar cualquier animal que tú quieras para moverte por tierra, aire o agua, sin importar especie, forma ni tamaño, pero eso sí, cada viaje tendrá un costo.

—¡Lo sabía! ¿Ahora cuál es la trampa? ¿Qué debo hacer para utilizar esta vara?

Solo debes limpiar algún lugar cercano, así sea botando algún pequeño desecho, sin importar si es solo un papel de caramelo, pero debes limpiar algún lugar que esté contaminado, eso activará la vara para cuando la necesites y cada vez que la utilices, tendrás que volverlo a hacer.

—¡Qué aburrido! Pensé que podría ir y venir como me plazca en cualquier momento, pero ¿no podré a menos de que bote basura en el lugar correcto? ¡Tus deseos son terribles! — decía Robert aún más furioso.

Pasemos al tercer deseo.

—Deseo ser inmune a todas las enfermedades y al envejecimiento.

¿Estás completamente seguro de ese tercer deseo?

—¡Por supuesto! Sé que no podrás hacer otro truco en este.

Muy bien, cumpliré tu tercer deseo. — acto seguido, realizó un giro una vez más y esta vez le dio un frasco a Robert en sus manos.

—Veamos... ¿qué es esto?

—Ese frasco que tienes en tus manos, contiene una pócima bastante poderosa, al beberla, esta va a rejuvenecer tu cuerpo a su estado óptimo, te quitará cualquier mal y te reconstruirá órganos en caso de heridas graves.

—¡Excelente! ¡Esto sí me gusta! Pero... un momento... ¿cuál es el precio?

El precio de este deseo es bastante alto, ya que, si llegas a hacerle algún tipo de daño a cualquier ser, terreno o cualquier forma y elemento de la naturaleza, el frasco actuará como un veneno que te matará en el acto con el primer sorbo.

—Oye pero, no entiendo, esto sí no lo quería, siento que me has engañado tanto con estos deseos.

No te engañé, el problema es que ustedes, los seres humanos, son muy soberbios y creen que la naturaleza les puede dar todo así sin más. — dijo la Madre Naturaleza con un tono de voz fuerte —Ustedes no se dan cuenta de que la naturaleza les brinda cualquier cosa que ustedes busquen de ella, pero al no preocuparse por cuidarla, por protegerla, por no contaminarla, solo están gastando los recursos y estos no pueden volver a ustedes sin una reciprocidad de su parte.

—Entonces ¿para qué me concedes estos deseos si nos crees tan soberbios? — preguntó Robert con un tono de voz fuerte.

Porque si los seres humanos honran a la naturaleza y le devuelven el mismo cariño, mística y cuidado que ella les da, esta puede hacer florecer los árboles más frondosos, puede adornar las praderas de los colores más inefables, puede otorgar los frutos más deliciosos, puede proveer de minerales para la construcción de cosas increíbles, puede sanar el espíritu y las enfermedades con sus plantas, puede otorgarle diversión al ser humano que acude a sus diversos climas para descubrir lo grande y hermoso que es su hogar. Simplemente, si el ser humano fuera recíproco con la naturaleza, esta le otorgaría la plenitud sin titubeos, pero el ser humano se esfuerza cada vez más en lo contrario, agotan recursos sin tratar de renovarlos, contaminan a voluntad, destruyen la flora y la fauna. Y lo más irónico de todo el caso, es que de agotarse los recursos, la naturaleza simplemente seguirá su curso natural, llevando posiblemente la destrucción inminente a los seres humanos, quienes realmente serán los culpables de su propio caos.

—No lo había visto desde ese punto de vista... de verdad lo siento mucho y quisiera pedirte algo más.

¿No te parecen suficientes tres deseos?

—Al contrario, no quiero ninguno de los deseos, solo quiero volver a mi ciudad para crear conciencia sobre lo que he aprendido hoy contigo.

Entonces, lo has entendido.

—Sí, he aprendido una lección importante y verdaderamente no quiero seguir haciéndole daño a mi propio hogar, así que comenzaré a hacer mejor las cosas.

Muy bien, entonces, acércate a mí y te dejaré en el lugar donde nos encontramos.

Luego de escuchar estas palabras, Robert simplemente se acercó a la Madre Naturaleza, esta lo abrazó y comenzó a girar rápidamente, hasta que solo se vio un resplandor de luz muy fuerte y Robert apareció en el mismo lugar en el que estaba sentado, sin tener mucha conciencia de donde estaba pero recordando todo lo que conoció con la Madre Naturaleza.

—Esta meditación fue muy extraña, pero en definitiva debo hacer algo para cambiar el cómo se están realizando las cosas. — decía Robert mientras se levantaba y caminaba hacia la salida del bosque —te prometo Madre Naturaleza, que trabajaré porque las cosas sean diferentes— decía con los ojos bastante húmedos, como al borde de las lágrimas mientras miraba hacia el cielo, tomo aire y cerró sus ojos de nuevo y simplemente se le escuchó susurrar algo que apenas se logró escuchar.

—Gracias.


 

Fotografía por KAL VISUALS en Unsplash


Esta publicación fue realizada en conmemoración al Día Mundial del Medio Ambiente el cual se celebró el 6 de Junio. Este día fue decretado por la Organización de Las Naciones Unidas como un día para fomentar la acción y conservación ambiental, además de hacer un llamado a la conciencia para las personas que realizan daños severos a la naturaleza a través de actividades industriales como la deforestación, la pesca en exceso, la contaminación, etc.

Debemos cuidar nuestro planeta, para que él nos cuide a nosotros, debe ser una relación de equipo, de lo contrario, será demasiado tarde para la raza humana.


Escrito y diagramado: @ilazramusic

Edición: @fermionico

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Muy buena publicación! Ideal para tomar consciencia del gran mal que le estamos haciendo a nuestra Pachamama. Ella, como buena madre, nos alimenta y protege incondicionalmente, pero también nos alienta a ser mejores. Ojalá que la crisis que estamos viviendo nos haga menos depredadores y más conservadores. Saludos

Es correcto @nancybriti, simplemente ninguna persona sabe el peligro que estamos pasando al no cuidar a nuestro hermoso planeta, la naturaleza sabe devolverle al ser humano lo que este le da a ella.

¡Qué clase de post! Abstrae, embelesa y cautiva cada párrafo que traduce una verdadera lección de vida. Tres deseos. Muy buena.

¡Muchas gracias mister querido @lecumberre! Usted es un maestro de la creación y recibir estos comentarios me motivan demasiado, saludos y bendiciones.

Excelente @izlaramusic, una narración con propósito salida de una pluma imaginativa...pones el listón alto estimado autor..saludos y gracias al testigo @cervantes por dar estos espacios.

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Muchísimas gracias mister @fermionico por la confianza y por toda la motivación para crear contenido de calidad con esmero, siempre feliz de hacer contenido para la comunidad.

Hermoso post, saludos!

Hermoso relato, la naturaleza nos da todo lo que necesitamos para ser felices, es imperativo que aprendamos a devolver con gratitud, saludos

Wao! Si es de tu autoría puedo imaginar el elevado grado de conciencia que tienes sobre el convivir sanamente con la naturaleza. Es un relato encantador, me atrapó desde el principio y me sorprendió al final cuando leí que fuiste tú el.que lo escribió. Muy bello. 💜 @ilazramusic. 👏

Muchísimas gracias @mballesteros, sí, el tener conciencia plena de lo que sucede a tu alrededor con la naturaleza es difícil, porque creemos que será eterna y no nos damos cuenta de que ella misma busca su equilibrio y que si le hacemos mucho daño, ella nos devolverá el favor.

Qué genial que te gustara, me alegro muchísimo.