Paseando por el Parque de los Alcornocales encontramos un par de molinos abandonados. Están cubiertos por una espesa vegetación y son el refugio del ganado local.
Estos molinos son del siglo XVIII y usaban el agua de un arroyo cercano, ayudándose del desnivel del terreno para llenar unos depósitos de unos diez metros, que al abrir una trampilla salía el agua a una presión de 1 kilogramo por centímetro cuadrado. Esa presión era suficiente para mover las palas que a su vez hacían girar la piedra para moler el grano.
Es estado de los molinos es demasiado peligroso como para permanecer mucho tiempo cerca de ellos.
Este canal conducía el agua del arroyo hasta los depósitos hechos en piedra, que una vez llenos daban la presión suficiente para que las palas del molino giren.
Los depósitos de agua son muy peligrosos si hay niños cerca.
La fachada aun conserva la capa de cal blanca de cuando estaba en funcionamiento.
Las fotografías serán las pruebas que un día hubieron molinos en estos campos. Sin mantenimiento ni reformas están condenados a desaparecer.
Muy buen trabajo, exelentes fotos, gracias, te voto y te sigo.