Me pierdo en los colores de la tarde intoxicada de nostalgia, aletargada a causa del desvelo y debo confesar, que alguna otra sustancia. Hay días en que los recuerdos se vuelven algo pegajoso que se adhiere a la piel; otros, se parecen más a una nube de mosquitos que se abalanzan sobre mí, picando por todos lados; en ambos casos resulta casi imposible liberarse de ellos.
Miro mi café que ya no humea y me doy cuenta que he pasado perdida más tiempo del que quisiera admitir; me asusto un poco, cada vez es más frecuente mi ausencia. Las estrellas salpican el cielo y traen con ellas el flash back de algún beso, aparece borroso tras mis ojos que comienzan a empañarse. Siento saltar sobre mí una nueva oleada de recuerdos, y por experiencia sé que este será un mal viaje al pasado.
Renuncio a mi frío café, a la noche estrellada y al extraño placer culposo que me proporciona mi ausencia; camino hasta la casa, esa en la que habitan solo mis fantasmas. Voy directo a las pastillas que mandan a la nada, esa en la que ya no soy ni la de ayer, ni la de hoy, ni la de mañana; esa donde la oscuridad me envuelve y me aleja de todo, en la que se supone descanso para poder reencontrarme. Me duermo.
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La vida
Será como el alelí?
O quizás como una fresa?
Al despertar mi princesa
Todo lindo para ti.
Gracias, Carlos! Tu tienes una luz que hace más lindo y alegre el mundo de quienes te conocemos. Un abrazo!
La insoportable levedad del ser, diría Milan Kundera. La necesidad de la evasión como autoengaño o tregua temporal con uno mismo. La ausencia como presencia y viceversa. Buen texto. Felicitaciones, siempre es un gusto leerte.
Gracias! Hay días en los que el ser no quiere ser. Siempre es un gusto tenerlo por acá en mi blog. Vueñva pronto :)
¡¡¡Uy, qué mezcla de tristeza, dureza y belleza!!! :-0
Gracias! La vida es así, a veces hermosa, a veces triste y en demasiadas ocasiones muy dura. Gracias por el apoyo a mi trabajo. Un abrazo!
Me gustó muchísimo isa... siempre es un placer leerte. fuerte abrazo!!!