Un nuevo comienzo

Bajo la luna aullaron los lobos;
ella quiso bailarle a las estrellas.

Esa era la frase que Adela acababa de tatuarse sobre las costillas, bajo su pecho izquierdo. Aun le ardía, le dolía; pero estaba eufórica. Hacía mucho que quería dejar sobre su piel aquella frase que resonaba en todo su ser y que sería la premisa de su nueva vida; esa que comenzaba hoy.

Adela había dejado por fin el miedo y se había lanzado a comerse el mundo. Ya no había peros ni excusas; ya no estaba él. Y sonrió al recordar su cara enrojeciada, sus ojos desorbitados, la mueca de dolor y la espuma asquerosa en sus labios. Sonrió al pensar como se ahogaba en su vicio maldito, en el grito de auxilio atorado en su pecho; como pagaba los golpes y el dolor que le había dejado en su cuerpo. No dudó ni un instante en dejarlo morir y cuando estuvo segura que la vida lo había dejado por completo, llamó a los paramédicos para que se lo llevaran, y lo veló de negro.

Adela, sabía perdido el cielo cuando oraba por muerte; pero de infiernos ya sabía bastante y hasta que le toque rendir cuentas a Dios disfrutaría su suerte.

Un nuevo comienzo

Fotografías de mi propiedad, una tomada con teléfono Redmi note 6 y la otra con teléfono Nokia 111; editadas en Snapseed.