El mal que acecha en estas tierras - Relato

in Cervantes3 years ago


Fuente

Sombras infinitas

VI
El mal que acecha en estas tierras

Anastasia se quedó inmóvil a la luz de las velas. Los únicos sonidos que escuchaba eran el de su corazón desbocado, bamboleándole en el pecho y el de los pasos apagados que se escuchaban tras ella. Apretó la navaja con las dos manos, produciéndose un pequeño corte. Cuando se volvió notó que un rostro conocido se aproximaba y se le cayó de las manos.

Max siguió la trayectoria del arma y detuvo la mirada en el suelo, donde reposaba la navaja. Posteriormente la miró a ella. Sus ojos, antes preocupados y desesperados, no mostraban ya las mismas expresiones, sino algo profundo, indescifrable. Esa mirada le produjo inquietud.

En un primer instante se quedaron callados, mirándose el uno al otro. No fue más que un breve lapso de tiempo, pero le pareció eterno. ¿Qué debía decir? «Hola, Max. Cariño, encontré tu cementerio particular mientras husmeaba por la granja, aprovechando tu turbación de encontrar un trabajador brutalmente asesinado. Por cierto, ¿esto se puede explicar?». El hecho de que Max no dijera nada tampoco ayudaba, sobre todo porque estaba muy serio, como conteniéndose. ¿Conteniéndose de hacer qué?

Max se acercó, sin darse cuenta, Anastasia dio un paso atrás, pero no lo suficiente para evitar ser alcanzada por él. La envolvió en un abrazo en el cual hizo que hundiera su rostro en el pecho de él, con fuerza. Temblaba.

—No vuelvas a hacerme esto —pidió—, estaba tan preocupado. ¿Cómo se te ocurre desaparecer así, merodear por la granja cuando acaba de pasar esta atrocidad? El asesino puede estar escondido por aquí, en cualquier lado…

—No creo correr peligro, está claro que no estoy dentro de los estándares del asesino. ¿No es así? —dijo, interrumpiéndolo a la vez que lo apartaba con las manos, logrando que Max la mirara como si lo hubiese abofeteado.

Max encajó el golpe como pudo, una expresión de entendimiento cruzó por su rostro. Ya sabía que Anastasia conocía esa parte de la historia, de nada servía negarle alguna cosa. Sin embargo, cuando habló lo hizo con calma, como si quisiera transmitirle que no le sorprendía —ni le importaba— que lo supiera. Simplemente se le había olvidado darle ese detalle, no había sido intencional…

—Eso no significa que no puedas correr peligro, no sabemos cómo piensa ese lunático —dijo y aunque Anastasia asentía repetidas veces, en realidad no lo escuchó, estaba pensando.

Sonrió, una sonrisa irónica, sin una pizca de gracia y caminó alrededor del «granero», señalando descuidadamente con la mano.

—¿Este sitio también está incluido en tu lista de «escondrijos», esa que querías enseñarme? ¿O más bien está en «cosas de las que Anastasia no debe enterarse»?

—Anas…

—¿Qué mierda significa esto, Max? —preguntó.

Esta vez, no le respondió de inmediato para decirle que no se alterara, cosa que agradeció profundamente, porque estaba demostrado que esa frase cuando se está alterado y molesto solo empeora las cosas.

—Aquí es donde enterramos a nuestros muertos. El último al que sepultamos fue a Andrés, pero ahora ya no será el último. Hoy… perdimos a otro.

—¿Crees que esto es normal? —preguntó Anastasia, al borde del desespero. Quería arrancarse los cabellos, Max hablaba como si fuera lo más natural del mundo—. ¿Para qué está el cementerio, Max? ¿Dónde están los familiares de estas personas? No, el problema aquí radica en que me mentiste, dijiste que habías resuelto todo, que habían ido a enterrar a Andrés, pasando por todo los procesos que eso significa…

—Andrés no tenía familia, Anastasia, su familia éramos nosotros. Por eso decidimos enterrarlo en la granja, porque aquí pasó casi toda la vida. No es lo que crees, contratamos a personas que le dieron un trato adecuado a su cuerpo, no fue tan diferente a lo que se acostumbra a hacer usualmente, lo único que cambió fue que nosotros mismos cavamos la fosa.

»Es cierto, decidimos no involucrar a la policía en esto, te lo dije ya, ellos no pudieron ayudarnos y no podrán ayudarnos ahora, no es conveniente tenerlos aquí, inmiscuyéndose en todo este asunto.

—¿Por qué no pueden ayudar, Max? —preguntó, con cierto temor de escuchar la respuesta.

Max exhaló ruidosamente y se estrujó la cara, lo que le aportó un poco de color momentáneo a su pálido rostro.

—Esto se escapa de las manos de cualquiera, porque es cierto, Anastasia. Lo que dice la gente, las supersticiones, las historias… Todo es verdad. Todavía no hemos encontrado una explicación lógica a lo que ocurre, pero todo parece demostrar que no la hay, incluso yo soy partidario de eso, aunque no quería admitirlo. ¿Sabes por qué? Porque eso sería aceptar que mi vida corre peligro. Tarde o temprano yo seré el siguiente. Por eso no quería contarte nada, para no envolverte en toda esta trágica historia, para no preocuparte, porque si te preocupabas… acabaría por convertirse en algo real, en algo de lo que no podré huir, como he estado huyendo hasta ahora.

Max se agachó con los hombros caídos ante una tumba, la limpió con las manos y dijo:

—Mi hermano gemelo. Fue el último, el que hizo que abandonáramos estas tierras, comprendiendo que esto no iba a cesar, entendiendo que habíamos cometido un error al pensar que así había sido, entendiéndolo tarde, cuando el daño estaba hecho. Él es la razón de que no olvide este lugar, de que no nos deshagamos de él, de que quisiera volver pese a los recuerdos, al peligro —abrió los brazos para abarcar más tumbas—. Mis amigos.

Anastasia se arrodilló a su lado, en silencio. Pensó que Max se desmoronaría, que lloraría, de acuerdo al dolor impregnado en sus palabras, en sus ojos, pero no lloraba, su mirada era de profunda tristeza y lejanía, perdida quizá en los recuerdos, acostumbrada a perder, pese al dolor que eso conllevaba enfrentar.

—Vine aquí para acabar de una vez con esta pesadilla, Anastasia. No debí traerte, pero estabas tan mal, tan desesperada de huir de tu casa, que no pude dejarte atrás. Te juro que no lo hubiese hecho de pensar que correrías peligro, pero eso parecía algo imposible, ya que como bien sabes hasta ahora han sido hombres, y no cualquieras, sino de familias específicas, incluida algunos de la mía. Lo que no pensé era en que el peligro lo correría yo, pudiendo dejarte sola acá en caso de que me ocurra algo.

Anastasia quería hablar, pero él continuó.

—Pero también es cierto que ganó el optimismo y la determinación. No hubiese venido aquí de pensar que no pudiera ganar, y lo haré, a cualquier precio, Anas, sobreviviré y acabaré con el mal que acecha estas tierras, con la maldición. El problema es que aún no sé cómo, pero espero descubrirlo antes de que sea demasiado tarde.

Anastasia lo abrazó.

—Lo haremos juntos —le dijo—. Descubriremos algún modo, no estás solo Max, te ayudaré. Confía en mí.

Max sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos, que seguían tristes.

—Confío en ti, Anas, pero no estoy tan seguro de confiar en que encontraremos una solución.

continuará...

Capítulos anteriores de esta historia:

I: El despertar de la oscuridad

II: Contacto con la muerte
III: Condenados
IV: Sembrando dudas
V: Cosechando incongruencias

Sort:  

Una nueva entrega de tu novela corta (si se puede usar la calificación) muy bien narrada, guardando la cohesión con la historia, caracterizando muy bien a los personajes en su ejercicio, y manteniendo la atención del lector con el suspenso y la intriga manejada. Gracias y saludos, @mariart1.

Tu post ha sido votado por @celfmagazine, una iniciativa autónoma en favor del contenido de calidad sobre arte y cultura. Apóyanos con tu voto aquí para mantener y mejorar nuestra labor. Únete a nuestra comunidad
Your post has been upvoted by @celfmagazine, an autonomous initiative in favour of quality content on art and culture. Support us with your vote here to maintain and improve our work. Join our community


Discord

Muchas gracias 💜


Colmena-Curie.jpg

¡Felicidades! Esta publicación obtuvo upvote y fue compartido por @la-colmena, un proyecto de Curación Manual para la comunidad hispana de Hive que cuenta con el respaldo de @curie.

Si te gusta el trabajo que hacemos, te invitamos a darle tu voto a este comentario y a votar como testigo por Curie.

Si quieres saber más sobre nuestro proyecto, acompáñanos en Discord: La Colmena.


Muchas gracias 🌹

Your content has been voted as a part of Encouragement program. Keep up the good work!

Use Ecency daily to boost your growth on platform!

Support Ecency
Vote for Proposal
Delegate HP and earn more

Thanks 🌹

Literatos-estatico.jpg

Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.

¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!

Muchas gracias 😊

Este post ha sido propuesto para ser votado por el equipo de curación de Cervantes.

Gracias 💜