Amín y la juventud eterna
Es de noche, cuando el viejo Amín se sirve un trago, enciende el equipo de sonido y se sienta en el sofá gris de siempre. Toma un sorbo del vaso, respira profundo y la música comienza a sonar y a borrar el silencio que se acumula a esa hora en los rincones de la casa. A pesar de su más de medio siglo en la espalda, Amín sonríe como cuando niño escuchaba la música en la radio.
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El viejo Amín cierra los ojos y se recuerda niño jugando con sus carritos metálicos mientras la madre plancha el uniforme de la escuela. La madre tararea canciones románticas y alisa las arrugas de las camisas y los pantalones. Amín la ve desde el piso: sus labios se mueven y una voz melodiosa sale de ellos. Ella lo mira y le regala una sonrisa y eso es suficiente para que Amín sea feliz.o=:0:=o
Mientras hace la comida, la madre de Amín enciende la radio y también canta. Ella dice que cocinar cantando hace que la comida quede más sabrosa. Entonces trocea las papas, la carne, hace la salsa, echa las especias y espolvorea notas musicales por toda la casa, por eso Amín no deja ni migas para las hormigas, ni dedos de sus manos sin chupar.o=:0:=o
La madre de Amín cuando canta, también baila y saca a bailar a su hijo. Amín es torpe y se ríe cuando tropieza con los pies de su mamá. El viejo Amín vuelve a sonreír como antes, cuando pequeño y sabe que con aquellas canciones nunca dejará de ser niño. Por eso se levanta, sube el volumen y como en otrora, empieza a bailar.
El viejo Amín cierra los ojos y se recuerda niño jugando con sus carritos metálicos mientras la madre plancha el uniforme de la escuela. La madre tararea canciones románticas y alisa las arrugas de las camisas y los pantalones. Amín la ve desde el piso: sus labios se mueven y una voz melodiosa sale de ellos. Ella lo mira y le regala una sonrisa y eso es suficiente para que Amín sea feliz.
Mientras hace la comida, la madre de Amín enciende la radio y también canta. Ella dice que cocinar cantando hace que la comida quede más sabrosa. Entonces trocea las papas, la carne, hace la salsa, echa las especias y espolvorea notas musicales por toda la casa, por eso Amín no deja ni migas para las hormigas, ni dedos de sus manos sin chupar.
La madre de Amín cuando canta, también baila y saca a bailar a su hijo. Amín es torpe y se ríe cuando tropieza con los pies de su mamá. El viejo Amín vuelve a sonreír como antes, cuando pequeño y sabe que con aquellas canciones nunca dejará de ser niño. Por eso se levanta, sube el volumen y como en otrora, empieza a bailar.
Es un bello relato sobre un tiempo familiar que todos disfrutamos en ocasiones. Me gusta como está escrito, bordeando cada magnífico detalle. Esos momentos hacen que seamos eternos verdaderamente. ¡Saludos! @nancybriti
Creo que la música puede ser la perfecta máquina del tiempo. Con ella podemos regresar y alojarnos en los mejores momentos! Muchas gracias por vuestro apoyo, amigos!! Saludos
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