El lago de Gianna
Ya en la hermosa y espaciosa casa de campo, arreglamos todo y fuimos a merodear por los alrededores. Ya sabíamos que había un lago, así que fuimos a verlo. Era magnífico! Su agua de manantial era azul, cristalina y cálida. Nos zambullimos inmediatamente. Allí pasamos todo el día y la noche del sábado. En la mañana del domingo todos nos fuimos al lago para aprovechar las últimas horas en aquel lugar. Cuando llegamos, había una chica que se acercó a nosotros y se presentó. Su nombre era Gianna.
Gianna era una mujer muy atractiva, simpática, con una energía capaz de darle electricidad a una ciudad completa. Desde el primer instante acaparó nuestra atención y toda la conversación giró en torno a ella. Era italiana, de 21 años, olía a flores y su cabello era muy largo. Al preguntarle por ello, nos dijo que era una promesa que debía cumplir. Tal vez nos faltó curiosidad en aquel entonces para preguntarle qué tipo de promesa era aquella.
A la hora que debíamos irnos, uno de nosotros expresó su deseo de quedarse eternamente en aquel lugar. Todos estuvimos de acuerdo y Gianna, nos miró de manera extraña y nos dijo:¿ y por qué no lo hacen? Yo también tuve ese mismo deseo hace mucho tiempo y he estado aquí desde hace un montón de siglos. Dijo esto, se zambulló y se desapareció en aquellas aguas cristalinas y azules.
Una historia bella, con un final oculto, inesperado, misterioso, porque cuando no queremos irnos, deberíamos poder quedarnos, sin embargo, cada acción tiene una consecuencia y quizá la eternidad no es la mejor respuesta.
Hermoso y certero comentario, amigos! Puro talento el de ustedes. Muchas gracias por el apoyo
Emocionada y agradecida por vuestro apoyo, @don.quijote