Los ángeles no tienen rostro
En una esquina, temblando de frío, tal vez de hambre, se encontraba una mujer agachada tratando de cubrirse con unos cartones. Abrazada a sí misma, intentaba darse calor, protegerse del inclemente clima que le entumecía los huesos. Aunque tenía capas de ropas sucias y viejas, su piel era demasiado delgada, sus huesos estaban demasiado expuestos y el frío es un animal que devora lento.
Allí, acurrucada, es invisible a los ojos de los que pasan. Allí, con la cabeza entre las piernas y el rostro yerto de miedo solo escucha los pasos apresurados, indetenibles, de la gente, mientras la oscuridad se espesa y se hace más helada. Allí, cierra los ojos y en un instante su cuerpo empieza a temblar de frío. Los movimientos son involuntarios, mecánicos, seguidos. La mujer siente que empieza a caer en un vacío.
Con los ojos cerrados y los dientes castañeándole, la mujer sintió, de repente, un peso encima, algo cálido que la cubría. Alzó la cabeza y vio que una gruesa tela la tapaba. Se envolvió inmediatamente en ella y a lo lejos vio un hombre que llevaba las manos en los bolsillos y se perdía en la oscuridad de la noche. Ya bien cubierta de arriba abajo con el abrigo, la mujer antes de quedar dormida solo miró al cielo y dio las gracias.
Era yo...
Podría ser!! Yo sé que a veces sales a hacer el bien, aunque mal te paguen. jajaja. Abrazos "mochos"
Al leer tu sensible relato me viene la imagen que me produce la frase poética título del libro de Paul Bowles, El cielo protector. A veces solo nos queda acudir a esa protección. Un abrazo.
A veces solo esa tenemos, ni una más, @josemalavem! Abrazos
Congratulations @nancybriti! You have completed the following achievement on the Hive blockchain and have been rewarded with new badge(s) :
You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
To support your work, I also upvoted your post!
No entraré en el debate de los ángeles, porque incluso ellos, en un momento dado, también fueron partidistas y como cuenta la Biblia, se escindieron en dos grupos. De manera, que en ésta ocasión, abogaré por el género humano e incluso iré más lejos, atreviéndome a afirmar, que dentro de nuestra propia maldad, de ese egoísmo que hace que muchas veces no veamos más que aquello que nos interesa y que nos agrada, subyace algo definitivamente bueno y noble, que nos empuja indefectiblemente a algo tan decente, como es la piedad. Yo creo que el protector, en el caso de tu relato, no fue realmente un ángel, habida cuenta de que, como afirma Kapra en 'Qué bello es vivir', no mencionas algo tan significativo como que con ese gesto hubiera sonado una campanita, señalando que se había ganado sus alas. Así que, en honor a ser lo más justo posible, me reafirmo con la impresión de que hay personas de carne y hueso que como ocurre en la guerra, son también capaces de los mayores actos de decencia e incluso de los más nobles sacrificios. Un fuerte abrazo
La piedad, en estos tiempos, como el oro, vale mucho y cuando aparece brilla. Yo creo en la nobleza de algunas personas, es mi forma loca y ciega de apostarle a la vida. Creo, no sé si pocas o muchas, que aun quedan personas que protegen, cuidan y hasta de incógnito ayudan. Bonita semana. Abrazos muchos