Qué vendrá para una Cuba pos pandemia

in Cervantes4 years ago

Lo cierto es que la mayor de las Antillas ya estaba pasando por un problema grave de desabastecimiento. La escases de alimentos y combustibles no son fenómenos nuevos, no vinieron con la pandemia.

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También es cierto que no todo se le puede achacar a la ineficiencia de una economía excesivamente centralizada y controlada por militares burócratas. Del otro lado, y hasta podría decirse con propósitos bien difusos, está la presión el vecino del norte, con un embargo codificado en ley y un presidente muy interesado, no en “liberar” al pueblo cubano, sino en ganar la voluntad del electorado en la Florida.

En medio de este escenario tan oscuro clava sus garras la COVID-19, acontecimiento que presiona como nunca a la economía global y –no podría ser de otro modo- pone contra las cuerdas los planes de suministro de alimentos y otros productos en la isla.

Y como si el mundo, o gran parte de él, supiera qué hacer cuando el virus ya no sea una amenaza, muchas voces se vuelven hacia la isla a recomendarle recetas ya puestas en práctica por sus aliados ideológicos. Tales medidas, sugeridas al parecer sin malas intenciones, invocan la experiencia en China y en Vietnam.

Sin embargo, los ideólogos del Partido Comunista de Cuba las toman como fórmulas que buscan estimular la clase media de poseedores privados en detrimento de la economía centralizada.

El párrafo anterior, sin dudo es bien oscuro, pero podría traducirse de la siguiente manera: son recetas que pretenden restarle poder y supremacía a la familia elegida. ¿De qué familia estamos hablando? De la de Raúl Castro y sus herederos, no podría ser otra.

Para este clan, la propuesta de promover las pequeñas y medianas empresas de propiedad privada (Pymes) les resulta ofensivo y peor aún: peligroso.

Aun así, es posible que esta pequeña sección de la familia Castro que hoy hereda el poder, haya coqueteado a espaldas de la gerentocracia militar, con la idea de acercarse más a occidente. Pero tienen un gran lastre, un gran compromiso con el pasado, y ese pasado tiene un nombre: Rusia.

¿Qué nos espera? Más de lo mismo, hasta que dos grandes sucesos decidan los acontecimientos: las elecciones en los Estados Unidos y la jubilación o inhabilitación forzada de Raúl Castro.

Sin embargo, habrá que tener en cuenta lo más importante. Esta isla fue vendida a los rusos, o entregada –que es lo mismo- en un acuerdo que en el pasado redefinió la geopolítica en la zona. Y los rusos, hasta donde sabemos, nunca han regalado nada.

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Muy buena crónica de un país convulso.