Una tarde lluviosa de Abril, cuando ya parecía asomar el buen tiempo aparecen negras nubes y cae la lluvia, esta vez no me importa, esta vez me agrada escuchar las gotas caer sobre el techo de nuestra autocaravana, se siente de otra manera, como más cerca, más cálido.
Cerré mis ojos y simplemente disfrutaba de el sonido del agua, entonces entre las sabanas de mi cama me topé con mi libro electrónico y decidí comenzar una nueva lectura.
En este libro que estoy leyendo una chica viaja a la india y va anotando en su cuaderno pequeños trozos de frases y recuerdos, cosas importantes para así luego darle forma y escribirlo. Casi cada noche la chica necesita escribir todo para así poder escribir ese barullo de palabras que le rondan en la cabeza. Y entonces pensé ¿será fácil eso de sacar todo, de a través de las palabras, del teclado, del fluir de mis dedos, pudiese hacer la misma cosa? ¿Y por qué no? Gracias a esta lectura, me han aflorado unas ganas locas de escribir.
Quizas este es el momento justo, acabamos de emprender un nuevo viaje, nuevas experiencias, cambios y aventuras. El comienzo de algo nuevo.
