Lo refrescante de tu sonrisa esbozada,
un balde de hielo energizante,
como breve baño en lago ártico.
Una sandía refrigerada en un día de estío,
verte escupiendo las semillas,
a la pared,
calculando el rebote al tacho de basura,
eso no lo aprendiste en la universidad,
estipulo.
La liviandad de tu fresca actitud,
entre infantil y mas allá de todo,
nieve y algodón de azúcar,
melón y wasabi,
cereza y agua de coco.
Y al caer las semillas en el tacho,
goles, home-runs,
una frescura mas fresca,
que un fresco de Caravaggio.
Este post ha sido propuesto para ser votado por el equipo de curación de Cervantes.
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