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Enterrados se quedarán todos los recuerdos que como rompecabezas nos dedicamos a armar con las experiencias de aquellos días. Nunca lo pudimos terminar, ni lo vamos a hacer. Por mi parte prefiero dejarlos donde pertenecen: en el pasado, en el olvido, lugar donde ahora duelen menos.
Esta vez vienes disfrazado, pero ya no me puedes engañar. Aprendí a reconocer tu olor a mentiras, a indecisiones, a descaro, a inmadurez… y no es que yo porte una aureola, pero la diferencia entre nosotros es que yo no pretendo engañar a nadie.
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Soy transparente desde el principio, mostrándome más allá de mis cualidades. Sin embargo, tú siempre precisaste mostrarme solo tu paraíso, mientras yo tuve que dedicarme a investigar tus infiernos.
Hoy, me encuentro con el dilema de verte llegar con tus maletas para quedarte, (¿Para vacacionar?) pidiendo hospedaje en un hotel donde ya se reserva el derecho de admisión.
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Las políticas de la compañía cambiaron desde tu última estadía, y ahora hay felinos feroces que reconocer el hedor de estafadores como tú. Vete, antes de que los suelte... Vete, porque estás a segundos de ser devorado por animales que no quieren tu carne, sino tu alma.
Rainelis Loero (@Railis93) .
¡Gracias por leer, hasta un próximo post!
Así es, nadie puede prender venir a pedir hospedaje en un hotel donde ya le conocen su olor a mentiras y sus infiernos, menos si ese hotel ya se decidió a reservarse el derecho de admisión. Buen relato amiga! :)
Exelente publicacion, es bueno tomar una desicion irreversible, gracias por compartir.