Esperanza
Debajo del cielo y encima del mundo, un brillo resplandece sobre el muro. No hay explicaciones exactas para tanto universo; las sombras se mueven contigo hacia el horizonte perdiendo su oscuridad.
El sol despierta en un corazón mínimo la grandeza sonora del cuerpo. Descienden los sueños debajo del cielo seguros como ríos que pregonan tu victoria. Algo te detiene, el delirio y la turbulencia agachan tu ímpetu. Ver más allá de lo que sientes, es un riesgo… ¿Causa miedo?, sí. Todo resuena apenas rompes el equilibrio de las cosas. Todo pende entre el ser y la nada, y en la nada está el vacío.
Los viejos manipuleos llegan para asustarte; solo puede afectarte aquello a lo que le das poder. El muro sigue ahí, impide ver, incluso lo que eres. No intentes imponerte, la arremetida es un estado de trance; quieto el cuerpo, la mente conduce su fuerza imperceptible. Un replique como un sismo desata por dentro, lo que te ata; algo huye y deja un espacio para formas diferentes de pensar y hacer las cosas. El muro no es lo que parece, ponte de pie una vez más, puedes crear la realidad que te habita. Si creemos, creamos.
Debajo del cielo y encima del mundo, como es arriba así es abajo, y esto significa que las mismas leyes que organizan el universo, regulan el microcosmos que es el universo interior de cada uno. Todo se mueve, se transforma, es hora de ver del otro lado. La vida se encarga de ponernos a prueba para fortalecer nuestra voluntad y convicción. El error te redime, ¿Qué esperas? Eres la grieta frente al muro; Detrás, el azar se presenta, algo flota en el aire, algo que sigue abriéndose camino hacia alguna parte, y ese deseo crece.
Todo está por hacerse, pregúntale a lo que miras. Se asoma la luz, todo sueño callado. Alguien te mira sin ser visto; La esperanza duerme su tiempo, espera. No has llegado aquí simplemente para estar. No hay fuerza contraria que se resista a la voluntad ni al querer. La vida se hace más nuestra.