XVIII●Mi Florǁ@sweetval

in Cervantes3 years ago

¡Hola bellas flores! ¡Bienvenidos una vez más a mi mundo, mi vida, mis letras!

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Imagen creada por @sweetval en Canva.

Mi flor es una historia romántica publicada en Hive.blog. Recuerda leer los demás capítulos(Mi Flor)de esta maravillosa historia.

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M I FLOR 🌹•XVIII○Capítulo Dieciocho

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¡Wow! Llegó el gran día. Es el momento que tanto esperé, finalmente llegó la publicación de mi segunda novela.

La vida son decisiones, momentos para enfrentar diversas realidades. Este momento lo llegué a idealizar de diversas maneras.

Ser escritora de romance, me ha hecho pensar cientos de escenarios, miles de personajes. Cuando amas, te entregas a un mundo lleno de misterio, porque eso fue precisamente lo que experimenté cuando la mirada de Maximiliano se cruzó con la mía.

La alarma me despertó a las cinco de la mañana, inicié mi día normalmente, corrí e hice mis ejercicios matutinos en el canal de Youtube de gymvirtual, para así activarme de lleno. Recibí un desayuno nutritivo de un local de comida vegana cercano, un regalo de mi hermoso adonis.

Con la barriga llena de alimentos excelentes, mi corazón estaba contento. Me duché, me vestí con un conjunto de una tienda de emprendimiento muy chic, en tonos pastel, combiné con mi accesorio favorito: mi anillo de noviazgo.

Toda la mañana me entretuve en el spa, pues sinceramente lo necesitaba para renovarme y también hacerle un cambio de look. Me pinté por primera vez el cabello, después de pensarlo muchos meses, me decidí finalmente junto a mi estilista, optando por el color rubio dorado de Schwarzkopf. Me maquillaron con tonalidades oscuras para el gran momento, hicieron de mí una mujer distinta.

Era una rosa luciendo su belleza en todo su esplendor. Volví a casa, elegí el vestido Alicia de la colección de Rocio Osorno, era largo confeccionado en crepé con cuerpo fruncido y espalda descubierta, detalle de gran lazada en la espalda y corte en la cintura y falda de capa con bolsillos y cola, junto a unas sandalias altas de piel de H&M, eran de piel con tachuelas en metal dorado, caña alta con tiras y cremallera oculta detrás, con plantillas y forro de piel y una suela de goma. Rocié perfume en mis puntos especiales. El peinado que me hicieron en la peluquería fue suelto, porque mi nuevo color de pelo debía ser apreciado, lo rizaron y cortaron las puntas, ahora si estaba hidratado y lleno de brillo. Todo lo que lucía esa noche producía un efecto romántico y lujoso en mi piel pálida, me veía reluciente, era brillante y los zapatos de tacón eran muy cómodos.

Cuando terminaba de arreglarme, llegaron a mi bandeja de entrada una serie de mensajes.

◄Antonio D´Angelo. Mi niña, todo está impecable para ti, ¡Lúcete, esta es tu noche!

◄Maximiliano D´Angelo. Amor, desde que te conocí muchas cosas me impresionaron día a día de ti, sería un describir sinfín, mucho te lo he dicho. Lo más hermoso de todo lo que he vivido contigo es tu persona interior, descubrir lo maravillosa que eres, porque tu exterior es magnífico, pero tu interior inspira a servir. Soy el hombre más feliz junto a ti. ¡Hoy, es tu noche, mi dulce señorita! Te amo infinito y muero por verte 

◄Mamá. ¡Muchas felicidades, mi niña! Ya pedimos tu libro en casa para obtenerlo y disfrutarlo. Estoy muy feliz de todo lo que haces. ¡Desde ahora y para siempre, viene lo mejor para ti!

◄Hailey. Amiga, te conocí un día para cambiar muchos aspectos en mi vida. ¡Te amo y deseo lo mejor! Rómpete una pata

◄Frederick D´Angelo. Cuñadita, tenías bien guardado ese talento, jejejeje.

◄Joey. ¡Muchas felicidades, nena! Eres una mujer maravillosa, te quiero y admiro

Leí los mensajes y quedé conmovida. Ordené mi maleta, porque según Maximiliano teníamos un viaje importante que hacer después de la presentación de libro.

Después de ordenar mi maleta pequeña, me dispuse a comer una ensalada de frutas, para relajarme. Durante todo el día me comuniqué con Maximiliano por Whatsapp con imágenes y audios de nuestro día, él me enviaba fotografías del stand de la rueda de prensa, el cual estaba con la revelación de portada, sillas con cojín y mesas donde se daría un pequeño detalle para hacer más amena la estadía en el lugar. No podíamos escribir mensajes, así que en su lugar nos comunicamos con notas de voz. Me encargué de pasarle fotos de mi día en el spa, pero no le revelé mi nuevo color de cabello, por ello, había misterio en mí.

Sonó la puerta de la entrada, lo cual indicaba que había llegado el hombre de la casa.

-¡Hola amor!-Susurré cuando nuestras miradas se cruzaron. Él me miró embelesado, no creía lo que veía, de hecho parpadeó para salir de su realidad.

-Dime que no estoy soñando, baby..-Musitó. Se acercó a mí y me abrazó, sin aplastarme

-¿Quieres que te bese para que veas que no estás soñando?-Pregunté y me reí, aunque no debía. No bromeaba. Me acerqué a sus labios despacio, rozamos nuestras narices, estábamos a solo centímetros, las miradas se entrelazaban. Él rompió toda lejanía, besándome intensamente.

-Definitivamente eres la mujer perfecta, pero me voy a guardar ese secreto. –Reconoció. Él se duchó, se vistió, mientras pensaba en lo que diría esa noche, busqué mi bolsa de fiesta y un poco de lo que tenía escrito como discurso.

Dos horas después estábamos en la Editorial Cali, apenas entramos estaban reunidas personas esperando entrevistarme, tomarme fotos, tener un autógrafo y sonreírme. Todo el equipo se puso guapo, me recibieron con globos, un pastel y una excelente sonrisa. Hicieron un gran trabajo todos organizando la noche especial. Días antes tuve el poder del primer libro en mi mano, no cabía en satisfacción, no podía creer la felicidad que tenía en el pecho y lloré con tranquilidad.

Reuní al equipo antes de salir a nuestra noche y expresé: -Esta noche tan especial para mí, antes de salir allá afuera… quiero decirles sinceramente ¡Gracias equipo! Durante todos estos meses me han demostrado los valores humanos más bonitos del mundo, he conocido la sinceridad, respeto, cariño, compañerismo, por eso, este sueño lo cumplo con ustedes, porque toda victoria tiene sus guerreros. –Agradecí. Muchos me abrazaron, otros dieron un beso y los demás se mantuvieron con una sonrisa lejos.

Sin duda alguna, Maximiliano estuvo de lleno en el cumplimiento de mi gran sueño. Cuando estaba agradeciendo al equipo, me miró de lejos y le brillaban los ojos de felicidad. Ocultar nuestra relación no fue fácil, pero fue una gran aventura. Conocer a su familia más fondo fue magnifico, tuve la oportunidad de coincidir con Joey como cuñada, como amiga y era espectacular.

Mi maravilloso equipo me miró feliz cuando entré en la sala donde estaban reunidas alrededor de cien personas en vivo en la sala, mientras miraban a la presentadora más amigable que había conocido en mi corta existencia, Matilda, una mujer multifacética : modelo, mamá primeriza, animadora, esposa, psicóloga. Nadie me importaba más que un hombre en esa sala, mi amor por él se despertó al inicio de mi sueño, deseaba no terminara, ahora me sentía desbordada, tenía los ojos llenos de ilusiones y sueños infinitos

-¡Buenas noches damas y caballeros! ¡Bienvenidos a la Editorial Cali!-Brindó como apertura, Matilda.-Hace unos meses comenzó este sueño para una mujer, ella entró a la Editorial Cali simplemente como una escritora, pero poco a poco convirtió este lugar en un lugar lleno de luz, color y magia. Ella se descubrió en un mundo singular, encontrando una nueva persona. Es radiante, inteligente, romántica y expresiva, pero sobretodo ella es paz… Con ustedes, Roses.-Anunció.

Entré pisando fuerte, tal como el primer día que crucé la puerta de la Editorial Cali, con un sentimiento extraño colado en el pecho, pero poco a poco se transformó en uno que ya conocía. Nadie esperaba mi entrada por la puerta trasera de la sala, las miradas fueron trasladadas hacia mí, en cuanto entré. Tal como lo practicamos la sala se oscureció y una luz blanca me enfocó por mi paso hasta el stand, el equipo de música tocó el piano con una melodía suave para los oídos.

-Este sueño no sería posible sin una gran familia, por eso… ¡Aquí tenemos hoy a la Familia D´Angelo!-Presentó. Entraron por la puerta delantera el señor Antonio de la mano de su esposa Olivia, junto a sus dos guapos hijos Maximiliano, Frederick con su recién esposa Joey y bueno… el bebé que todavía no había sido noticia en el mundo, porque decidieron esperar unos meses para hacerlo oficial.

Después de recorrer la sala, me senté en la silla del escenario junto al micrófono. Estaba nerviosa, practiqué mis ejercicios de respiración y me guié con la mejor energía.

-Ante todo, ¡Buenas noches! Deseo se encuentren bien, esta noche hermosa de luna llena, mi pecho se contagia de alegría, por muchas razones, pero en especial, porque ustedes están aquí conmigo. Más que reunirlos aquí para presentar mi libro, quiero presentarles mi verdadera historia… Todos los escritores presentan su novela, pero dejan de lado su historia.-Expresé. Todos me miraban perplejos.

-Nací realmente un 12 de agosto, aunque mi partida de nacimiento dice que nací el 15 de noviembre, quizá les parece raro… pero es que ese día hice de mi vida un mejor momento. Mi abuelo murió tras una enfermedad mortal, el 12 de agosto de 1999, simbolizando para mí, la pérdida más significativa del mundo, por eso, dejé de creer en la justicia, pensé que no existía Dios e incluso me separé de mis tíos, primos y abuela, le di la espalda al mundo. Ese día tras recibir las cenizas, me sentí muy mal, mi mundo estaba hecho trizas, estaba destrozada, agoté mi energía y mi esperanza. –Me detuve, respiré hondo, recordé ese día, tomé el impulso para seguir adelante… -Realmente esa no era yo, algo debía cambiar. De pronto, recibí como milagro del cielo, una invitación a un campamento, renuncié a mi trabajo en una tienda, deseaba tiempo a solas. Decidí entregarme a ciegas a una aventura, no tenía idea de cómo sería, ni dónde. Solo les puedo decir que valió la pena, pese a todo lo vivido anteriormente y valió por muchas razones... –Respiré hondo. –Era una montaña llena de naturaleza deslumbrante, nada de internet, lujos, agua caliente, ni amigos, ni familia. Solo una cabaña de 9 m², un cuaderno en blanco con lápices, mi bolso con ropa limpia, un servicio que no hablaba, solo traían comida, no tenía idea de quién pagó, cuando pagó, porqué lo hizo, para qué, cuánto pagó. Sería algo inexplicable, pero me interné sola en ese mundo por tres meses y de allí salió lo mejor que pude hacer en mucho tiempo… -Expuse, tomé un trago de agua y recordé ese tiempo.

-De ahí nació la historia que hoy presento para ustedes, el proyecto que me otorgó mi abuelo, el cual pagó meses antes de morir, lo hizo porque sabía que tenía un don y quería que lo explotara, era la única manera de hacer que floreciera mi mundo. Fue especialmente para un público romántico, además él quiso que me conectara consigo misma. Lo pagó en dólares, ahorrando meses de trabajo, apartó incluso. Y simplemente terminé con una historia de montón de palabras y ahora publicada.-Agregué.

-Al terminar mi estadía me dieron una foto, la última con mi ángel que se fue a un lugar mejor, él sonreía y atrás decía: Para mi niña bonita, mi pequeña flor, una hermosa mujer que se cae, se desvanece, pero siempre vuelve a surgir, renace y florece nuevamente. ¡Cumple tu sueño!. –Culminé. –Con ustedes la presentación de mi libro. -Añadí. Los presentes empezaron a aplaudir, todos se pusieron de pie, unos silbaron, otros rieron. Reprodujeron la portada de mi historia en la pantalla, se veía preciosa.

Empezó a sonar música, por lo tanto, tenía unos minutos para descansar, mientras caminaba rumbo al baño de las oficinas encontré a mi novio sonriendo de oreja a oreja, quién no dudó envolverme en sus brazos, besarme repetidas veces y felicitarme.

-¡Me volviste a sorprender! Ya no sé qué puedo esperar de ti, amor. –Expresó. –Le di un guiño como sorpresa. Entré al baño, retoqué mi maquillaje y aproveché de relajarme un poco.


Volví a la sala en pleno banquete, todos brindaban y esperaban por mí. Mi jefe y recién suegro propuso un brindis por mis éxitos.

-Por más éxitos profesionales, personales y familiares. Porque pronto seas una más, formalicen sus vidas como una familia… Los quiero a los dos y estoy orgulloso.-Expresó mi suegro y jefe. ¡Wow!

-¡Que así sea!-Expusimos al mismo tiempo, como pareja.

Se desarrolló un excelente momento, muy productivo para el crecimiento de la empresa y personal. Me sentí muy feliz, porque aunque estaba en pie desde las cinco de la mañana, me quedé embelesada con todo lo bonito que me sucedió.

La cena le encantó a todos los invitados. Se anotaron más de dos millones de personas para la pre-venta del libro. Tras hablar un poco, la cena, leí la sinopsis de la historia y pasaron un book-trailer en la pantalla y finalmente acabó el día maravilloso. Aunque Maximiliano me tenía una misteriosa sorpresa, me obligó a cerrar los ojos, me mantuvo en el asiento esperando en silencio recorriendo la oscuridad.

-¿Falta mucho, amor?-Pregunté por séptima vez . No había recibido ninguna respuesta, la radio al azar nos rodeaba.

Una hora y treinta minutos, nada pasaba a mí alrededor, me sentía ansiosa y tenía las piernas cansadas. Maximiliano estacionó el auto en una calle que estaba iluminada. Abrió la puerta para mí, me tomó de la mano y miró alrededor.

-¿Dónde estamos, vida?-Interrogué confundida.

-¿Recuerdas aquella noche cuando hablamos de dónde te gustaría vivir?-Interrogó él. Asentí con la cabeza, pero aún no entendía nada.

-Esta casa es tuya, Roses. –Anunció. Me soltó en mis manos un juego de llaves con un llavero de corazón rojo.

-¡No puede ser!-Exclamé. Salté a sus brazos, enredé mis piernas en su cintura y mis manos las hundí en su cabello, él me sostuvo unos minutos y me abrazó con fuerza.

-Esta es parte de la sorpresa que tengo para ti, dulzura. Esta es la primera de muchas cosas que quiero tener contigo. Quiero que tengas un hogar cálido, bonito y muy cómodo, y más adelante espero construir nuestro pequeño hogar de amor. –Expresó Maximiliano con una sonrisa roba-corazones.

-¡Quiero besarte y que conozcas tu nuevo hogar… pero debemos seguir con la sorpresa!-Pronunció y me separó de su cuerpo. Volvimos al auto, me quedé admirando mi nuevo hogar, sinceramente no podía creer todo lo que estábamos viviendo.

Emprendimos un nuevo viaje a un destino desconocido, pero esta vez, tuve los ojos abiertos y el control de la radio. Llegamos al cabo de veinte minutos a un bosque iluminado por pequeños destellos de luz, mi novio abrió la puerta del auto para mí, nuevamente me tomó la mano y caminamos despacio con nuestras maletas.

Cuando caminábamos, me susurró al oído: -Hoy, pisaste dejando huella en cada una de las personas que te escucharon. Hace meses la marcaste hondo en mí, y no se ha desvanecido. Eres una persona muy especial, por eso quiero que esta noche sea inolvidable para ti. Tenemos este lugar solo para nosotros, porque mañana comienza otra etapa para este sueño. –Expresó. Me guió por un sendero, hasta llegar a una hogareña cabaña, allí estaba calentito por una chimenea. Era un espacio abierto, se apreciaba nada más ingresar un closet de almacenamiento, donde dejamos nuestras maletas y zapatos, luego había un mueble de descanso blanco pequeño para pareja con almohadas, cojines, cobijas calentitas, junto a una mesa tradicional de vidrio circular y una tv pantalla plana HD. La cocina era pequeña, un espacio reducido con una nevera pequeña LG, un fregadero y alfombra suave, tenía lugares de almacenamiento, una cocina a gas, era toda la decoración en colores tibios, productos de alta gama de tecnología y una excelente frescura.

Solo había una habitación, paredes color naranja, una ventana gigante y cortinas, una cama tamaño grande que tenía un colchón muy cómodo, luego había un baño, sencillo, en donde el lavabo era blanco junto al retrete, solo había una ducha pequeña

Admiré la cabaña, allí pasaríamos una noche maravillosa, pensé. Hacía mucho que no disfrutaba tanto un momento. Todo había sido bloqueado entre nosotros, teníamos la atención en el libro, en las actividades de la Editorial Cali, algunos fines de semana los pasábamos con su familia, algunos con mi mamá, otros con Gala, Hailey , intentando cumplir nuestras reglas de casa.

Me encerré en el baño porque empecé a sentir que me había venido la menstruación, seguramente si mis cálculos no fallaban. Escuché la voz cálida de Maximiliano desde afuera, porque según había tardado mucho tiempo dentro

-Nena, ¿Estás bien?-Interrogó preocupado. Abrí la puerta para Maximiliano, me dieron nauseas, sentí ganas de vomitar y me arrojé al retrete, él se asustó, de pronto, un cansancio terrible me invadió, caí en seco, el mundo se detuvo, se puso todo negro, me desmayé en sus brazos.

No recuerdo nada más. Después de ahí, todo son ruidos extraños

El tiempo para los demás no se detuvo, pero no logré percibir mucho más que manos frías de Maximiliano. Después de horas de incertidumbre, despierto y encuentro a Maximiliano durmiendo a mi lado de manera pacífica, veo su pecho subir y bajar despacio.

Me remuevo en la cama incomoda, notando que tengo más energía, pero decido quedarme con los ojos abiertos observando pequeños detalles de la cabaña, vuelvo a dormir…

Maximiliano me despierta unas horas más tarde, me atiende y mima, cocina para mí, me da de comer, me da de beber, me ayuda a ir al baño y vemos televisión al azar. Antes de volver a dormir, me ayuda a bañarme, porque no quiere que vuelva desmayarme en el baño. Después de bañada, oliendo a fresas, llena de frescura, me coloco con más ayuda la ropa interior y una bata para dormir. Me peina el cabello y prepara finalmente té de manzanilla.

-Te desmayaste hace unas horas, vino un doctor y dijo que estabas en tus días. –Aclaró. No decimos nada más, nos quedamos dormidos.

-Aunque no tengas fuerza, estaré para ser tu soporte. Te cuidaré y amaré por lo que reste de vida, cielo mío. –Susurró Maximiliano antes de caer en un sueño profundo.

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Después de mi desmayo, el siguiente día por la mañana nos íbamos de viaje supuestamente por la recién publicada novela, pero Maximiliano me llevó de sorpresa a Santorini, Grecia.

Duramos horas viajando, vomité mucho, pero al llegar ahí todo valió la pena. Él pensó que era por el viaje mi malestar. Creía que íbamos a Puerto Rico, pero no.

-¿Qué hacemos aquí?-Pregunté. Él me sonrió.

-Lo sabrás más tarde, nena.-Manifestó.

Nos recibió un dulce grupo de mujeres que hablaban español, él se fue de mi lado dejándome con ellas, quienes me dieron de comer, me consintieron con un masaje y me insistieron vestirme, maquillarme y peinarme.

Las horas pasaron, no entendía nada. Oscureció, Maximiliano no aparecía. Las chicas me maquillaron para la noche, estuve en incertidumbre, porque preguntaba dónde estaba mi chico y nadie decía nada.

Después de mucho silencio con el grupo de chicas americanas, me guiaron por unas escaleras, caminamos lento y llegamos a un lugar iluminado con velas, me pusieron un antifaz y me ordenaron que no me lo quitara, me dejaron sola, luego sentí las suaves manos de Maximiliano. Empezó a sonar la canción con la que nos conocimos, dimos unos pasos más, él me pidió que me quitara el antifaz. ¡Dios mío! Era una cena a la luz de las velas, con las mejores vistas del mar, flores por todos lados, la luna iluminándonos también, él llevaba un traje negro que le sentaba muy bien. Él tomó mis manos entre las suyas y me miró tan dulcemente, que sentí mi mundo se revolucionaba.

-Roses, el día que te conocí no pensé que causaría un efecto tan especial en mí. Eres la mujer más importante en mi vida, quizá no sepa muchas veces como expresarte mi amor, pero sé que te amo, te admiro y te sueño la mujer de mi vida. Un día te di un anillo de novios, simbolizando una promesa, una que juré cumplir y… ¡Ya es el momento!- Anunció.

-¿Quieres casarte conmigo?-Hizo la pregunta especial. ¡Salté de la emoción!

-Sí, sí quiero ser tu esposa, Maximiliano. –Respondí. ¡Wow! Un espectáculo de fuegos artificiales comenzó y muchas personas nos empezaron a aplaudir, fue una completa sorpresa. Una cámara nos grababa, otra nos tomaba fotos, había comida para dos y música.

-Ahora lo sé, cuando un hombre ama a una mujer, lo sabe cuándo la ve. –Recordó.

¡Nos vamos a casar! ¡Wow! Pensé

-Yo también tengo que decirte algo, pero lo dejé en mi bolso. –Expresé.

Maximiliano me miró expectante, seguro estaban pasando muchos pensamientos por su mente.

-¿Qué será, cariño? Te noto preocupada.-Expresó. Me tocó la frente, pensando que tenía temperatura. Cenamos disfrutando el momento, hablando sobre su sorpresa, miré mi anillo que pasaría de generación en generación, ahora tenía dos anillos.

Volvemos a una habitación matrimonial, como un chocolate negro y saco de mi bolsa un regalo para él. Su rostro cambia completamente.

-¿Un regalo?-Interroga sorprendido.

-Sí, cariño. –Susurro despacio. Lo sostiene en sus manos, lo abre ante mí y saco lo que le llevaba escondiendo durante muchos días, la razón de mis desvelos, mi nueva ilusión por la cual sonreía en las mañanas en el espejo. No lo puede creer, me mira, observa el regalo con detenimiento… ¡Es una prueba de embarazo! ¡Vamos a ser padres!

-¡Qué bendición tan grande!-Dice, luce boquiabierto., le causé una sorpresa. Me imaginé cientos de noches la manera de anunciarle nuestro embarazo. Incluso cuando comencé con nauseas, sintiendo asco por los sabores e incluso olores que amaba, creí que era algo extraño, experimentando una falta repentinamente en mi ciclo menstrual, lo vi todo más claro.

Decidí guardarme mi miedo de estar en la “dulce espera”, porque no quería embarazarme tan pronto, no cuando estábamos logrando tantas cosas juntos, pero surgió porque no nos cuidamos, aunque tampoco hablamos de formar una familia. Cuando averigüe en una web los síntomas de embarazo, me quedé impactada, tenía muchos de ellos. Sin duda, fue en ese momento cuando tomé la iniciativa de hacerme una prueba de embarazo, una prueba en el laboratorio, durando dos días de incertidumbre y espera. También decidí ir a la farmacia a comprar muchas pruebas de embarazo, porque no aguanté la espera del laboratorio, las guardé para hacerlas día sí, día no. El primer día aproveché que Maximiliano había decidido salir con su grupo de amigos de la universidad, por ello, estaba sola en casa. Me senté a leer las instrucciones de la prueba, cuando entendí como hacérmela, hice mis necesidades e introduje la prueba, conté los minutos sentada frente al espejo, mirando mi cara de miedo y sonreí. Pensé: si estoy esperando un bebé, pues bien, porque sabía de antemano que Maximiliano sería el mejor papá del mundo, sino… dejaría pasar esa prueba de embarazo y lo seguiríamos intentando.

Cuando pasaron los minutos indicados en la prueba de embarazo, la tomé con las manos frías y el corazón latiendo como si se me iba a salir del pecho. Susurré unas palabras al aire: -¡Que sea lo que Dios y el Universo quiera!-Voltee la prueba y leí el resultado. Brinqué al leer la respuesta. Sentí como si me salté un latido de mi corazón y quizá también dejé de respirar. Le tomé una foto para leerla otra vez y definitivamente ver qué no era mentira, que no era un sueño.

La prueba decía: -Pregnancy, salían dos rayitas, era positiva, lo que significaba que seríamos padres en los próximos nueve meses.

Desde ese día guardé el secreto y empecé a planificar una bonita sorpresa, una manera de decirle de manera original que estábamos embarazados. Leí en internet, busqué fotos originales y un sinfín de maneras de anunciarlo. Opté por elegir una bolsa de regalo con la prueba de embarazo positiva. Ese día de la prueba de embarazo en el baño, pese a mi emotividad, decidí esperar el resultado del análisis de sangre, no concebía la idea, pero como profesional de la salud, confiaría en la prueba de sangre.

Todo encajó perfectamente. Tras el día de la presentación del libro, estaba muy cansada, me desmayé. Estaba en el colchón sin poder moverme por la debilidad. Una hora más tarde, me encontré al fin mejor, Maximiliano a mi lado ocupándose de mí de una manera exagerada. Me consintió, me dio de comer vegano. Vino un doctor cuando me desmayé, dijo que estaba en mis días.

¡Pensé que estaba en mis días! Pero no, se trataba de un síntoma más del embarazo, se llama: sangrado de implantación, es el leve manchado o el pequeño sangrado que se produce cuando un óvulo fertilizado (un grupo de células que se divide rápidamente llamado “blastocisto”) se adhiere a la mucosa del útero.

¡Una boda y un bebé! ¡Wow! Qué fortuna es todo eso.

Cumplí mi sueño, vendrían muchos más. Estaba viviendo mis sueños, era gratificante.

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Todo este contenido literario es original de Valentina Padrón. ¡Gracias por acompañarme en mi sueño!

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