Otro de los platos que comimos el otro día junto a la carne a la piedra fue el queso provolones que hicimos a la vez que se hacía la carne.
Un queso que es bastante graso, lo que hace que se funda con bastante facilidad y que se queda con un toque cremoso que lo hace espectacular.
Aliñado con hierbas aromáticas todavía lo hace más sabroso. Riquísimo y facilísimo de preparar.


DELICIOSO este queso, lo probé el año pasado y que delicia!!