Imagen de uso libre usada de fondo, autor - Alex Myers en Pixabay Editada por @writertales bajo permisos de licencia.
Capitulo I - Volviendo al inicio
— ¿Pero qué… es esto?
Me encontraba en un sótano oculto de la casa de campo de mis padres.
Mi nombre es Kenji Johnson, sí, lo sé, una fusión algo poco común ¿cierto?... pero veras tiene una explicación, sencillamente mi nombre proviene de mi madre que como ya se imaginan es japonesa y el apellido de mi padre el cual es estadounidense.
Pase casi toda mi niñez viviendo y adaptándome a dos culturas completamente diferentes, viajando de un país al otro, una y otra y otra… y otra vez. Algo que aunque desde el principio bien pudo ser difícil, terminé acostumbrándome.
Después de todo, era mejor así.
Mi padre era un soldado reconocido y con honores que había servido al ejército de su país y habiendo formado parte de misiones muy difíciles de las cuales volvió afortunadamente siempre con vida. Pero solo fue así hasta conocer a mi madre, ya que después de eso, se retiró.
Mi madre por otro lado era una aparente ama de casa, tranquila y dedicada al hogar o eso querría decir, pero en realidad al cumplir cierta edad pude notar que ella era una mujer de aura misteriosa, de la que siento que poco llegue a conocer de verdad.
Sin embargo a pesar de los padres que tenía, los cuales podían ser algo diferentes al resto, tuve una vida completamente normal con la que me sentía a gusto, éramos una familia genial, que hacia todo tipo de cosas juntos, algo que ayudo a que nunca me sintiera solo a pesar de mi dificultad para hacer amistad con otras personas.
Pues nunca fui el mejor en ello la verdad.
Pero como dije antes, era feliz y me sentía afortunado de tener a mis padres y todo iba muy bien... sí... al menos hasta ese fatídico día.
El día en que mis padres murieron y también 5 años antes, de convertirme en esto...
Hoy era exactamente el 17 de junio de 2020; o bien podría decir, mi vigésimo segundo cumpleaños. Me encontraba en Japón visitando la vieja casa de campo de mis padres en Hokkaidö. Una a la que íbamos con mucha frecuencia en primavera, cuando era niño.
La casa estaba descuidada y llena de polvo… algunas tablas del suelo rechinaban con cada paso que daba y ciertas partes estaban llenas de moho. Que estado tan lamentable.
Sin embargo siendo honesto estaba mejor de lo que pensaba, ya que si contaba al tiempo desde la última vez que recibió mantenimiento, habían pasado 5 años ya…
No era más que una cabaña vieja y abandonada. O al menos así quería verlo…
Caminé por la sala de estar y me quede observando la vieja chimenea. Aun podía sentir su calidez, al volver a aquellos viejos recuerdos, todos esos momentos que compartí en este lugar sin imaginar cómo terminaría.
Toda la casa emanaba nostalgia y tristeza… entendía que era un dolor que no iba a desaparecer así nada más.
Ahora que lo pienso, que ingenuo fui la verdad, al creer que con solo venir a aquí después de 5 años me podría ayudar… Después de todo, luego de su muerte no había hecho más que escapar.
Terminando así, como un asesino… sí, un simple perro del ejército.
En aquel entonces cuando lo decidí, solo fue como un sostén emocional, una forma de sentirme más cerca de mi padre; ya que al fin al cabo siempre lo admire, creí que si me volvía un soldado como él, al menos podría usar mi vida para proteger a otros, para que no existan más personas como yo en el mundo, que perdieran a sus seres queridos.
Pero una vez dentro… solo pude terminar pensando de una forma…
«Esto es una mierd*»
El ejército no era más que un grupo de asesinos del gobierno. Por fuera buscan tener una imagen pública, jactándose de llamarse a sí mismo protectores, entidades del orden, formadas para asegurar el país y sus ciudadanos. Pero por dentro la realidad era otra, una vez tienes el tiempo suficiente lo entiendes. La guerra e inestabilidad del orden no era algo generado por "terroristas" como el mismo ejército quería hacerlo ver.
Si no que todo esto era un negocio. La guerra no era más que otro método de comercio y aquellos mismos que alardeaban a la imagen pública de victorias contra el terrorismo, eran los mismos que les entregaban las armas y los provocaban.
No había una guerra que ganar, porque esa guerra siempre iba a continuar.
Pero no fue sino hasta ahora que finalmente lo entendí. Ya que una vez fui asignado en una de las unidades de Fuerzas especiales, la realidad en la que vivía, salió más a la luz.
Y así fue como llegue a este punto, un joven tonto de 22 años que huyó al ejercito luego de la muerte de sus padres, para al final solo terminar lamentándose aún más de todo.
De modo que por esa razón, solo termine haciendo lo que debí haber hecho hace mucho tiempo, deje Estados unidos y regrese a Japón a enfrentar todo esto de una buena vez…
Sin tener la menor idea claro, de lo que me sucedería allí varios minutos después de eso.
Bueno, aquí decidí retomar mi escritura luego de un buen tiempo y decidí comenzar una nueva historia que desde hace días tenia en mente, pero nunca me determine a empezarla por falta de tiempo y muchas cosas... pero he vuelto recargado
Nota: Todo lo leído aquí fue escrito por mi mismo
Este post ha sido votado por el equipo de curación de Cervantes
@don.quijote gracias por el apoyo :)
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