
Hoy fue uno de esos días en los que simplemente quiero disfrutar la calma. Sin prisas, sin ruido, sin pensar demasiado en lo que viene después. Me gusta cuando puedo quedarme en silencio, sintiendo la luz suave entrar por la ventana y dejando que mis pensamientos fluyan sin presión. A veces no se necesita mucho para sentirse bien, solo un poco de paz y un momento para una misma.
Es bonito aprender a disfrutar de la propia compañía, a valorar esos instantes donde todo parece detenerse y solo existe el ahora. Hoy me siento tranquila, y eso ya es suficiente.
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