Mi apreciado amigo.
Qué mal que tengas un día sombrío y lúgubre, no obstante, permíteme decirte que, antes de amanecer, todo se vuelve más oscuro y silencioso.
Lo mejor, es que la noche no dura para siempre, y podemos darnos el lujo de sentirnos bien, y otras veces, no tanto.
Al final, el sol saldrá nuevamente para todos, y nos mostrará el verdadero color de las cosas.
Mis mejores deseos para ti, hermano.