





El sol de la tarde ya empezaba a esconderse en la Plaza Los Palos Grandes cuando di inicio a mi intensa sesión de entrenamiento Funcional Full Body. Escogí este pulmón verde en el corazón de Caracas para inyectarle un extra de energía y aire fresco a mi rutina. La música motivacional de mis audífonos se mezclaba con el sonido de los pájaros y el murmullo tranquilo de la gente paseando.
Durante una hora, el circuito me puso a prueba: burpees explosivos, lunges dinámicos, sentadillas con peso corporal y planchas que desafiaban mi core bajo la sombra de los árboles. Cada músculo trabajó al máximo, garantizando ese esfuerzo completo y balanceado que solo un entrenamiento full body puede ofrecer. El sudor, el esfuerzo y la sensación de logro se acumularon con cada repetición.
Al terminar, con las piernas temblándome un poco y la endorfina a tope, me encontré con la fantástica Cuchi Runners. Sabía que la recompensa sería merecida, ¡pero ella la elevó a otro nivel! Como un premio espontáneo por la disciplina y el arduo trabajo, me invitó a un delicioso helado. Sentarse en un banco de la plaza, saborear el frío y dulce postre, y compartir una risa con una gran compañera runner, fue la guinda perfecta del pastel. Un final refrescante e inolvidable para un entrenamiento excepcional.
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