Fuente/Source
Español
Bayas de Percéfone
Un gran sopor me invade, siento un intenso frio extenderse desde la punta de mis dedos y propagarse a mi cuerpo a través de mis brazos, la noche se oscurece hasta extinguirse cualquier luz, estrellas, planetas y satélites, van poco a poco desapareciendo, hasta que una total negrura llena mi mirada.
En mis oídos, los sonidos de los árboles mecerse, agitados por el viento, el ulular de búhos y chillar de murciélagos, que salen durante la noche en busca de comida, desaparecen, dejando tras ellos un profundo vacío auditivo.
Los aromas de jazmines y geranios, de pasto húmedo y materia vegetal, se extinguen dejando sólo la ausencia de aromas y sabores.
Siento mi corazón latir más lento y mis inhalaciones ser más profundas y distanciadas, poco a poco pierdo la conciencia de mi propio ser, como si fuese llevado por una nada sin nombre, que me envuelve apartándome de todo lo que existe.
Repentinamente se despliega un velo de vivos e iluminados colores que se mueven de un lado a otro, llenando todo lo que me rodea, pero no son mis ojos los que perciben esos colores, de alguna forma los puedo ver, más allá de lo que mi oscurecida vista puede percibir.
El sonido del mar, risas y susurros, seguidos del ininteligible soliloquio de cientos de voces, se unen en mi mente al ya confuso arcoíris cinético que la aturdía, agudizando el estupor que sentía.
En medio del galimatías de voces, una empezó a destacar, una clara y vibrante, melodiosa y dulce, que me seduce con sus claras y hermosas palabras.
“¿Por qué estas aquí?, ¿por qué me has seguido?”
Traté de responder, pero no pude escuchar mi propia voz, sólo la voz de mi mente decía, “porque te extraño”.
Sentí la delicada y tersa piel de su mano, rozar mi rostro, sus cálidos labios, posarse sobre los míos y su dulce perfume a lirios y rosas quedó impregnado en mí, antes de escucharla decir.
“Ya es hora de que regreses”
Una pálida y amarillenta luz llegó a mis ojos, colándose entre las hojas de los imponentes árboles, sus rayos calentaron mi rostro y desentumieron mis frías manos y pies, mi semi desnudo cuerpo sintió la humedad del pasto y el intenso olor del jazmín despabiló mi mente.
Nuevamente estaba entre los vivos, nuevamente mi intento de unirme a ella, había fallado miserablemente, debía seguir un año más habitando la cárcel de mi existencia, recluso de mi vida. Reviviendo a cada instante, una vida que ya no podrá ser.
A mi lado, aun húmedas por el rocío matutino, un rosado racimo de bayas de Perséfone, mi anual atajo al mundo de los muertos, donde alguna vez lograré permanecer. Aun aturdido por sus alcaloides, capaces quitar la vida en medio de un alucinante estupor, nuevamente estoy despierto y siento el fracaso pesar sobre mis hombros.
Otro año pasará y como en cada aniversario de su perdida, regresaré a Perséfone y me atiborraré de las bayas que le quitaron la vida, esperando nuevamente poder estar con ella, volver a ver su dulce rostro y sentir su suave cabello sobre mi pecho y poder perderme en su aroma hasta el fin del tiempo.
Texto de @amart29 Barcelona, Venezuela, junio de 2020
English
Percephone´s Berries
A great stupor invades me, I feel an intense cold spreading from the tip of my fingers and spreading to my body through my arms, the night darkens until any light is extinguished, stars, planets and satellites, are gradually disappearing, until a total blackness fills my eyes.
In my ears, the sounds of trees swaying in the wind, the hooting of owls and the screeching of bats, which come out at night in search of food, disappear, leaving behind them a deep void in my hearing.
The aromas of jasmine and geraniums, of wet grass and vegetable matter, are extinguished leaving only the absence of aromas and flavours.
I feel my heart beating slower and my breaths being deeper and more distant, little by little I lose consciousness of my own being, as if I were carried away by a nameless nothingness, which envelops me, separating me from everything that exists.
Suddenly a veil of bright and illuminated colours unfolds, moving from one side to the other, filling everything around me, but it is not my eyes that perceive these colours, somehow I can see them, beyond what my darkened vision can perceive.
The sound of the sea, laughter and whispers, followed by the unintelligible soliloquy of hundreds of voices, join in my mind to the already confused kinetic rainbow that stunned it, sharpening the stupor I felt.
In the midst of the gibberish of voices, one began to stand out, a clear and vibrant, melodious and sweet, which seduces me with its clear and beautiful words.
"Why are you here? Why did you follow me?"
I tried to respond, but I couldn't hear my own voice, only the voice of my mind saying, "because I miss you".
I felt the delicate and smooth skin of her hand, touching my face, her warm lips, resting on mine and her sweet perfume of lilies and roses remained impregnated in me, before I heard her say.
"It's time for you to return."
A pale and yellowish light reached my eyes, sneaking among the leaves of the imposing trees, its rays warmed my face and unburdened my cold hands and feet, my half-naked body felt the humidity of the grass and the intense smell of jasmine awakened my mind.
Once again I was among the living, once again my attempt to join her had failed miserably, I had to continue for another year inhabiting the prison of my existence, the prisoner of my life. Reliving every moment, a life that can no longer be.
Beside me, still wet with morning dew, a rosy cluster of Persephone berries, my annual shortcut to the world of the dead, where I will one day succeed in staying. Even dazed by its alkaloids, capable of taking life in a mind-boggling stupor, I am again awake and feel the failure weighing on my shoulders.
Another year will pass and as in every anniversary of her loss, I will return to Persephone and gorge myself on the berries that took her life, hoping again to be with her, to see her sweet face and feel her soft hair on my chest and be able to lose myself in her scent until the end of time.
Text of @amart29, Barcelona, Venezuela, June 2020
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