Hola Hivers, reciban un cordial saludo de mi parte. He decidido continuar compartiendo con ustedes mi diario de vivencias que han dejado muchas anécdotas en mí. Hoy quiero relatarles una de las más crudas experiencias, aquella que estuvo a punto de hacerme morir, pero que con mucha lucha, esfuerzo y apoyo de mis familiares y amigos logré superar.
A los 13 años me diagnosticaron gastritis crónica ¿La razón? Acá les cuento: solía ser muy selectiva para comer, mi mamá servía mi comida y no me apetecía. Recuerdo que a escondidas la lanzaba a mi perro que tenía como mascota o la escondía debajo de la cama. A veces pasaba un día entero sin comer, simplemente porque no me apetecía nada en lo absoluto.
Simulaba estar bien ante los ojos de mi madre, pero la verdad era que ya comenzaba a sentir el efecto de mis nada agradables travesuras. Empecé a sentir dolor de estómago y fuertes nauseas. No pude guardar más el secreto de la gravedad de mis dolencias y decidí contarle mis afectaciones y fuertes dolores, ya no podía sostenerme, me sentí débil, casi con un pequeño aliento de vida.
Me llevaron a la emergencia del hospital cuando los vómitos sangrientos empezaron. Recuerdo mi cuerpo sucumbiendo ante los ojos de mi madre y mis familiares; mis constantes desmayos me desconectaban de la realidad y deliraba en el limbo. Recuerdo el sonido de la sirena de la ambulancia, pitando lejos en la cortina negra que cubría de ojos. El vómito seguía, al igual que mi cuerpo incapaz de moverse, de reaccionar, de dar una señal de conciencia. También recuerdo la camilla dura bajo mi espalda, el sol invisible que me avisaba que las cosas no andaban nada bien. Hoy aún memorizo aquello y las lágrimas se apoderan de mí.
Me internaron en emergencias mientras daban con lo que me sucedía, gran cantidad de estudios, pero el primero arrojo que mi hemoglobina estaba en 3, ¡Imagínense ustedes! cuando los valores normales radican en 13. Literalmente estaba sin sangre, debí estar pendiendo sin darme cuenta. Allí duré unos cuantos días sin comer, me sometieron a transfusiones de sangre, una primera endoscopia que dictó tener una gastritis hemorrágica erosiva, esa endoscopia es introducir un tubo por la tráquea. Fue un proceso doloroso y desagradable.
En uno de esos días ni de sol ni de luna, comencé a sentir que mi piel endurecía y un fuerte dolor se apoderaba de mi cuerpo tan incontrolable que hizo dar fuertes gritos, y a la vez solo deseaba dormir. Eso de que cuando se está a punto de morir visualizas la luz blanca para mí fue cierto, eso miraba , tu visión se nubla y se desvanecen los colores ,solo firman una nube blanca aislada de la realidad y entre esa luz veía el rostro de mi madre acariciándome y optimista de que todo estaría bien, yo intentando abrir mis ojos, pero era inútil, mi mamá firmó un papel donde contemplaba que aplicaran un tratamiento que debatiría entre la vida y la muerte, y el doctor indicó llamar a mis familiares, pensé realmente que iba a morir. Pero que créanme que me salvé, aquí estoy. Contándoles.
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Los días siguientes fueron un sube y baja, mejoraba y decaía, sólo recuerdo la actitud positiva de mi mamá, lamento tanto haberla hecho pasar unos 20 días de sufrimiento hasta darme de alta, a continuar mi vida que me devolvieron pero esta vez con un control de una dieta supuestamente perenne de alimentos clasificados, esos días posteriores sí que fueron vivir muriendo lentamente, solía comer muy pocas cosas, así pasé como un año. Mi cuerpo estaba muy delgado hasta que la medicina natural, una mata llamada alcornoque, recomendada por un adulto mayor, fue curando mi desastroso estómago y ha respondido muy bien hasta ahora.
A veces, cuando vez que la vida puede esfumarse de tu alma empiezas a valorarla. Cuidemos mucho nuestra salud. Alimentémonos de forma saludable… démosle un cariñito a nuestro cuerpo. Yo reflexiono seriamente sobre lo que me ocurrió. Estuve al borde la muerte y presencié que mis sueños podían desvanecerse. Pero aun mi corazón late, y cada día vivo con la convicción de mejorar al 100%. Fue un milagro el recuperarme exitosamente… un milagro que agradeceré por siempre.
Un post más desde mi corazón. Si te gustó no olvides votar, comentar o replicar, y si quieres ver más sobre mí, chequea mi perfil: @corimarstorys
En hora buena, cuando se tiene una nueva oportunidad. Una nueva bendición de dios y un milagro es cada dia estar vivos para seguir creciendo en amor... Saludos.
saludos , si es bueno liberarse de esos malos recuerdos...
Hola, que bueno que nos lo has podido contar, sigue cuidando de tu salud. Ignoraba esa propiedad del alcornoque.
hola saludos, sí es muy curativo para afectaciones de estomago, la concha se pisa y se hecha en agua. No tanta. Esa es el agua a tomar y enseguida se siente el alivio. eso me curó, lo tomé un buen tiempo. Y a medida fui comiendo de todo.