Diamonds & Gasoline - 7 - This Girl

in GEMS4 years ago
Authored by @GCDevereux

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7 - This Girl

Había sido una decisión apresurada, más bien fue una tomada por el calor del momento, pero no era algo que Alan no hubiese pensado antes.

Llevaba más de 10 años viajando por el mundo, podía jurar que conocía más de un 60% de el, su vida podría considerarse un sueño para muchos, pero para él se convirtió en una pesadilla durante los años.

Cuando le dijo a Graciela que solo quería establecerse no fue mentira, desde hacia meses que quería dejar su trabajo y tener un hogar, conocer a alguien y tener una familia, los años se le estaban pasando y no conseguía nada de lo que quería.

Estaba consciente de que si quería dar ese paso tenía que tener un plan B, algo que le generara dinero pasivamente o un trabajo de oficina local, ya que con su ahorros quizás un año podría vivir sin hacer nada.

Todo el tema del bar y de Graciela se le había presentado como una oportunidad de Oro, se lo estaban ofreciendo en bandeja de plata, este doble pensamiento de duda que tenía de si hacerlo o no, se había clarificado con el comentario de Graciela de que en cualquier momento pudiera viajar. La decisión había sido tomada.

Claramente la chica no estaba para nada de acuerdo con este tema, por cómo lo miro luego de anunciar que dejaría su trabajo estaba seguro de que si las miradas matasen seguramente el estaría enterrado a miles de metros bajo tierra, eso si, no pudo decirle nada ya que Alanis se emocionó con el tema que empezó a brincar por todo el local.

Esa misma semana se encaminó hacia su lugar de trabajo para hablar con su jefe, el cual no tomó muy bien su decisión de dejar el empleo. Se molestó, le gritó e inclusive insultó diciéndole que iba a ser un muerto de hambre.

Creo que tienes problemas de ira Jonnhy, deberías ir a un psicólogo a revisar eso─ le respondió cortadamente y con algo de ironía mientras dejaba la oficina.

Pasó por recursos humanos para entregar una copia de la carta de renuncia que le había dado a Jonnhy y firmar los papeles necesarios. Por lo menos allí lo tomaron mejor.

Mando un mensaje por el grupo del trabajo diciendo que había sido un placer trabajar con ellos y que esperaba volver a verlos pronto. Una serie de mensajes se precipitaron en llegar tanto por el grupo como por el privado del mismo, Samantha, Jack, todos le escribían preguntándole qué había pasado.

Se explicó diciendo que ese trabajo le había dado los mejores años de su vida pero que ahora deseaba algo más, que fue una renuncia limpia y que quedó bien con todos, mintiendo un poco para no dejar mal parado a Jonnhy.

Paso lo que quedaba del mes de junio practicando con Alanis todas las tardes la canción que iba a presentar en el concurso, un tema de country, animado y que requería que tocara también la guitarra al inicio. Él solo la asesoraba, le decía dónde mejorar y honestamente sentía que estaba en su mejor momento.

Graciela se había acostumbrado a tenerlo cerca, ya no lo miraba como si lo quisiera matar todo el tiempo y por lo menos podían tener una conversación casual de vez en cuando, así como el marido de ella también se había hecho más presente durante los ensayos de Alanis.

El hombre era verdaderamente serio, sonreía muy poco y cuando lo hacia era nada más cuando la niña tocaba algo, tampoco era una sonrisa de felicidad extasiante sino más bien una leve curva en sus labios.

Los primeros días que Alan estuvo allí, intentó crear algún tipo de conexión con el, pero este respondía monosilabicamente y era más bien algo molesto forzar una conversación.

¿Cómo terminaste con un hombre como Edward?─ Eran casi las 4 de la tarde y Alanis debía estar por llegar del colegio, cuando Alan se apoyó en la barra mientras Graciela hacia la apertura de caja.

¿Así cómo?─ Preguntó curiosa sin levantar la vista.

Serio, antipático, parece una momia andante.

Una leve risa salió de los labios de Graciela.

No siempre fue así, cuando lo conocí era carismático y divertido─ una sonrisa nostálgica apareció en su rostro, mirando ahora a Alan se podía notar algo de tristeza en los ojos ─con los años fue que cambió.

¿Cuanto tiempo tenias con él cuando quedaste embarazada?

La pregunta al parecer tomó por sorpresa a Graciela, ya que le quitó la mirada de sus ojos y siguió con lo suyo algo torpemente.

Como un año─ Dijo puntualmente.

Alan entrecerró los ojos.

¿Te puedo hacer una pregunta?─ Le dijo cambiando el tema.

Igual la vas a hacer─ La chica se encogió de hombros.

¿Te dieron la tarjeta que te deje hace unos años en el bar donde te conocí?

Tenerla allí de esa forma le recordaba a aquella noche, tenía el pelo recogido de la misma manera y simplemente sintió un flashback, ella detrás de la barra y el apoyado mirándola.

─Si Alan, si me la dieron.

¿Y porque no llamaste? Espere esa llamada por muchos meses después.

Me sentía culpable, había engañado a mi novio con un completo desconocido y por esa tarjeta, tu parecías tener la intención de seguir con esa especie de aventura, no podía hacerlo.

Alan bajó la mirada, sin saber mucho más que decir. Pensaba que ellos habían tenido algo especial, algo que recordar y en realidad luego de aquella noche a él no le importaba que ella tuviera novio porque sabía que lo que tuvieron fue diferente, quizás se había equivocado, quizás sobrevaloró sus pequeñas horas juntos.

─Lo siento si te puse en una situación complicada en aquel entonces, me deje cegar por lo bien que la pasé y la conexión que sentí─ El también había comenzado a ver hacia el piso.

No se dio cuenta que Graciela se le había acercado, posando su mano en la mejilla de este, levantandole la mirada para quedar hipnotizados en esos ojos azules.

─Yo también sentí esa conexión─ Una media sonrisa se formaba en el rostro de la chica.

El tiempo se detuvo en ese momento, solo ellos mirándose a los ojos y sintiendo como un imán los acercaba, algo que en realidad estaba pasando quedando muy cerca el uno del otro.

Cuando el sonido del elevador llegando al piso, hizo que se separaran rápidamente.

Alanis aparecía por el umbral del local con Edward siguiéndole los pasos.

Hola Alan, hola mami─ les dijo sin la típica euforia de siempre, se dirigió directamente al baño sin tampoco darle su típico abrazo a su madre.

¿Pasó algo?─ Le dijo a Edward viendo a la niña desaparecer.

─Se siente un poco mal, dolor de cabeza.

¿Se cayó en el colegio o algo así?

No me dijo nada de eso, no debe ser nada.

Graciela asintió esperando a que Alanis saliera nuevamente la cual volvió minutos después con una cara de cansancio descomunal.

¿Te sientes bien mi niña?

No mami, quiero dormir ¿Puedo irme a casa?

Graciela miró a Edward esperando que este le confirmara que podría llevarla, asintiendo levemente.

Si amor, papi te va a llevar.

Lo siento Alan, ¿dejamos la práctica para mañana?─ Le dijo la niña al chico directamente.

Claro que si, no te preocupes, descansa y recupérate que ya falta solo una semana para el concurso de talentos.

Ella sonrió débil pero emocionada de que en realidad faltara tan poco; la niña se fue de nuevo con su padre dejando a Alan y Graciela solos nuevamente.

Es muy madura para lo pequeña que es ¿Qué edad es que tiene Alanis?─ Le preguntó curioso; realmente nunca preguntó la edad de la niña, asumía que tenía como 7 y 8 años y no había pensado que era relevante hasta ese momento.

6 años, en noviembre cumple 7─ le respondió mirando hacia la puerta.

¿6 años? nunca lo hubiese imaginado, parece mas grande ¿Tu también cumples en noviembre cierto?

Graciela volvió a mirarlo extrañada.

¿Como te acuerdas?

Me acuerdo de muchas cosas─ le respondió volviendo a quedarse colgado unos minutos más en esos ojos ─Bueno supongo que debo irme, ya que no tendremos ensayo hoy, nos vemos mañana─ Se acercó a ella para darle un abrazo de despedida en el cual se quedaron otro par de minutos más; ella cortó el contacto con un beso en la mejilla y se alejó inmediatamente de él.

Alan volvió a su pequeño departamento pensando en todo lo que pasó aquel día en el bar, cuando el hilo de sus pensamientos llegaron a los 6 años que tenía Alanis un pequeño cosquilleo en su corazón se empezó a formar.

Se sentó en su cama recordando la fecha en que ellos habían estado juntos. Claro que la recordaba perfectamente; si Alanis había nacido en noviembre, eso eran 9 meses exactos después de esa noche en el hotel, en ese mismo hilo de pensamientos vio la obvia similitud entre su nombre y el de la niña.

Su corazón se empezó a acelerar llegando a la obvia conclusión de que Alanis era su hija y no de Edward.


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Ok, esta vaina me tiene feliz y enojado a la vez jajaja no joda, que ya termine de enviar a Edward pal coño si sabe que su hija es de él valee y que le eche un camión con el que está vuelto loco por ellaaa, Graciela mamita reaccionaaaaaaaaaaa jajaja