Aldara la reina del dolor.
Aldara era una niña huérfana desde que que era bebé;había sido criada por las sirvientas bajo la tutela del mago Magnus desde que sus padres los reyes de Cortona habían fallecido,la joven sin saber como llevar en sus manos el destino de un reino dejaba que su mago y consejero la asesorará en todo, la niña lo veía como el padre que no había conocido y sentía gran aprecio y respeto por él.
Había llegado el día en que la niña asumiera su rol y se convirtiera en reina, apenas cumplía los trece años y recibía la carga de un pueblo, sentía una presión demasiado grande pero sabía que su consejero lo ayudaría en todo momento.
Se festejó entonces la coronación de Aldara y la niña quedó obnubilada ante toda la gente que la admiraba y lanzaba sus parabienes para la nueva reina, poco a poco Aldara comenzó a tomar sus responsabilidades y su mandato era una orden suprema que debía ser cumplida.
La niña reina comenzó lentamente a cambiar su carácter, la bondad era algo lejano y su tiranía empezó a ser conocida en tierras vecinas, la reina siniestra la apodaron y a ella parecía no importarle, al pasar los años Aldara cada vez se volvía más cruel y déspota y los consejos de su fiel Magnus ya no eran escuchados por ella, eran palabras de un viejo que había perdido sus dotes de magia y era alguien prescindible en su reino.
En una de sus tantas fiestas la reina Aldara hizo nuevos nombramientos de caballeros a su orden, los cuales quedaban prendados de la belleza de la reina y sus palabras eran obedecidas sin objeción, arrasaban pueblos y atacaban reinos para ampliar las tierras de su magnánima reina.
La esencia tranquila de aquella niña se había esfumado en esta reina llena de maldad, las lágrimas y gritos de personas que hacían el mal eran canciones celestiales para ella, gozaba con la desgracia y se regocijaba en su poder, el arrepentimiento que exclamaban no era algo sincero para ella y su mirada altanera y vacía no dejaba reflejo de vida ni menos perdón , era un cuerpo sucumbido en ira, rencor y dolor.
Cada tarde la reina de Cortona desaparecía en los jardines de su palacio, caminaba hasta el pozo en el cual desahogaba sus penurias, tan solo era una niña sola que sufría en silencio y su sed de venganza por los ejecutores de sus padres era lo único que la movía, Aldara se había convertido en su propio títere, ella se daba cuenta pero no había espacio para titubear. Su fiel consejero exiliado del castillo en conjunto a aquellas sirvientas que la criaron le daban la tranquilidad de que sus seres queridos estarían a salvo de su venganza.
Pasaban las semanas y los meses mientras la trampa de la joven reina cada vez se veía más cercana, temblaba por dentro pero ese sentimiento de venganza era mucho mayor que sus temores, hablaba consigo misma y no le importaba su futuro, para ella ya ni había un futuro que vivir.
Sus caballeros a la orden de su señora resguardaba la puerta de castillo he impedían que cualquier persona entrará, su cometido era magnificar el temor y seguir dándole esa fama de reina de la maldad, la cual cada vez llegaba más lejos, tan lejos que llegó a los oídos del asesino de sus padres, Aldara sentía que faltaba muy poco, pero estaba preparada, no había vuelta atrás.
El día había llegado y Aldara ofrecía un ostentosa fiesta para todos los reyes de los reinos vecinos, el lujo desbordaba al igual que el festín, la música no quedaba atrás y la joven reina lucía esplendorosa en el vestido que usaba su madre el día que la mataron, tocaba sus ropajes pidiendo la fortaleza que necesitaba.
Sonaban las trompetas mientras se anunciaban uno a uno los invitados, Aldara en su trono ponía esa mirada calculadora y perdida, aquella que era conocida por todos lados sin embargo jamás había sido vista, bebían y disfrutaban mientras la joven sentada impávida miraba todo, seguían las presentaciones de los invitados hasta que se escuchó -con ustedes el rey Xenón-, Aldara contuvo sus ganas de lanzarse a él y acabar con su vida, pero debía sufrir y es lo que ella esperaba.
Todos sentados ante el festín comían y bebían, las risas por doquier mientras el bufón hacia su espectáculo en un rincón del comedor, la reina Aldara como estatua veía de cerca al hombre que la había privado de sus padres, la venganza está a unos cuantos centímetros, unos cuantos minutos más y acabaría todo.
Terminando la cena los invitados comenzaron nuevamente el baile, el rey * Xenón** invitaba a Aldara a bailar, sintió que la ira salía de su cuerpo, pero se contuvo y bailó con aquel maldito hombre, en cada giro el le contaba historias de su juventud, fanfarroneaba de todas las muertes que cargaba y de lo insignificantes que eran ya que ni de sus nombres se acordaba; Aldara hervía por dentro, quería ahorcarlo con sus pequeñas manos.
Aldara lo vio y le regaló una falsa y embrujante sonrisa a lo que el rey contestó, el plan se acercaba inminentemente y un sudor frío le recorría el cuerpo, se apagaban las luces y el griterío se hacía presente en el castillo, lo único que alumbraba era la luna, una noche calmada y luminosa se volvía ruidosa y llena de gritos.
Gente corriendo y pasando por sobre los que caían al piso, gritos que decían era un ataque al reino de Cortona, mientras el rey Xenón sostenía la mano de Aldara para protegerla, él trataba de proteger a quien quería matarlo, ella aprovechaba de sujetar su mano, de ese modo impedía que escapara de su destino.
Cuando casi todos habían escapado Aldara grito y uno de sus caballeros le lanzó la espada de su padre, la muchacha llena de ira enterraba la espada en su enemigo, sus fuerzas no eran tantas para matarlo de una sola estocada, el rey Xenón desenfundo su espada y peleó contra Aldara, la reina tenía conocimiento de batalla así que luchó duramente ante su enemigo.
El rey * Xenón** gritaba que había matado a su padres y reía porque mataría también a su hija, mientras Aldara con lágrimas de furia y dolor seguía la lucha, mientras tanto los caballeros del rey Xenón trataban de entrar al castillo y los guardianes de Aldara impedían el paso en una fuerte batalla.
La muchacha rogaba por más fuerzas y alzó la espada al cielo mientras lanzaba un grito a sus padres, enterró la espada en el corazón del asesino y este cayó al piso ya sin vida, Aldara estaba demasiado herida y arrastrándose por el castillo llegó a duras penas a su jardín, quería estar en el pozo ya que en ese lugar estaban los restos de sus padres, la niña sólo quería estar con ellos y de esa forma descansar, como pudo llegó hasta ahí y se recostó en la orilla, sonriente susurro al fin los vengué y cerró sus ojos, esa fue la última noche en que la reina Aldara viera esa vida que tanto la hacía sufrir.
Al saber la noticia su viejo mago Magnus regreso y al ver a su niña ya sin vida hizo un último hechizo y la convirtió en mármol, la estatua de la reina Aldara era visitada cada tarde por los pobladores de su reino y pedían al cielo por su alma.
Aldara dejó de ser conocida por la reina de la maldad y el terror y su nombre cambió a reina del eterno dolor.
Participando
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Muchas gracias por el apoyo amigos de @don.quijote y @cervantes
No había otro final para Aldara no debió vivir su vida por y para la venganza.... felicitaciones y éxitos
Muchas gracias por tu lectura :) y también por los éxitos enviados