Desde hace un año el significado de la semana santa para mi cambio, anteriormente solían ser días de descanso, de playa y diversión, a raíz de la pandemia todo dio un giro de 180° grados. La cuarentena me dio la oportunidad de reconectar con mi espiritualidad esa parte que desde hace mucho rato sentía dormida. Los días fueron transcurriendo en la soledad, donde la nada poco a poco se volvió parte del todo .No tengo ni idea como pude superar todos esos días de encierro, y ni hablar como pude salir adelante aún sin percibir ingresos. Lo cierto es que en momentos de angustia lo único que hacía era orar, para que todo prontamente pudiese tomar su rumbo. Aprendí a tener más confianza en mi misma y apreciar hasta las cosas más sencillas.
Sin caer en soberbia no le temes en si a un virus, sin embargo te aterra tener que vivir encerrada y reprimida de aquellas cosas que antes hacías con normalidad, la ansiedad llega poco a poco sin pedir permiso y se aloja en ti, te golpea tan fuerte que te deje sin fuerza .Confinada, tu casa se convierte en un campo de batalla, donde se trata de ver muy bien donde pisas o puedes volar en pedazos .Cada persona que vive un procesos así, lo hace desde su propio mundo y con sus historias a cuestas vi muchas personas caer en depresión llegando al punto algunas de terminar de la manera más desafortunada.(la muerte, esa invitada no deseada).Extraño conversar tomando café, los abrazos, los besos o simplemente a libertad, salir a la calle sin tapa bocas.
La vulnerabilidad que trae lo finito, te hace valorar más si es la muerte la que está adelante. Sentí entonces que debía hacer algo por mi misma, me desconecte de las noticias y de las redes, cuidar la mente implica también saber que leer y que no. Empecé a tratarme con más empatía, a no darme tanto latigazos, en mi país Venezuela las cosas no están nada fáciles, torturarme por una u otra cosa que me haga falta, no resolvía nada. Pase una vida viviendo acelerada dando por hecha ciertas "verdades" que sólo venían de mis pensamientos. El hacerme consciente pronto de que somos lo que hacemos, por lo que pensamos, me dio el poder mental de comenzar a cambiar mis pensamientos, para así cambiar mi vida sin pasarle esa responsabilidad a alguien mas ni a las circunstancias. La soledad y yo hoy somos mejores amigas, debo admitir que he tenido que rediseñar estrategias para adaptarme al nuevo mundo, por que quiero seguir viviendo no quiero rendirme amo la vida y la vida me ama a mi...