Domingo, el día más tranquilo de la semana para una familia acostumbrada al trabajo duro y los estudios. Michelle prepara temprano el café, un desayuno caliente en la mesa y espera por Sergio y su pequeña Melanie.
Un poco de música de los Beatles, para que a través de la armonía de las voces de Lennon y McCartney se calmen las aguas del estrés provocado por el incidente del día de ayer. Pero antes del primer bocado se escucha el timbre del teléfono que en un solo segundo enciende las alarmas de un Sergio que no pudo cerrar sus ojos durante toda la noche.
La misma voz femenina al teléfono:
"Buenos días Sergio, espero que hayas descansado lo suficiente, porque tu camioneta ya está disponible para ti y si la quieres recuperar debes viajar hasta la Capital a buscarla. Se encuentra en el estacionamiento del centro comercial "San Fernando", en el puesto H12. Disculpa las molestias que pude causarte. Chao!"
Nuevamente esa voz misteriosa hace que Sergio empiece a temblar de la ira poniendo en estado de nervios a su familia. Ese desayuno se enfriaría en la mesa, porque Sergio buscaría sus pantalones y documentos para emprender un viaje incierto hacia la Capital en busca de su vehículo.
El llanto de su pequeña Melanie suplicando que no se fuera no iba a detenerlo. Un hombre sordo, ciego y lleno de rabia cruzaba la puerta de su hogar haciendo sentir a los vecinos del piso de abajo pisadas de elefante sobre su techo.
Sergio en el terminal de pasajeros:
"Buenos días, quisiera un boleto hacia la Capital, en el bus que salga más pronto por favor"
Sergio se trasladaría hacia esa ciudad en un viaje de 4 horas. Desde la ventanilla de ese bus veía pasar árboles y al mismo tiempo imaginaba cualquier tipo de situaciones que podrían presentarse al llegar a su destino. Revisaba su teléfono celular cada 5 minutos e internamente rogaba encontrar su vehículo en el lugar señalado.
Al pisar la Capital tomó el primer taxi que vio y le dijo al conductor:
"Buenas tardes amigo, al centro comercial "San Fernando" lo más rápido posible por favor, es una emergencia".
El taxista hacía cualquier tipo de preguntas sobre su proveniencia y por la emergencia, pero Sergio no contestaba nada, estaba sordo, y de cierta forma no confiaba en nadie como para mantener ese tipo de conversación.
Se baja en las puertas de aquel centro comercial e inmediatamente observa su camioneta estacionada cerca de un alumbrado. Desde lejos la chequea disimuladamente al mismo tiempo que se consume un cigarrillo entre sus dedos. Varias vueltas alrededor, sin acercarse, pendiente de cada persona que pudiera estar vigilándolo.
Sencillamente no ve nada anormal, y cada paso que avanza hacia el objetivo acelera su ritmo cardíaco, mucha ansiedad, sudan sus manos, por su mente pasa el detenerse, pero recuerda que su familia espera en casa y eso lo hace acelerar hasta llegar a correr hacia la manilla de esa puerta. Ya nada lo podía detener.
Introduce la llave, sube al asiento, enciende el motor y en ese momento revisa que todo esté en orden adentro. El vehículo estaba intacto, y entonces aplicó la reversa y aceleró.
No sabes en que momento salió de ese estacionamiento.
El viaje era sin escalas hasta su casa.
Debió cruzar dos pequeñas poblaciones para llegar a su destino, y se topa en cada frontera limítrofe con unidades de control de los cuerpos de defensa militar, sólo dando un breve saludo sin que se le noten los nervios que sentía en ese momento. Al fin y al cabo no quería inconvenientes en su camino.
Fue un viaje de retorno donde se hizo cualquier tipo de interrogantes sobre esa voz misteriosa, la camioneta intacta, en la ciudad Capital, sin pedir nada a cambio por el rescate, incluso se cruzó por su mente que podía ser una broma de mal gusto de alguno de sus amigos, o de todos ellos en conjunto. Pero lo que si era cierto es que había recuperado su camioneta y ya estaba en su ciudad estacionándose en su residencia.
Habían dos personas en casa muy feliz de verlo, y Sergio aun más feliz de estar tranquilo junto a ellas, además de estar sano y salvo. Casi una ocasión para festejar. Sergio abre la nevera y saca un par de cervezas y le dice a Michelle:
"Cariño, esa canción de los Beatles suena mucho mejor ahora que esta mañana".
Todos sonríen y comparten una noche de calma, se relajan un poco ya que el día siguiente era lunes y había que retomar la normalidad de sus vidas. Esta vez si dormiría.
A diferencia del fin de semana, el lunes es el día más agitado para la familia, y debido a las cervezas del día anterior se levantaron algo retrasados y debieron imprimir velocidad para prepararse a sus actividades. Melanie debe asistir a la escuela a las 7am, Michelle debe estar en el hospital central de la ciudad media hora más tarde y Sergio debe visitar una serie de clientes a los cuales abastece con su cadena de alimentos.
Sergio, como cabeza de familia trata de implementar el orden y dice:
"Todo listo chicas?, ya es hora de salir, estamos muy retrasados!".
Bajan las escaleras todos al mismo ritmo acelerado, se cruzan con varios vecinos, saludan con los buenos días casi sin mirarse y suena el teléfono de Michelle y contesta:
"Buenos días".
Una voz masculina desconocida, desde un número desconocido:
"Michelle, dile a Sergio que lo felicito, ha hecho un excelente trabajo. Me comunico con él a las 5pm, Chao!".
Michelle muy confundida se detuvo, no entiende el significado de esa llamada, comienza a dar sus pasos lentamente para hacerle el comentario a Sergio y al pisar el estacionamiento ve los ojos llorosos de la pequeña Melanie y el rostro de decepción de su marido...
El vehículo había sido robado nuevamente, esta vez del estacionamiento de su propia residencia, y en el lugar donde estaba había una nota en el suelo que decía:
"Todo tu esfuerzo será bien recompensado".
Continuará...
Narrativa: Crónica Anónima II [Resoviendo un Camino]
Autor: @leomolina
Escrito Original
Estos escritos pudieran estar basados en hechos de la vida real, y por si fuere así, cambiaría los nombres de los personajes a manera de resguardo y protección.
Gracias por leerme...
[Resolviendo un Camino] es la segunda parte de una narrativa escrita por mí, que forma parte de un compendio llamado "Crónica Anónima".
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