Relato de Inundación [ESPAÑOL ]

in GEMS4 years ago

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Dibujo realizado en adobe illustrator cs6 de mi autoría: María José Guevara Peniche.

El agua que se arremete contra nosotros, suena como un trueno y espanta como una serpiente.

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La lluvia cae furiosa contra nuestros cuerpos como si Dios nos lanzará piedras desde el cielo. Chocaban con tanta intensidad en nuestros cuerpos que dejaban marcas rubicundas a su paso, y el viento en su compañía era tan veloz que no nos permitía abrir por completo nuestros ojos hacia su dirección, sentía como si me rasgara la piel aun cuando no había herida alguna.

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Jeon; mi hermano pequeño se acerca y abraza mi pierna con temor. Me inclino hacia él y lo abrazo fuertemente. Esta helado, mejor dicho; estamos helados. Me acerco donde esta mamá, acostada en el frio techo y la llamo.

No hay respuesta.

  • Mamá, vamos a abrazarnos para entrar en calor. - Mi madre no se mueve, Me acerco a su oído y trato de equilibrar mi voz, para que sea lo suficientemente fuerte y ganarle al sonoro de la lluvia, pero que no dañe sus oídos. - Vamos mamá, vamos a abrazarnos para entrar en calor.

Observándola se ve tan pequeña y débil, observándola pude notar un leve movimiento de sus manos y labios, siento que estaba tratando de comunicarse con nosotros, un movimiento tan tenue que cualquiera podría haberlo obviado y decir"no hay nada que se mueva ahí" o "deja ya muchacho. Es solo un costal de huesos para los cuervos".

Llevamos muchos días aquí, estaba enferma, no se llevo ni un poco de comida o agua, cualquiera diría que esta muerta.


No lo creo, ella esta aquí con nosotros.
Diría yo, lo diría una y mil veces.

Quiero ver los ojos de mi madre, quiero abrazarla aunque ella diga que no. Aunque diga que nos olvidemos de ella, que está enferma, que está cansada. Darle motivos para vivir, vivir, y vivir.

Aunque yo sabía sus intenciones desde el principio, lo había mencionado en una primera instancia, cuando aún tenía fuerzas, cuando aún teníamos comida. El primer día que subimos a este techo.

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  • Chicos. Jeon, Liam escúchenme. - Nos llama mamá con su voz severa. - Quiero que me escuchen y me obedezcan hijos. Esta situación no va a ser nada fácil y quiero que ante todo momento ustedes sean su primera prioridad y si en el peor de los casos, si tienen que decidir abandonarme no lo vayan a dudar ni por un segundo si eso hace que ustedes sigan vivos.

  • ¡Pero mamá! - interrumpí, escandalizado tan solo por escuchar que mi mamá puede musitar dichas palabras sin ningún problema.

Mi madre levanta la mano en señal de silencio.

  • Hijos míos. Estoy enferma, ustedes saben que soy una persona enferma. Les recuerdo que su padre me contagio de una enfermedad incurable de la que he estado luchando por más de diez años. La enfermedad se ha llevado mi carne y mis fuerzas. Me ha hecho débil. He pasado más tiempo de mi vida en una sala de hospital que con ustedes. Hace una semana me fue diagnosticada una neumonía de la cual aun no me recupero ni pude recibir tratamiento. No siento fuerzas ni estoy en condiciones para seguir. - Se le cortó la respiración en un ascenso de tos y prosiguió - Y aún cuando lo que más deseo en la vida es verlos crecer y ser unos grandes hombres estoy consciente de que es muy poco proba... - A mi madre se le quiebra la voz y aunque la lluvia y la niebla enturbian mi visión puedo imaginarme que sus ojos están tan aguas como la lluvia del cielo.

  • Mamá no tienes que decir nada más. - trato de sostenerla en mis brazos con un abrazo que me rechaza contundente.

Ella baja la mirada hacia Jeon, mi hermano de cuatro años que si se logró escabullir de sus rechazos y abrazarla de la pierna. Tiene solo 4 años. Ella trato de sonreírle, pero su rostro se vislumbra como una mueca, lo abraza, es solo un niño no puede entender todo el desastre que esta pasando. Ella se le queda mirando, paso sus pequeñas manos por las hebras de sus cabellos. Y suspira profundamente.

Levanta la mirada y la sostiene con la mía, vuelve su severidad.

  • No creo que vaya a sobrevivir a esto.- culmina. - No será nada fácil, como mucho tendrán agua, con estos tres barriles para una semana, e igual con la comida. Si no nos llegan a rescatar pronto no solo yo no sobreviviré, ustedes tampoco. Por eso ustedes deben ser su máxima prioridad. Primero, no quiero que se enfermen de mi; hijos míos, por lo que es momento separarnos. - Ella toma su camisa y desabrocha unos cuantos botones de ella para mostrarme su cuerpo. Sí, no era más que piel y huesos y en todo el pecho tenía una mancha hemorrágica que cubría todo.

  • Mamá ¿Qué es...?

  • El final. A partir de ahora este techo esta dividido y ustedes no pueden pasar más allá de esta viga de acero. Toda comida y agua será racionalizado por ustedes y a partir de ahora solo vivirán del uno para el otro.

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Dibujo realizado en adobe illustrator cs6 de mi autoría: María José Guevara Peniche.

He perdido la cuenta de los días.

Cada vez que el agua toca mi cuerpo mientras duermo se proyectaban en mi mente todo suceso ocurrido hace unos días.

La lluvia como una tempestad por encima de nuestras cabezas, escabulléndose por las goteras de nuestro techo, que más que goteras ahora eran un torrencial, y el río entrando a nuestras casas por la puerta, por las paredes, como una visita no deseada.

El agua ya había invadido toda la casa y llegaba hasta nuestras camas. Estaba con Jeon que había venido a mi cuarto desde que el sonido de los truenos se empezó a semejar a un monstruo furioso.

Estaba asustado.


¡Yo soy el hermano mayor!
debería ser valiente,
saber que hacer,
soy un hombre,
tengo 16 años,

Debería saber que hacer. No tener miedo... Pero solo sé acompañar a mi hermano en la espera que por esa puerta se asome mamá.

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Cuando mi esperada mujer, nuestra preciada madre apareció por la puerta cargaba con dos o tres maletas sobre su espalda.

  • Niños, subiremos al techo. Liam necesito que subas los barriles que tengo en la sala al techo, es toda el agua potable que tenemos. Cuídala con tu vida. Yo iré subiendo estas maletas con comida. Sube primero a Jeon y luego los barriles. Apresúrate, el río se está volviendo más furioso, se llevará la casa en cualquier momento.

Nuestra casa ¿llevada por el río? ¿había que abandonarla? No podía entender que estaba sucediendo. Si ayer era soleado.

Confundido subí a Jeon a mis hombros y lo lleve al techo con uno de los barriles y una de las maletas que tome para ayudar a mamá.

Mamá subió primero. Se veía que estaba evaluando la situación, veía el horizonte y el techo. -Se dice que el agua ha llegado a los techos de los demás pueblos. Nosotros esperábamos que esta tormenta llegará, inevitablemente desde hace días, todos estaban preparados. Lo hubieses sabido si no te encerraras en tu cuarto con tus videojuegos. - Dijo mi mamá que siguió caminando por el techo hasta que encontró aquel lugar de la cocina, que no era aluminio, sino frisado, con varias vigas de soporte, el lugar más resistente de la casa, me llamó para que dejara a mi hermano allí.

Se escucha un sonido estruendoso desde lo lejos.

¡Hijo, Apresurate ese es el agua! Hay que recuperar todo alimento que podamos antes de que sea demasiado tarde! Faltan tus dos barriles de agua y una maleta de comida que deje en las escaleras.



Bajamos a toda velocidad, era impresionante hace unos minutos antes el agua nos llegaba hasta menos de la rodilla. Ahora va más allá de la cintura, a mi madre le llegaba hasta el pecho.

  • Madre, déjame buscar las maletas. Puedo moverme más rápido. - ella asiente. Y empiezo a moverme lo mejor que puedo en contra de la resistencia del agua.

Voy a mi habitación donde habíamos dejado los barriles. Ahí estaban flotando al frente del armario. Los tomo y me dispongo a irme.

Veo una vez más mi cuarto y me devuelvo. Mi póster, cómics, juegos... Veo mis libros y cuadernos, arriba del armario aún intacto.

Mi madre me dijo que salvará lo más vital.

¿Qué más vital que unas escrituras que no podremos volver a tener?

Alzó mi brazo para alcanzarlos, pero la corriente me choca contra el armario y caen la mayoría de los libros al agua. Rayos, vuelvo a alzar la mano y alcanzó dos libros, de las aventuras de Julio Verne, viajando alrededor del mundo en un globo en ochenta días y el viaje al centro de la tierra. A Jeon les deben de gustar. Los tomo. Los cubro con cuatro suéteres y me despido de mi cuarto.

¿Si tu mundo se cae a pedazos salvarías un libro?

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Dibujo de mi auditoría en adobe illustrator cs6 por María José Guevara Peniche.

Y así pasamos los días entre lluvias, madre no nos permitía verla. Yo tomaba láminas que traía el río y trataba de proteger a Jeon de la lluvia pero siempre terminábamos empapados. El sol era escaso y cuando la lluvia decidía descansar por unas horas le enseñaba a leer las aventuras de los libros a Jeon.


Miraba el agua como un náufrago, con miedo. Miraba el cielo con esperanza, a la espera.

Y pasaron los días, pasaron las lluvias, el río crecía, y el cielo estaba ausente. Mamá no se veía.

La furia del cielo volvió con piedras heladas y vientos violentos. Tomo a Jeon en mis brazos estaba llorando fuertemente, se escucha sin voz, su voz no vence la furia del viento.


No dejaba de pensar en mamá.
Hay que ver como esta mamá.

Mientras pienso y me angustio un árbol fue traído por el viento y se estampa ahí donde debería estar mi madre. Me da un brinco en el corazón del susto, que hace que me resbale y caía, me deslice por la inclinación del techo hasta que logre sostenerme de un soporte.


Mamá...
Espera...
¡Jeon!

¡Estaba en mis brazos y caí!

Busco a Jeon por el techo, nada.
Bajo mi mirada hacia nuestras anchas aguas

¡ESTA EN EL AGUA!

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Dibujo realizado en adobe illustrator cs6 mi autoría.

Salte.
No dude en saltar.
No dude en tomarlo.
No dude en tomar un árbol que navegaba por la corriente y colocarlo en él para flotar con él.
Mi casa.
Mis libros.
Mi mamá.
La corriente nos llevaba más lejos de la casa, pero solo veía al frente, donde Jeon estaba. Respirando y fuera del agua.
No dude en dejar la casa.
No dude en dejar a mamá.
Mi madre... llevaba días ya muerta, lo sé.
Mi casa no es más que recuerdos de lo que el agua se llevo, lo sé.
Él era mi prioridad.
No sabia como volver.
No necesitaba volver.
Si un huracán no dura toda la mañana.
Si hogar es donde te lleven los pies.
Si Dios esta cuidándonos en el cielo.
Ayúdanos que no sabemos que hacer.
Dale un descaso a mamá

La lluvia había parado pero sin la fuerza de la misma agua y la corriente para mantenernos a flote tenía que usar mi cuerpo, y estaba cada vez más exhausto.

Jeon nunca había estado tan tranquilo, me veía con sus lindos ojos de inocencia y con su manito tomaba la mía. No lloraba.

Estaba tan cansado que no vi que más cerca que lejos nos llamaba un señor en una canoa. Cuando esta ya estaba junto a mi los veo, es un señor, una señora y un perrito.

Dijeron que nos iban a ayudar.

Tomaron a Jeon. Y luego me tocaba subir a mi.

Al subir a la canoa me extiendo a mis anchas boca arriba, veo el sol por primera vez salir del cielo, sin lluvia y extiendo mis brazos para que me den a Jeon. La señora coloca a Jeon en mi pecho y él me toma entre sus manos, toca mi rostro lleno de lágrimas.

  • Lo hiciste bien muchacho ¿De qué pueblo eres? - Dice el hombre. No les respondo. - Somos de Hokondo. El agua se llevó nuestro pueblo hace ya un mes.

Trato de organizar las palabras correctas para responderle- Hokondo, a dos pueblos del mio. No recuerdo cuando empezó la inundación ¿A dónde nos dirigimos?

El señor se veía muy tranquilo y feliz a pesar de la situación - ¿A dónde? no lo sé, el agua nos llevará a tierra si no luchamos contra ella. El huracán se irá y nuestro nuevo hogar será allí donde nos lleven nuestros pies.

A crear un nuevo hogar, madre. Contigo siempre en nuestros corazones.

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Dibujo hecho en illustrator cs6 por mi. XD

Hoy hemos sobrevivido.

FIN.

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Excelente 😁✌️...
Saludos y éxitos...

Justamente de eso me inspire. Soy estudiante de medicina y participe en ayudas médicas a las personas en los refugios del Limón y Turmero - Maracay por lo que vi como quedaron sus hogares y atendi a una población que no tenían alimentos desde hace días, con hipoglucemia (azúcar en sangre baja) sus patologías de base exarcerbadas y otros muy enfermos. Y lo que vi me inspiró a esto.