¡Hey, hey, hey, Hive!
Espero estén bien, hoy vengo con el segundo capítulo de esta historia corta de romance infantil que cuenta la historia de Hanoi y Dai, dos chiquillos que quisieran ser más que amigos, espero les guste. Si desean leer el primer capítulo, les dejo el link para que vayan y le den el vistazo: Luz decembrina, les prometo que no les tomará mucho tiempo, un fuerte abrazo.
La ciudad de las cien torres
Las clases estaban a un mes de comenzar. Ninguno había estado separado del otro para el comienzo de una aventura, pero así como todo tiene su final, siempre existe una primera vez.
Hanoi comenzaría su segundo año, y Dai apenas entraría a la secundaria, los separaba un año de vida, de experiencias y desconciertos. Aún cuando sus edades no coincidían, ambos eran conscientes de sus sentimientos, pero no habían dado un paso más allá de aquel beso, por la verguenza.
Caminaban en completo silencio por el puente del Rey Carlos, no se habían visto con la habitual constancia, ya que la tensión en sus casas no dejaba de agobiarlos. Desde hace un mes sentenciaron sus caminos, era verídico que se separarían para ampliar sus horizontes. Todo ocasionado por los deseos familiares que reinaron ante sus súplicas, al negarseles el deseo de estar en la misma institución. Sin embargo, eran por razones válidas, Hanoi como hija de un empresario reconocido en la ciudad de Praga, no podía asistir a un instituto que no fuera el mejor. Por parte de Dai, su padre ─un banquero ajetreado y lleno de deudas─ no aceptó cumplir los caprichos de su hijo por algo tan banal, desde su perspectiva, como el amor. Ambas familias eran dirigidas por las decisiones patriarcales, así que ambos chicos arrastaban el peso de la tristeza sin decirlo en voz alta.
─¿Puedo contarte una historia? ─Preguntó Dai con un repentido brillo en los ojos. Llevaba rato pensando en cómo hacer que Hanoi sonriera.
─Déjame pensarlo ─Hanoi colocó su mano en su barbilla, haciéndose la pensativa─. Vale, si me dices quién te la contó primero.
─Eso es parte del relato ─contestó Dai con una leve risa─, pero está bien. Acepto.
─Sórprendeme.
─Es la historia de cómo este lugar logró ser reconocido como: La ciudad de las cien torres ─susurró el chico con una voz llena de ansias.
Hanoi suspiró, cuando lo veía tan emocionado le recordaba mucho a su madre, su estómago se removió.
─Oh, ¿acaso alguna vez dejarás tu obsesión con este país?
─Es para instruirte en tu falta de cultura ─se burló él.
─No te hagas el sabiondo ─Hanoi sacó su lengua en forma despectiva, dejando en evidencia tal acción como la mejor ofensa que existe en los antecedentes de la humanidad.
No era adrede que la chica contestaba a la defensiva, sino que Praga no había hecho más que traer desgracia a sus vidas, si no se fueran múdado aquel año, serían felices, ella no sentiría culpa.
─Ignorando tu infantil forma de ser ─Dai meneó su mano de forma indiferente y volvió su vista al frente, logrando que Hanoi le prestara atención─, esta historia me la dijo el señor Füller, el jefe de la biblioteca.
─Estúpido crío, pedazo de nerd. ─Susurró Hanoi sitiéndose ofendida por ser señalada como infantil, siendo la mayor. Sin embargo, Dai dejó pasar el insulto.
─Stovêzatá, es el término popular Hanoi. Josef Hormayer, la bautizó con ese nombre para describirla allá por el siglo XIX debido al interminable bosque de torres y campanarios que pueblan los tejados de la ciudad, un lugar quizás repleto de hadas, duendes, ¡gigantes! ¿Te imaginas vivir en ese enorme lugar y la cantidad de aventuras, Hanoi?
─Ahora hay más de mil árboles Dai, me daría miedo perderme ─susurró ella cabizbaja.
Él colocó una mano en su hombro llamando su atención.
─En aquella época solo eran 103 ─le sonrió─. Jamás dejaría que algo te pasara, yo te protegería siempre.
Ella quiso sonreírle de regreso, pero su corazón dudó.
─Realmente pareces alguien distinto cuando hablas de esta ciudad ─declaró Hanoi con un toque de rencor y sintió un repentino mareo al recordar a la madre de Dai, memorias que él ya no poseía─. Pero tienes razón, deberíamos huír de este lugar, Dai. Fugarnos al bosque y vivir lejos de la civilización. No hay nada que nos ate aquí, ni siquiera una madre ─susurró lo último con dolor.
Después de tantos años, aún era imposible para ella dialógar sobre la memoria de aquella alegre mujer, que ya no estaba viva. No importaba la situación que tuvieran, ni las palabras que el chiquillo dijera, siempre trataba de alejar la conversación a un punto muerto, en donde Dai no le hiciera preguntas que no podría contestar.
─¿Por qué deseas tanto alejarte de acá? Es uno de los lugares más hermosos y mágicos del planeta, está destinado a cumplir los sueños. Y el poder estar aquí con nuestras famili...
─¡Ya basta! ─Hanoi se levantó y le dio la espalda, sus manos temblaban levemente, no sabía si de la ira o de la ansiedad.
¿Por cuanto tiempo más podría disimular que todo estaba bien? En algún momento Dai le hablará sobre aquellos vacíos en su memoria, querrá saber que fue lo que pasó con su madre, y ella no podrá proferir palabras de consolación, la culpa la carcomerá eternamente.
─¿Tienes algún problema el día de hoy? ─Dai se mordió los labios no queriendo insultar de más a su amiga, y amor secreto─. No sé que es lo que te sucede, pero deberías arreglar tus infortunios.
Ella rió amargamente.
─¿Qué vas a saber tú de problemas? ─Recriminó Hanoi sintiéndose al borde de sus límites de autocontrol─. Eres un pequeño niño que vive fantaseando despierto, y lo único que hace es aprender historias de un país que no es el suyo.
─Pertenecemos al lugar en que vivimos ─siseó Dai con recelo y un repentino dolor en su pecho.
─Ve y dile eso a los praguenses que no quieren verte aquí ─ella sabía que estaba hablando más de la cuenta, pero quería dejar de escucharlo vanagloriar al país de sus desdichas─, no tenemos un lugar, esa es la realidad.
Hanoi siempre había pensado que el verdadero hogar, era una madre. Pero ella sentía que ambos eran huérfanos en ese aspecto, aún cuando su progenitora seguía viva en algún lugar.
Él la miró y sintió que ya no soportaba su voz.
─Me alegro que pronto tomemos caminos separados ─declaró Dai sintiendo un desprecio anormal hacia la chica─, es lo mejor que puede pasarnos.
Ninguno sabe con exactitud cómo terminaron discutiendo por estúpideces que no deberían preocuparlos, a fin de cuentas no dejaban de ser unos críos. Sin embargo, Hanoi había aprendido desde corta edad y de la peor manera las consecuencias graves de sus acciones, y Dai había aprendido a valorar el día a día, por la experiencia de tener poco, junto a las personas que amaba.
Pero ninguno pudo comprender las palabras del otro.
Él caminó hacia ella e hizo que sus hombros chocaran antes de dejarla abandonada en aquel puente. Fue la primera vez que ambos sintieron que no podrían ser amigos.
¡Hey, hey, hey, Hive!
I hope you are well, today I come with the second chapter of this short story of children's romance that tells the story of Hanoi and Dai, two kids who would like to be more than friends, I hope you like it. If you want to read the first chapter, I leave you the link to go and take a look at it: Christmas light, I promise it won't take you long, a big hug.
The city of a hundred towers
Classes were a month away. Neither had been separated from the other for the beginning of an adventure, but just as everything has its end, there is always a first time.
Hanoi would be starting her sophomore year, and Dai would just be entering high school, a year of life, experiences and bewilderment separated them. Even though their ages did not coincide, both were aware of their feelings, but they had not taken a step beyond that kiss, because of embarrassment.
They walked in complete silence on the King Charles Bridge, they had not seen each other with the usual constancy, as the tension in their homes did not cease to overwhelm them. For a month they had been sentencing their paths, it was certain that they would separate to broaden their horizons. All caused by the family wishes that reigned before their pleas, when they were denied the desire to be in the same institution. However, for valid reasons, Hanoi, as the daughter of a well-known businessman in the city of Prague, could not attend an institute that was not the best. On Dai's side, his father ─a busy, debt-ridden banker─ would not agree to fulfill his son's whims for something as banal, from his perspective, as love. Both families were run by patriarchal decisions, so both boys dragged the weight of sadness without saying it out loud.
"Can I tell you a story?" Dai asked with a sudden twinkle in his eye. He had been thinking about how to make Hanoi smile for a while.
"Let me think about it" Hanoi placed her hand on her chin, pretending to be thoughtful. "Okay, if you tell me who told it to you first."
"That's part of the story" Dai replied with a slight laugh "but okay. I accept."
"Surprise me."
"It's the story of how this place managed to be recognized as: The city of a hundred towers" sighed the boy with a voice full of eagerness.
Hanoi sighed, when she saw him so excited he reminded her a lot of her mother, her stomach churned.
"Oh, will you ever give up your obsession with this country?"
"It's to instruct you in your lack of culture" he sneered.
"Don't play the wise guy" Hanoi stuck out his tongue in a contemptuous manner, making such an action evident as the best offense that exists in the history of mankind.
It was not purposely that the girl answered defensively, but that Prague had done nothing but bring misfortune into their lives, if they were not moving that year, they would be happy, she would not feel guilt.
"Ignoring your childish way of being" Dai waved her hand indifferently and turned her gaze to the front, getting Hanoi's attention "this story was told to me by Mr. Füller, the head of the library."
"Stupid kid, you piece of nerd." Hanoi whispered feeling offended at being singled out as childish, being the oldest. However, Dai let the insult pass.
"Stovêzatá, is the popular term Hanoi. Josef Hormayer, baptized it with that name to describe it back in the nineteenth century because of the endless forest of towers and steeples that populate the rooftops of the city, a place perhaps filled with fairies, goblins, giants! Can you imagine living in that huge place and the amount of adventures, Hanoi?"
"Now there are more than a thousand trees Dai, I'd be afraid to get lost" she whispered crestfallen.
He placed a hand on her shoulder drawing her attention.
"At that time it was only 103" he smiled at her "I would never let anything happen to you, I would always protect you."
She wanted to smile back at him, but her heart hesitated.
"You really look like someone different when you talk about this city" she said Hanoi with a hint of spite and felt a sudden dizziness as she remembered Dai's mother, memories he no longer possessed. "But you're right, we should run away from this place, Dai. Run away to the forest and live away from civilization. There's nothing to bind us here, not even a mother" he whispered the last with pain.
After so many years, it was still impossible for her to dialogue about the memory of that cheerful woman, who was no longer alive. No matter what situation they had, no matter what words the little boy said, she always tried to move the conversation away to a stalemate, where Dai would not ask her questions she could not answer.
"Why do you want to get away from here so much? It's one of the most beautiful and magical places on the planet, it's meant to fulfill dreams. And to be able to be here with our families...."
"Enough is enough!" Hanoi stood up and turned her back to him, her hands trembling slightly, she didn't know whether from anger or anxiety.
How much longer could she pretend that everything was okay? At some point Dai would talk to her about those gaps in her memory, he would want to know what happened to her mother, and she would not be able to utter words of consolation, the guilt would gnaw at her forever.
"Do you have any problems today?" Dai bit her lips not wanting to over insult her friend, and secret love. "I don't know what's wrong with you, but you should fix your misfortunes."
She laughed bitterly.
"What would you know about problems?" Recriminated Hanoi feeling on the edge of her self-control. "You're a little boy who lives daydreaming, and all you do is learn stories from a country that is not your own."
"We belong where we live" hissed Dai with suspicion and a sudden pain in his chest.
"Go and tell that to the Prague people who don't want to see you here" she knew he was talking out of turn, but she wanted to stop listening to him vainglorious about the country of his misfortunes "we don't belong, that's the reality."
Hanoi had always thought that the real home, was a mother. But she felt that they were both orphans in that respect, even if their progenitor was still alive somewhere.
He looked at her and felt he could no longer stand her voice.
"I'm glad we're going our separate ways soon" declared Dai feeling abnormally contemptuous towards the girl "it's the best thing that could happen to us."
None of them know exactly how they ended up arguing over stupid things that shouldn't bother them, after all they were still just kids. However, Hanoi had learned from a young age and in the worst way the serious consequences of his actions, and Dai had learned to value the day to day, from the experience of having little, together with the people he loved.
But neither could understand the other's words.
He walked towards her and made their shoulders collide before leaving her stranded on that bridge. It was the first time they both felt they could not be friends.
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Thanks for reading, I hope you liked the continuation of this romantic adventure, jovial, with a touch of drama. Greetings and good vibes to all.
Gracias por leer, espero les haya agradado la continuación de esta aventura romántica, jovial, con un toque de drama. Saludos y buenas vibras a todos <3
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