Proscuto el Intolerante

in GEMS4 years ago

Observo con sorpresa como en las redes sociales abundan cada vez más personas que saben de todo y se atreven a juzgar y opinar prácticamente de cualquier tema de interés, pero eso sí, con una particularidad común que comparten entre ellos, y es que quieren que todo sea o se ajuste a lo que creen y piensan.

Son personas intolerantes a pensamientos alternativos, a otras maneras de ver las cosas. Manifiestan un bajo nivel de apertura mental, de valorar otras formas de entender las cosas que no sean las suyas.

Son altivos, arrogantes y a menudo ignorantes y mediocres. Se sienten en posesión de la verdad absoluta y no consienten ni admiten otros planteamientos diferentes a los suyos, ya sean políticos, religiosos, culturales o sociales.

Lo peor de este tipo de gente es que esta intolerancia no solo la manifiestan en redes sociales sino que la aplican y transmiten a la vida real mostrando una actitud de superioridad y desprecio hacia otras personas, ya sean su pareja, familiares, amigos, vecinos o compañeros de trabajo. Y cuando se sienten amenazados por los razonamientos, argumentos y logros de otros, se muestran a la defensiva, hostiles y críticos aunque no tengan razón alguna.


Fuente

Estas personas son como Proscuto y de hecho la psicología moderna les atribuye un cuadro de desorden patológico denominado precisamente así, síndrome de Proscuto.

Proscuto es un personaje humano que aparece en la mitología griega. Hijo del dios Poseidón era un corpulento posadero que regentaba un hospedaje en un pequeño pueblo de la periferia de Atenas llamado Eleusis.

Procusto era muy amable y hospitalario con los clientes que acudían a sus posada, pero por la noche se transformaba en un ser despreciable, cínico y cruel. Ofrecía a los viajeros una habitación u otra con diferentes tamaños de cama en función de su altura y envergadura física. Si la persona era muy alta lo alojaba en una habitación con una cama pequeña y si era bajo le ofrecía una cama muy grande.

Al acostarse y dormirse los ataba a la cama; si eran más pequeños que la cama le torturaba cruelmente con estiramientos de sus extremidades hasta que los desmembraba. En cambio si eran muy altos y se salían de la cama les cortaba piernas y brazos. Nunca tenían el tamaño correcto, el que Proscuto determinaba, así que como no se adaptaban a lo que él quería los torturaba y mataba.

Sin embargo a la posada de Proscuto llegó alguien más inteligente, mucho más inteligente que él. Teseo, el legendario héroe de Atenas, quien había derrotado al Minotauro y a Medusa, no tuvo problemas para convencerle de probar su propia terapia. Proscuto se acostó en la cama pequeña y Teseo le cortó la cabeza.

En la vida real nos encontramos con muchos Proscutos. Es fácil detectarlos e identificarlos, así que cuidado con ellos ya que intentarán menospreciarnos, humillarnos y hundirnos en la miseria.

Si somos tolerantes con los intolerantes corremos el riesgo de que estos propaguen su forma de pensar, lo que es peligroso. Pero si no somos tolerantes con ellos corremos el riesgo de convertirnos también nosotros en intolerantes. ¿Cómo debemos proceder en estos casos? La mejor defensa ante la intolerancia es ser como Teseo: comportarnos de forma más inteligente que Proscuto.


Referencias:
https://psicologiaymente.com/social/sindrome-procusto
https://lamenteesmaravillosa.com/sindrome-de-procusto-quiero-te-vaya-bien-no-mejor/
http://www.carloshidalgo.es/sindrome-proscuto/