Tienes la absoluta razón allí. La palabra tiene un poder inmenso. Te cuento, que cuando nació mi hijo fue diagnosticado con una enfermedad también, en términos generales el médico me dijo: su hijo será como un trapo, sin vida ni reacción. Recuerdo haber llorado mucho ese día. Llegué a un punto que no tenía lágrimas, mi cabeza parecía explotar. Al otro día, me armé de valor y decidí que mi hijo no sería eso. No imaginas cuantos médicos, ni cuantas terapias tuvo mi hijo... Pero nunca lo dejé de tratar como un niño sano y hermoso. Hoy en día mi hijo tiene 9 años, es muy inteligente, habla, corre, Salta y aprende a un muy buen ritmo. Un niño muy muy "normal."!
No sólo la palabra, sino la dirección de nuestros pensamientos y sentimientos, son vitales en los reflejos que vemos en la vida y el entorno.
Gracias a tus palabras de bondad, tu amor y cariño hacia tu hijo, esa buena vibra que le transmitiste en todo momento (y que le sigues transmitiendo no lo dudo), es un campeón. Gracias por contarnos esta anécdota en este comentario, me parece interesante. Si tienes un post con esta historia por favor déjame el link, si no has echo una entrada al respecto te animo que la hagas y no olvides mencionarme para leerla, me encantaría leer algunos detalles. Una vez más gracias, saludos.