Al llegar a la estación de trenes la hermosa chica de ojos grises volteo hacia todos lados, se suponía que su madre iría a buscarla así es que no lo dudo, se sentó en unas de las bancas y empezó a leer un periódico que alguien había dejado perfectamente doblado sobre la banca. Dos horas más tarde ya empezaba a impacientarse. En eso, su celular sonó, alguien le había mandado un mensaje. Era su madre, quien le pedía que llegara hasta el día siguiente a la casa, que su naturaleza le diría que hacer mientras tanto.
La chica volteo instintivamente hacia el suelo, los cuadros en el piso le parecían algo más irregulares de lo común.
-Pero que me está pasando, no tengo donde dormir y en lo único que pienso es en los cuadros chuecos del piso-
En eso un joven como de treinta años se le acercó, la atractiva chica lo pudo oler aún sin voltear, no sabía que pasaba pero se siente demasiado atraída hacia él.
-Buenas tardes señorita, ¿Que hace tan sola en esta estación vacía?-
Ella lo ve de arriba a abajo, al principio se indignó pues al lado de él, ella podría pasar como una niña. Apenas unos días antes había cumplido la mayoría de edad y ya la estaban molestando. Estuvo a punto de pedirle que se retirara, cuando de nuevo ese extraño aroma que emanaba del cuerpo de ese hombre la hizo dudar.
-Buenas tardes caballero, estoy esperando a mi madre-
-Ya lo veo, pero me parece que ya está algo atrasada, pues la he estado viendo y ya lleva usted varias horas esperando-
Un intenso frío se apoderó de los pies de la chica, se sentía inmovilizada en aquella banca, mientras el joven la observaba fijamente, al mismo tiempo que veía la salida de la estación. Sus intenciones eran claras. Ella sabía que estaba atrapada, el último guardia ya se había retirado y solo quedaba un velador con sobrepeso que siempre estaba dormido, lo único que le quedaba era tratar de defenderse sola, pero que iba a poder hacer contra aquel hombre tan corpulento. De pronto algo cambió en ella, su cuerpo empezó a racionar de manera violenta, mientras ella trataba de controlarse, era como si ella deseara estar con ese desconocido, miraba sus labios, luego sus pectorales y luego sus fuertes y varoniles manos.
-Qué más da- Se dijo así misma, yo tengo deseos, él tiene deseos, lo más natural es que seda al llamado de esta extraña naturaleza.
-Muy bien caballero, mi madre me ha pedido que llegue hasta mañana, así es que no tengo donde dormir. Sería tan amable de darme alojamiento por una noche-
El sujeto no entendía cómo de pronto su mala suerte había cambiado. Era una chica demasiado hermosa como para que fuera tan fácil convencerla, al principio pensó que se trataba de una trampa, pues ya había sido acusado por acoso, pero al voltear a ver de nuevo el hermoso cuerpo de la chica, decidió arriesgarse.
-Venga conmigo, me estoy hospedando cerca de aquí, el hotel está fantástico, seguro le encantará-
El joven y la chica se encerraron en la habitación dejando un cartel de "No molestar" colgado en la puerta.
A media noche, el sujeto se levantó de la cama para ir al baño, donde tomó el celular para enviarle un mensaje a uno de sus amigos.
Esto es increíble Juan estoy con la chica más hermosa que jamás había visto, la conocí hace rato en la estación de trenes y debo decirte que… Espera ya me está hablando de nuevo, luego te cuento.
La mañana siguiente la hermosa chica de ojos grises tomaba el desayuno tipo americano que ofrecía el hotel mientras veía el noticiero en el televisor. En eso su celular sonó un par de veces.
-Buenos días mi niña, seguramente a esta hora ya habrá atendido el llamado de tu naturaleza, te esperamos en la iglesia para bautizarte a las diez de la mañana, no llegues tarde-
-Ahí estaré madre, besos-
Mientras tanto en la habitación del hotel el cuerpo del joven estaba prácticamente congelado y sin ninguna gota de sangre...
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