El gato León

in R2cornell3 years ago


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Este no era un gato común y corriente, era un gato salvaje, mestizo por eso lo llamé León, era blanco y negro, debía ser fruto de un cruce con un angora y que sé yo que otra raza.

Un día bajé a botar la basura y dejé la puerta de madera del apartamento abierta, pero la reja cerrada, cuando regresé cerré la puerta me puse a hacer algo en la cocina.

Al rato fui a mi cuarto a buscar un papel y cuál sería mi sorpresa que sobre mi cama estaba feliz y rubicundo durmiendo su siesta un formidable gato. ¡Pero, que gato! ¡Era un gatazo! Bello, grande hermoso, así todo acurrucado en mi cama.

Como estaba dormido no lo quise despertar y me fui a la cocina a continuar mi labor. Como a la media hora siento que el gato mete su cola entre mis piernas saludándome, lo saludé, me presenté, y le dije:

-Yo soy la dueña de esta casa y puedes venir cuando quieras, pero no te vuelvas a acostar en mi cama ¿entendido?

Le puse el nombre y le dije:

-¡Hola León! ¿Quieres agua?

Me dijo:

-¡Miau! Que quiere decir si en el idioma de los gatos, entonces le serví en un pote de mantequilla usado una taza de agua, se la tomó todita y me dijo ¡miau! Que quiere decir ¡gracias! Le dije:

-Estoy cocinando espaguetis con atún pero no sé si te gusta ¿Quieres un poquito?

Y otra vez:

-¡miau!

Le serví los espaguetis con atún, pero se comió solo los trocitos de atún y lamía la pasta pero no comió de ella.

Bueno, el caso es que todas las mañanitas cuando salía para mi trabajo; en la puerta del apartamento estaba el gato León exterminador de ratón, nos saludábamos con mucho cariño y él me acompañaba hasta el `portón, ahí nos despedíamos y yo le decía:

-Vengo como a la una de la tarde, me esperas para que me visites.

Así era, a la una en punto estaba León en la escalera del portón de entrada al edificio esperándome, subía contento delante de mí hasta la puerta del apartamento y cuando yo abría la puerta era el primero que entraba, daba un paseo hasta los cuartos y venía a saludarme y a hacerme cariño con el rabo, yo creo que quería decirme:

-¡Estoy vigilando a esos ratones y en lo que se descuiden me los como!

Yo le acariciaba la cabeza y el lomo y le servía su agua y su comida pero una vecina me dijo:

-¡Si le das comida al gato nunca va a cazar un ratón, Tito el gato de Amanda, porque le dan comida y está harto, juega con los ratones, hay que dejarlo pasar hambre para que cace!

Con lástima puse a León a dieta, solo le daba un pedacito de pan empapado en aceite de atún y se los comía muerto de hambre ¡Pobrecito! Pero la táctica dio su fruto.

Como a los cuatro días de esto León me trajo los cadáveres de dos ratoncitos arrieritos. yo no los boté.

Desde ese día mi mamá, que a veces me visitaba y no era amante de los gatos, vio con otros ojos a León cuyo apellido era: Exterminador de ratón.

A veces lo encontraba sentado en el sofá con ella frente a la televisión y hablando con León que la acompañaba, les juro que me sentí un poco celoso de esa gato hipócrita, que me había cambiado y ya no salía a esperarme al medio día cuando ella estaba en casa.

Algunos vecinos estaba contentos con la presencia del gato y le daban agua y comida, pero sé que él solo se comía la que yo le servía, pero otros vecinos estaban furibundos porque se sentaba en las alfombras de las puertas y a lo mejor se orinaba en los pasillos, si los gatos maullaban de noche y no dejaban dormir a nadie le echaban la culpa a León Exterminador de ratón.

Una triste tarde cuando venía entrando de mi trabajo sentí una extraña soledad, no estaba León esperándome, pero pensé: a lo mejor mi mamá me había venido a visitar y estaba con ella en el apartamento, pero mi corazón sintió una tristeza grande por mi gato visitador, no volvimos a verlo más nunca.

Una tarde hablando con una vecina me conto:

-Alguien envenenó a tu gato porque la señora que hace la limpieza lo encontró muerto frente a su pasillo a media mañana de agosto y estaba muy brava porque tuvo que botarlo. Decía que la iba a cobrar a usted por el sepelio del gato.

Yo le dije:

-El gato no era mío de verdad pero yo lo quería mucho.