El restaurante de la calle 16 (Segunda parte) ESP/ENG

En el menú figuraba una sopa especial de hierbas y frutos secos. Este platillo era unas tres veces más costoso que todos los demás. Eso llamó nuestra atención. Como disponíamos del dinero suficiente, leímos la descripción del menú, decididos a probarlo.

“Se trataba de una sopa tipo crema llamada La Semplé, de frutos pulposos secos y madurados por meses en recipientes especiales. Estos frutos se cocinaban en un té de hierbas cuidadosamente cultivadas para tal fin”.

Nos pareció atractiva esta explicación, por lo que, sin vacilar, llamamos al mesero Sebastián para que nos sirviera esa sopa.

El mesero acudió a nuestro llamado enseguida, y rápidamente repuso el faltante de coliur en nuestras tazas de arcilla. Hicimos la orden, y mientras esperábamos, intentamos espiar a un señor sentado en una mesa cercana y que estaba a punto de degustar lo que parecía un postre salado.

Del envase sobresalían algo como ramitas muy delgadas, sus movimientos… porque se movían, nos recordó a un insecto patas arriba que trata de defenderse. Mi compañera casi grita de asombro, pero se contuvo cuando el señor hundió su cuchara en el postre, y se llevó a la boca un buen bocado. El hombre parecía fascinado por su sabor. Y realmente no podíamos asegurar que lo que vimos fueran patas de insectos.

Nos quedamos mirándolo por un rato, hasta que se dio cuenta de nuestro escrutinio. Como nos saludó con una sonrisa, nos atrevimos a preguntar… bueno, mi compañera se atrevió a preguntar:

—¿Es sabroso ese postre?
—¡De lo más delicioso que he probado, después del coliur! —dijo el señor casi en estado de éxtasis.
—¿Y qué son esas cosas muy delgadas que se mueven en el tazón?

El hombre miró su plato, y se mostró extrañado al ver el curioso ingrediente. Se encogió de hombros, y nos respondió de forma casi infantil.

—No lo sé, pero se ven divertidas… y hacen cosquillas cuando las muerdes.

No tuvimos tiempo de responderle ni de asimilar su respuesta, pues Sebastián el mesero había llegado hasta nosotros con la sopa.

—¿Algo malo con su coliur? —preguntó con preocupación.
—No —respondimos al unísono.
—Es que veo que no han probado suficientemente la bebida. Por favor, hónrennos disfrutando del té. Este en particular fue hecho con ingredientes bien madurados…

Sus palabras fueron tan persuasivas, que mi compañera y yo comenzamos a beberlo como si se tratase de una soda. Sebastián estaba complacido. Nos sirvió la sopa y se fue.

Tan pronto se retiró de allí, mi compañera escupió el coliur en su taza, y luego lo derramó discretamente en una maceta cercana.

—¿Qué haces? —le pregunté con una sonrisa. Yo comenzaba a sentirme más animado.
—No voy a tomar más este… coliur, o lo que sea. Aquí está sucediendo algo raro.

Yo pensé que ella bromeaba. Tomé una cuchara para probar la sopa, y resultó estar a la altura de los mejores platillos del mundo. Su sabor era indescriptible.

Mi compañera, sin embargo, tenía otra opinión. Metió su cuchara en el plato y sacó unas bolas pequeñas parecidas a huevos de algún tipo, pero eran duras como goma, y de aspecto como la porcelana.

—¿Qué rayos es esto? —preguntó.
—No lo sé —dije muy feliz—, pero saben muy rico —agregué mordiendo varias de ellas.

Mi compañera me miró extrañada. Se inclinó sobre mí y examinó mis ojos. Luego observó con atención a los demás comensales, y exclamó con mucha seguridad:

—¡Ya sé lo que está pasando aquí!

Continuará...

Gracias a estos testigos por su apoyo constante y orientación, ustedes merecen un voto de confianza: @guiltyparties @enginewitty @thealliance @c0ff33a

On the menu was a special soup of herbs and nuts. This dish was about three times more expensive than all the others. That caught our attention. Since we had enough money, we read the menu description, determined to try it.

"It was a cream soup called La Semplé, made of dried pulpy fruits matured for months in special containers. These fruits were cooked in a tea of considerable herbs cultivated for that purpose".

We found this explanation appealing, so, without hesitation, we called the waiter Sebastian to serve us this soup.

The waiter responded to our call immediately, and quickly replenished the missing coliur in our clay cups. We placed the order, and while we waited, we tried to spy a man sitting at a nearby table who was about to taste what looked like a salty dessert.

Something like very thin twigs were sticking out of the container, their movements... because they were moving, reminded us of an upside down insect trying to defend itself. My companion almost screamed in amazement, but restrained herself when the man plunged his spoon into the dessert, and took a good bite. The man seemed fascinated by the taste. And we really couldn't be sure that what we saw were insect legs.

We stared at him for a while, until he noticed our scrutiny. As he greeted us with a smile, we dared to ask... well, my companion dared to ask:

-Is that dessert tasty?
-The most delicious thing I've ever tasted, after the coliur! Available the gentleman almost in a state of ecstasy.
-And what are those very thin things moving in the bowl?

The man looked down at his plate, and looked quizzical at the sight of the curious ingredient. He shrugged his shoulders, and we were answered in an almost childish way.

-I don't know, but they look fun... and they tickle when you bite into them.

We didn't have time to respond or digest their answer, as Sebastian the waiter had come to us with the soup.

-Something wrong with your coliur? -he asked with concern.
-No," we answered in unison.
-It's just that I see you haven't tasted enough of the drink. Please honor us by enjoying the tea. This particular one was made with well-ripened ingredients....

His words were so persuasive, that my companion and I began to drink it as if it were a soda. Sebastian was pleased. He served us the soup and left.

As soon as he left, my companion spit the coliur into her cup, then discreetly poured it into a nearby potted plant.

-What are you doing? -I asked with a smile. I was beginning to feel more cheerful.
-I'm not drinking any more of this... coliur, or whatever it is. There's something weird going on here.

I thought she was joking. I took a spoonful to taste the soup, and it turned out to be on par with the best dishes in the world. The taste was indescribable.

My companion, however, had a different opinion. She dipped her spoon into the bowl and pulled out small balls resembling eggs of some kind, but they were hard as rubber, and looked like porcelain.

-What the heck is this? -he asked.
-I don't know," I said happily, "but they taste really good," I added, biting into several of them.

My companion looked at me strangely. She leaned over me and examined my eyes. Then she looked carefully at the other diners, and exclaimed with great confidence:

-I know what's going on here!