Un hijo visita a padre enfermo, quién aprovecha la ocasión para despedirse de él, consciente de que sus fuerzas no le alcanzarán para ver nacer un nuevo día. Con su último aliento, pronuncia entre llanto, una última palabra para decirle adiós. Esta poesía captura esa escena.
Una lágrima recorre el camino que antes surcaran las alegrías. El sendero de flores amarillas se ha marchitado bajo la fuerza del sol, secuaz del tiempo y la espada.
Reposa el gigante de huesos secos en su descanso de paja. Su piel se ha hecho cristal en el crisol del dolor. A diario le traen su porción de llanto y sacia su hambre de paz.
Ya no queda arena en el reloj, es el turno de la arrogancia para hacer su jugada. Los ecos de las aves retumban en las cavernas; palomas mensajeras que pregonan lo que todos saben.
El árbol alcanforero saluda al viento con su rama nueva. Su tronco se hace grueso, sus raíces se hunden profundo en la tierra. Pronto las golondrinas tendrán un nuevo refugio.
Su aroma refrescante se esparce, se siente plácidamente. La mano seca del gigante se extiende, buscando frotar el brote de su orgullosa progenie.
Recuerdos y besos son la recompensa sobre la mesa, la apuesta está en alto aunque el juego esté perdido. El quebranto es un árbitro duro.
Un adiós inminente alimenta el miedo, tú alimentas al miedo en el tazón de la esperanza. La resignación ahuyenta al sufrimiento como el trueno espanta al ciervo en el campo.
La última palabra se dice siempre en voz baja. Se dice despacio y con esfuerzo. Es el acto final del gigante de huesos secos. Su bandera blanca en la lucha, su rendición ante la derrota.
Recorre una lágrima el sendero de flores amarillas, riega con su sal el maltrecho jardín. En lo profundo de la montaña se oye un trueno sin que haya nubes de tormenta.
Un oscuro sueño pone fin a la agonía, el gigante se ha dormido. El reloj da vuelta y comienza soltar de nuevo la arena. Esperará el momento en que se pongan de pie, robustos y gruesos, los huesos secos.
Gracias a estos testigos por su apoyo constante y orientación, ustedes merecen un voto de confianza: @guiltyparties @enginewitty @thealliance @c0ff33a
A son visits his sick father, who takes the opportunity to say goodbye to him, aware that his strength will not be enough to see the birth of a new day. With his last breath, he pronounces a last word in tears to say goodbye. This poem captures that scene.
A tear runs down the path that joys once trod. The path of yellow flowers has withered under the force of the sun, the minion of time and the sword.
The giant of dry bones rests in his rest of straw. His skin has become crystal in the crucible of pain. Daily they bring him his portion of weeping and satiate his hunger for peace.
There is no sand left on the clock, it is arrogance's turn to make its move. The echoes of birds echo in the caverns; carrier pigeons that proclaim what everyone knows.
The camphor tree greets the wind with its new branch. Its trunk grows thick, its roots sink deep into the earth. Soon the swallows will have a new shelter.
Its refreshing scent spreads, placidly felt. The giant's withered hand reaches out, seeking to rub the bud of its proud progeny.
Memories and kisses are the reward on the table, the stakes are high though the game is lost. Brokenness is a harsh referee.
An impending goodbye feeds fear, you feed fear in the bowl of hope. Resignation drives away suffering as thunder scares the deer in the field.
The last word is always said softly. It is said slowly and with effort. It is the final act of the dry-boned giant. His white flag in the struggle, his surrender in the face of defeat.
A tear runs down the path of yellow flowers, waters the battered garden with its salt. Deep in the mountain a thunder is heard without storm clouds.
A dark sleep ends the agony, the giant has fallen asleep. The clock turns and begins to release the sand again. It will wait for the moment when they stand up, sturdy and thick, dry bones.
Thanks to these witnesses for their constant support and guidance, you deserve a vote of confidence: @guiltyparties @enginewitty @thealliance @c0ff33a
https://dline.xyz/latinoromano
Escrito original de G. J. Villegas @latino.romano
Enlaces patrocinados
