Desafiando los protocolos, la belleza de ser auténtico. / Defying protocols, the beauty of being authentic. ESP./EN.

Desafiando los protocolos, la belleza de ser auténtico.	Defying protocols, the beauty of being authentic.
Pronto: Qué vergüenza. Una de las cosas más importantes que hay para algunas personas es la apariencia y lo que las demás personas piensen de ellas. Y cada vez es más común esta situación, sobre todo en las personas jóvenes que ahora siempre están buscando la aprobación de terceros de alguna manera. Por eso, uno ve a los jóvenes muy preocupados por su forma de vestir, por cómo llevan el pelo, por el tipo de zapatos y de ropa que usan, y en el caso de las mujeres es peor la situación, ya que no solo se preocupan por su ropa, sino por el hecho de estar al día con las nuevas modas y apariencias que se imponen a través de las redes sociales. Así vemos a las jóvenes preocupadas por el tipo de pintura de uñas, por tener la figura adecuada que se impone en los medios, y vemos inclusive a muchachas hermosas, empeñadas en operarse los senos, los glúteos y ponerse bótox en los labios, pensando que así se verán más hermosas. Sin embargo, cuando uno las ve en la calle, aunque llamen mucho la atención con su figura, cuando uno las detalla, uno se da cuenta de que no está viendo a una mujer hermosa y bien dotada, sino más bien a una chica plástica, hecha de silicona. En mi caso, cuando veo a ese tipo de personas, ya sean hombres o mujeres, adoptando esas actitudes, cambiando su cuerpo quirúrgicamente y preocupándose constantemente de lo que la gente piense de ellos y de su apariencia, lo que me dan es lástima, debido a que pienso en el poco valor que se dan a sí mismos y la falta de personalidad que poseen. Yo recuerdo mucho una situación en la que querían obligarme a actuar y vestirme de cierta manera por un acto de protocolo. Ese fue el día de mi primera graduación en la universidad, el día que iba a recibir mi primer título universitario, y no me querían dejar entrar al evento, ya que estaba con pantalones de mezclilla, una camisa, una chaqueta y zapatos de cuero. Y todo el mundo se estaba quejando de mi apariencia, ya que debía usar un traje por estar en un evento de protocolo. Para poder entrar, tuve que ponerme la toga y el birrete. Sin embargo, aún ponían problema, ya que por mi altura se veía la mitad de mis piernas y había gente del protocolo y unos profesores que se estaban quejando. Finalmente, la vicerrectora dijo que me dejaran pasar a recibir mi título, y cuando pasé junto a ella y la saludé, ella me dijo: “A mí también me aburre estar con este vestido y estos tacones, pero a diferencia tuya, por mi cargo, a mí me toca pasar por este fastidio, sin poder hacer nada”. Le di un beso en la mejilla y fui a sentarme. Pero cuando me iba, el Rector dijo: “Con estos izquierdistas y anarquistas siempre es el mismo cuento”. Y eso bastó para hacerme realizar un acto de rebeldía. Y cuando llamaron a los estudiantes mención cum laude, el Rector me nombró de octavo, y todos los compañeros que iban delante de mí marchaban con un paso de ceremonia, uno detrás del otro, dando las gracias y saludando al público. Cuando me tocó subir a la tarima, el Rector me vio y lo primero que dijo fue: “Qué vergüenza”. Mientras la vicerrectora reía y varios compañeros aplaudían. Y lo que pasó es que subí descalzo y con los pantalones de mezclilla doblados hasta las rodillas. Cuando la vicerrectora me dio el título y después de haber saludado a todos los profesores que estaban en la tarima y al padrino de mi promoción, me volteé, saludé al público y les dije: “Este título lo recibí por mis estudios y por un esfuerzo personal, y lo que me hará un buen profesional no es la ropa, ni el anillo de hora, sino mi calidad personal y laboral; yo no creo en las apariencias, creo en la gente y en lo que realmente son”. Y aunque el rector y otros profesores burgueses veían ese acto como una vergüenza a la institución universitaria y hacia ellos, yo lo vi y lo viví como un acto de rebeldía y de posición personal en contra de un protocolo que todavía considero absurdo, aunque para otras personas sea un acto primordial. Gracias por leerme.	Soon: What a shame. One of the most important things there is for some people is appearance and what other people think about them. And this situation is becoming more and more common, especially in young people who are now always looking for approval from third parties in some way. Therefore, one sees young people very worried about the way they dress, how they wear their hair, the type of shoes and clothes they wear, and in the case of women the situation is worse, since they not only worry about their clothes, but about the fact of being up to date with the new fashions and appearances that are imposed through social networks. This is how we see young women worried about the type of nail painting, about having the right figure that is imposed in the media, and we even see beautiful girls, bent on having breast surgery, buttocks and botox on their lips, thinking that this way they will look more beautiful. However, when one sees them on the street, although they attract a lot of attention with their figure, when one details them, one realizes that one is not seeing a beautiful and well-endowed woman, but rather a plastic girl, made of silicone. In my case, when I see those kind of people, whether they are men or women, adopting those attitudes, changing their body surgically and constantly worrying about what people think about them and their appearance, what they give me is pity, because I think about the little value they give to themselves and the lack of personality they possess. I remember very much a situation in which they wanted to force me to act and dress in a certain way for an act of protocol. That was the day of my first graduation at the university, the day I was going to receive my first university degree, and they didn't want to let me enter the event, since I was wearing denim pants, a shirt, a jacket and leather shoes. And everyone was complaining about my appearance, since I had to wear a suit because I was at a protocol event. In order to get in, I had to put on my cap and gown. However, they still posed a problem, since half of my legs were visible because of my height and there were people from the protocol and some teachers who were complaining. Finally, the vice-rector said to let me in to receive my degree, and when I passed by her and greeted her, she said to me: “It bores me too to be in this dress and these heels, but unlike you, because of my position, I have to go through this hassle, unable to do anything.” I kissed her on the cheek and went to sit down. But when I was leaving, the Rector said: "With these leftists and anarchists it's always the same story.” And that was enough to make me perform an act of rebellion. And when they called the students cum laude mention, the Rector named me eighth, and all the classmates who were in front of me were marching with a ceremonial step, one after the other, thanking and greeting the audience. When it was my turn to get on the stage, the Rector saw me and the first thing he said was: “What a shame.” While the vice-rector laughed and several colleagues applauded. And what happened is that I went up barefoot and with my denim pants folded up to my knees. When the vice-rector gave me the title and after having greeted all the teachers who were on the stage and the godfather of my promotion, I turned around, greeted the audience and told them: “I received this title for my studies and for a personal effort, and what will make me a good professional is not the clothes, nor the time ring, but my personal and work quality; I don't believe in appearances, I believe in people and who they really are.” And although the rector and other bourgeois professors saw that act as a disgrace to the university institution and towards them, I saw and lived it as an act of rebellion and personal position against a protocol that I still consider absurd, although for other people it is a primordial act. Thanks for reading me.

Desafiando los protocolos, la belleza de ser auténtico.

Defying protocols, the beauty of being authentic.

Pronto: Qué vergüenza.

Una de las cosas más importantes que hay para algunas personas es la apariencia y lo que las demás personas piensen de ellas. Y cada vez es más común esta situación, sobre todo en las personas jóvenes que ahora siempre están buscando la aprobación de terceros de alguna manera.

Por eso, uno ve a los jóvenes muy preocupados por su forma de vestir, por cómo llevan el pelo, por el tipo de zapatos y de ropa que usan, y en el caso de las mujeres es peor la situación, ya que no solo se preocupan por su ropa, sino por el hecho de estar al día con las nuevas modas y apariencias que se imponen a través de las redes sociales.

Así vemos a las jóvenes preocupadas por el tipo de pintura de uñas, por tener la figura adecuada que se impone en los medios, y vemos inclusive a muchachas hermosas, empeñadas en operarse los senos, los glúteos y ponerse bótox en los labios, pensando que así se verán más hermosas.

Sin embargo, cuando uno las ve en la calle, aunque llamen mucho la atención con su figura, cuando uno las detalla, uno se da cuenta de que no está viendo a una mujer hermosa y bien dotada, sino más bien a una chica plástica, hecha de silicona.

En mi caso, cuando veo a ese tipo de personas, ya sean hombres o mujeres, adoptando esas actitudes, cambiando su cuerpo quirúrgicamente y preocupándose constantemente de lo que la gente piense de ellos y de su apariencia, lo que me dan es lástima, debido a que pienso en el poco valor que se dan a sí mismos y la falta de personalidad que poseen.

Yo recuerdo mucho una situación en la que querían obligarme a actuar y vestirme de cierta manera por un acto de protocolo. Ese fue el día de mi primera graduación en la universidad, el día que iba a recibir mi primer título universitario, y no me querían dejar entrar al evento, ya que estaba con pantalones de mezclilla, una camisa, una chaqueta y zapatos de cuero.

Y todo el mundo se estaba quejando de mi apariencia, ya que debía usar un traje por estar en un evento de protocolo. Para poder entrar, tuve que ponerme la toga y el birrete. Sin embargo, aún ponían problema, ya que por mi altura se veía la mitad de mis piernas y había gente del protocolo y unos profesores que se estaban quejando.

Finalmente, la vicerrectora dijo que me dejaran pasar a recibir mi título, y cuando pasé junto a ella y la saludé, ella me dijo: “A mí también me aburre estar con este vestido y estos tacones, pero a diferencia tuya, por mi cargo, a mí me toca pasar por este fastidio, sin poder hacer nada”. Le di un beso en la mejilla y fui a sentarme.

Pero cuando me iba, el Rector dijo: “Con estos izquierdistas y anarquistas siempre es el mismo cuento”. Y eso bastó para hacerme realizar un acto de rebeldía.

Y cuando llamaron a los estudiantes mención cum laude, el Rector me nombró de octavo, y todos los compañeros que iban delante de mí marchaban con un paso de ceremonia, uno detrás del otro, dando las gracias y saludando al público.

Cuando me tocó subir a la tarima, el Rector me vio y lo primero que dijo fue: “Qué vergüenza”. Mientras la vicerrectora reía y varios compañeros aplaudían. Y lo que pasó es que subí descalzo y con los pantalones de mezclilla doblados hasta las rodillas.

Cuando la vicerrectora me dio el título y después de haber saludado a todos los profesores que estaban en la tarima y al padrino de mi promoción, me volteé, saludé al público y les dije: “Este título lo recibí por mis estudios y por un esfuerzo personal, y lo que me hará un buen profesional no es la ropa, ni el anillo de hora, sino mi calidad personal y laboral; yo no creo en las apariencias, creo en la gente y en lo que realmente son”.

Y aunque el rector y otros profesores burgueses veían ese acto como una vergüenza a la institución universitaria y hacia ellos, yo lo vi y lo viví como un acto de rebeldía y de posición personal en contra de un protocolo que todavía considero absurdo, aunque para otras personas sea un acto primordial.

Gracias por leerme.

Soon: What a shame.

One of the most important things there is for some people is appearance and what other people think about them. And this situation is becoming more and more common, especially in young people who are now always looking for approval from third parties in some way.

Therefore, one sees young people very worried about the way they dress, how they wear their hair, the type of shoes and clothes they wear, and in the case of women the situation is worse, since they not only worry about their clothes, but about the fact of being up to date with the new fashions and appearances that are imposed through social networks.

This is how we see young women worried about the type of nail painting, about having the right figure that is imposed in the media, and we even see beautiful girls, bent on having breast surgery, buttocks and botox on their lips, thinking that this way they will look more beautiful.

However, when one sees them on the street, although they attract a lot of attention with their figure, when one details them, one realizes that one is not seeing a beautiful and well-endowed woman, but rather a plastic girl, made of silicone.

In my case, when I see those kind of people, whether they are men or women, adopting those attitudes, changing their body surgically and constantly worrying about what people think about them and their appearance, what they give me is pity, because I think about the little value they give to themselves and the lack of personality they possess.

I remember very much a situation in which they wanted to force me to act and dress in a certain way for an act of protocol. That was the day of my first graduation at the university, the day I was going to receive my first university degree, and they didn't want to let me enter the event, since I was wearing denim pants, a shirt, a jacket and leather shoes.

And everyone was complaining about my appearance, since I had to wear a suit because I was at a protocol event. In order to get in, I had to put on my cap and gown. However, they still posed a problem, since half of my legs were visible because of my height and there were people from the protocol and some teachers who were complaining.

Finally, the vice-rector said to let me in to receive my degree, and when I passed by her and greeted her, she said to me: “It bores me too to be in this dress and these heels, but unlike you, because of my position, I have to go through this hassle, unable to do anything.” I kissed her on the cheek and went to sit down.

But when I was leaving, the Rector said: "With these leftists and anarchists it's always the same story.” And that was enough to make me perform an act of rebellion.

And when they called the students cum laude mention, the Rector named me eighth, and all the classmates who were in front of me were marching with a ceremonial step, one after the other, thanking and greeting the audience.

When it was my turn to get on the stage, the Rector saw me and the first thing he said was: “What a shame.” While the vice-rector laughed and several colleagues applauded. And what happened is that I went up barefoot and with my denim pants folded up to my knees.

When the vice-rector gave me the title and after having greeted all the teachers who were on the stage and the godfather of my promotion, I turned around, greeted the audience and told them: “I received this title for my studies and for a personal effort, and what will make me a good professional is not the clothes, nor the time ring, but my personal and work quality; I don't believe in appearances, I believe in people and who they really are.”

And although the rector and other bourgeois professors saw that act as a disgrace to the university institution and towards them, I saw and lived it as an act of rebellion and personal position against a protocol that I still consider absurd, although for other people it is a primordial act.

Thanks for reading me.

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edgerik (69) 2 days ago

Es muy interesante tu reflexión sobre las apariencias y cómo estás influyen en las personas, especialmente en los jóvenes.
Es cierto que vivimos en una sociedad donde la aprobación externa parece tener un peso desproporcionado, y eso lleva a muchos a buscar cambios que no necesariamente reflejan quiénes son realmente.
Tu postura y tus palabras dejaron un mensaje claro y poderoso, mostrando que lo importante es ser fiel a uno mismo y valorar lo que realmente importa.

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osomar357 (71) 2 days ago

Hola, buen día.
Estaba buscando fotos de la primera graduación, debo pedir esas imágenes a una amiga.
Gracias por el comenatrio.
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bot-bdbhueso (47) 2 days ago

Uses: 1/36
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