El sonido de la puerta que rechina
hace saltar a mis recuerdos de niña.
Como en un cuento,
la magia se apodera de mis sentidos.
Un rayo luminoso se introduce por la rendija
y llena mis sábanas de colores.
Las jirafas adornadas salen a bailar con los monos...
En el papel tapis que cubre la pared de mi cuarto
hay una granja que amanece entre bullicios.
Los cerdos tienen alas
y las gallinas son rosadas y alborotadas.
Una mujer con un cintillo amarillo
echa maíz en la tierra mojada,
y un hombre con manos de árbol
siembra la vida en ella.
Hay un pozo en el centro de mi cuarto.
En él, están nadando unos patos con sombreros.
Los miro desde arriba y me saludan.
Sus plumajes plateados desprenden polvillo para volar.
Observo mi cuerpo invadido por estrellas
que me invitan a surcar el cielo.
Vuelo, vuelo!!
Una litera de madera se convierte en un barco de piratas.
Dos enanos, uno moreno y otro pelirrojo,
van conmigo a cruzar los océanos furiosos.
Soy la capitana de una gran aventura!!
Soy la doncella y la malvada hada.
He ido y venido a mil confines de la tierra.
He viajado a los remotos lugares del firmamento.
He conocido millones de formas de existencia.
Puedo seguir y seguir.
Puedo soñar y soñar...
Un beso tibio llega hasta mi frente y me despierta,
junto a la nueva brisa que me acaricia.
El día está alegre y yo con él.
No hay límites para los sueños infantiles.
Volver a ellos es renacer.