
Aunque es evidente que noviembre terminó, al igual que la iniciativa de ese mes de esta comunidad, no pude dejar de participar, pues algunos temas nos animan a compartir lo que hemos aprendido con el pasar del tiempo y las experiencias vividas en ellos, además de llamarnos a la reflexión.
Comenzaré con algunas anécdotas familiares respecto a este interesante tema. En mi casa había dos extremos: el de acumular, tal vez no comprar por impulso, pero sí acumular, y estaba la otra parte, la que para tirar la basura no lo pensaba, a veces hasta sin ver que tiraba.
Mi abuela era una experta para botar a veces, sin preguntar, y por ello en ocasiones dejó inoperativo o medio dañado algún artefacto, pero esa actitud para disponer de lo dañado o roto la considero sana, a veces hasta regalar a alguien más algo que funciona, pero que ya no usamos y que solo ocupa espacio en el hogar, espacio que puede ser utilizado por algún otro artefacto o simplemente estar vacío para guardar algo que sí utilizamos.

En la otra esquina estaba mi madre; no la recuerdo como alguien que compra por impulso, al menos no siempre, pero sí como una acumuladora, al punto de no recordar todo lo que tenía en su habitación, y además era de las que se negaba a usar, lo que me hizo preguntarle más de una vez: "¿Entonces para qué lo compraste?".
Cuando mi madre murió, fue impresionante la tarea de desocupar lo que alguna vez fue su habitación porque cada vez que arreglaba algo, primero recordaba que para ella era algo preciado, pero, por otro lado, era algo que tal vez se había negado a utilizar y se quedó sin disfrutar.
Todo esto me hizo reflexionar, además de que, al ser la única mujer en casa, me percaté de que muchas veces tenemos cosas que no usamos, que llenan espacio y además, que hay que limpiar a veces con regularidad.

Así que desde hace tiempo, cuando veo algo en la calle que me gusta y que estoy muy tentada a comprar, me detengo un momento y me pregunto seriamente: ¿de verdad lo necesito? ¿es algo útil o solo un capricho? ¿hay dónde guardarlo? ¿es algo que genera más limpieza? Hacerme estas preguntas me ha ayudado mucho cuando estoy muy tentada a comprar algo y me ha servido de freno.
Debo confesar que en estas fechas lo que amo comprar son adornos para mi árbol de Navidad; es mi delirio, De hecho, fue algo que tuve que hacer cuando cambié mi árbol, ya que al cambiar uno de aproximadamente 1.50 metros a uno de 2.10 metros, tenía que comprar más adornos. Luego, el tema ha sido comprarle adornos de diversos tonos para intercambiarlos en años, pero al ser grande ha sido complicado, mas no imposible, pero eso implica tener espacio para guardar el árbol y todos los adornos.
Así que algunas cosas que tenía en casa las llevé a otro lugar, como por ejemplo el nacimiento de mi madre, y lo armé en la oficina, que es un lugar en el que paso tiempo y en el que se usará; así desocupé y ahora solo queda organizar.

Al convertirme en toda una ama de casa, es todo un estímulo ingresar a uno de estos lugares en los que venden cosas del hogar y ni hablar de ventas de electrodomésticos; por ejemplo, actualmente deseo una olla eléctrica multifuncional, lo que me ha llevado a pensar dónde la colocaría, ya que la encimera de la cocina actualmente está un poco llena, así que hay que resolver dónde guardar algunas cosas, ya sea que venga la olla o no, ya que muchas veces el tener tantas cosas a la vista no solo resta, espacio, también genera ruido visual.
En resumen, creo que tener solo lo necesario en cada aspecto de nuestra vida es lo mejor que podemos hacer; solemos guardar ropa para cuando estamos más delgadas u otras cosas porque las podemos necesitar o comprar algo, utilizarlo una vez y luego verlo allí acumulando polvo. Así que antes de comprar, detente y pregúntate si de verdad lo necesitas.
Con estas líneas termina mi participación tardía en la iniciativa Usar MENOS para ganar MÁS
English version (click here)
Although November is clearly over, as is this community's initiative for that month, I couldn't help but participate, as some topics encourage us to share what we have learned over time and through our experiences, as well as prompting us to reflect.
I'll start with some family anecdotes related to this interesting topic. In my house, there were two extremes: one was hoarding, perhaps not buying on impulse, but hoarding nonetheless, and the other was not thinking twice about throwing things away, sometimes without even looking at what was being thrown away.
My grandmother was an expert at throwing things away, sometimes without asking, and because of this, she sometimes left appliances inoperable or half-broken. but I consider that attitude of disposing of damaged or broken items to be healthy, sometimes even giving away something that works but that we no longer use and that only takes up space in the home, space that can be used for another appliance or simply be empty to store something we do use.
In the other corner was my mother; I don't remember her as someone who bought on impulse, at least not always, but I do remember her as a hoarder, to the point where she couldn't remember everything she had in her room, and she was also one of those people who refused to use things, which made me ask her more than once, “Then why did you buy it?”
When my mother died, it was an overwhelming task to clear out what was once her room because every time I tidied something up, I remembered that it was something precious to her, but on the other hand, it was something she had perhaps refused to use and never got to enjoy.
All this made me reflect, and as the only woman in the house, I realized that we often have things we don't use, which take up space and also need to be cleaned regularly.
So for some time now, when I see something on the street that I like and am very tempted to buy, I stop for a moment and ask myself seriously: do I really need it? Is it something useful or just a whim? Is there anywhere to store it? Is it something that will create more cleaning? Asking myself these questions has helped me a lot when I am very tempted to buy something and has served as a brake.
I must confess that at this time of year, what I love to buy are decorations for my Christmas tree; it's my obsession. In fact, it was something I had to do when I changed my tree, as when I switched from one that was approximately 1.50 meters tall to one that was 2.10 meters tall, I had to buy more decorations. Then, the issue was buying decorations in different colors to swap them around over the years, but since the tree is large, it has been complicated, though not impossible, but that means having space to store the tree and all the decorations.
So I took some things I had at home to another place, such as my mother's nativity scene, and set it up in the office, which is a place where I spend time and where it will be used; that way I cleared some space and now all that's left is to organize.
Now that I'm a full-time homemaker, it's really exciting to go into one of those stores that sell household items, not to mention appliance sales. For example, I currently want a multifunctional electric pot, which has led me to think about where I would put it, since the kitchen counter is currently a bit full. So, I have to figure out where to store some things, whether the pot comes or not, since often having so many things in sight not only takes up space, but also creates visual noise.
In short, I think that having only what we need in every aspect of our lives is the best thing we can do. We tend to keep clothes for when we are thinner or other things because we may need them or buy something, use it once, and then see it there gathering dust. So before you buy, stop and ask yourself if you really need it.
With these lines, I conclude my belated participation in the initiative Use LESS to earn MORE



Sending you some Ecency curation votes!
!PIZZA
!INDEED
$PIZZA slices delivered:
@melinda010100(7/15) tipped @actioncats
Join us in Discord!
Realmente son polos opuestos, pero en algún punto el término medio aparece, sea porque alguno de los dos (o ambos) ya no estén.
Mi madre solía tener muchas cosas para una "ocasión especial" sobre todo prendas, hasta que un día entraron a robar en la casa y se las llevaron, sin que ella las disfrutara. Desde ese momento, me empeñé en que usara ¡todo! saqué un juego de cubiertos que según ella, guardaba para cuando yo me casara, y pues como era para mi, dispuse de él de una vez.
Considero que tener una infancia llena de carencias la llevaba a eso, pero progresivamente fui cambiándole el chip, y también el mio.
Gracias por participar en nuestra iniciativa, que igualmente sigue abierta, pues nosotros cerramos para los incentivos, pero los post con los temas propuestos, siguen siendo bienvenidos.
Tienes toda la razón, es increíble la cantidad de cosas que a veces uno compra o guarda y al final nunca usa 😬🙄🥴. Por lo menos se les puede sacar provecho vendiendo algunas de ellas.