Los trenes aquí son un desastre y las bicicletas deberían dominar el tránsito; Buenos Aires pese a los esfuerzos de los últimos años no está preparada para ese tipo de movilidad, principalmente porque aquí se usa el automóvil hasta para ir a comprar al quiosco que está a una cuadra. Por supuesto esto último es una exageración, pero es una licencia que me tomo para demostrar que la costumbre de usar el automóvil está extraordinariamente arraigada, lamentablemente.
Respecto al tango, ciertamente se ha perdido enormemente el gusto por una música que en otras partes del mundo es considerada de alta calidad y por supuesto muy valorada, pero hay algunos pequeños bolsones de inquietos jóvenes que han aprendido a bailarlo y algunos hasta se animan a componer y cantar. Por supuesto la época de oro del tango ha pasado y seguramente no volverá, pero todavía hay academias y lugares donde ir a bailar, sorprende a muchos ver que no solamente va gente mayor.
Respecto a la arquitectura estoy totalmente de acuerdo y con relación a que los venezolanos desayunan cosas saladas, me hiciste recordar cuando conocí a @vgalue, éramos compañeros de trabajo y cada mañana, cuando llegaba a la oficina, traía su hamburguesa, empanada u otra comida salada que me dejaba pasmado, no podía entender como comía esas cosas tan temprano.
Me gustó mucho tu publicación. Muchas gracias!
Creáme que lo mismo nos pasa a los venezolanos con el desayuno dulce. Mis hijos comen salado en casa antes de salir a clases y luego en sus escuelas se comen el dulce. Ha sido la manera de poder hacer que convivan en ambas culturas sin crear conflictos.
En cuanto a los trenes, yo agradezco que existan, así sean un desastre. En la Venezuela que yo dejé, la gente se transportaba en camiones de carga, y más de uno perdió la vida por la inseguridad de montarse donde se supone va la arena, tierra, bolsas de cemento y demás, todo porque la crisis ha desmontado el sistema de transporte, al no tener repuestos, combustible o ambas cosas. Ante eso, prefiero ir en el tren, así sea pegada contra la puerta.
Y en cuanto al tango, he visto jóvenes bailarlo, pero es académico. En la escuela de mis hijos, ni siquiera se animan a ponerles la música para que la conozcan, y eso es un tanto triste.
jaja, empanadas a las 8am de desayuno
y me olvidé de las arepas!
Hay que invitarle una empanada de pabellón, y lo haremos cambiar de bando! jajaja