Ir a una cala a observar el atardecer el día de un eclipse suena como un panorama que definitivamente no se hace todos los días. Al leer tu relato primero pensé que también me habría gustado algo de tambores al final, como algo más ceremonial, pero luego lo pensé un poco más y creo que esa pasividad, esa tranquilidad iba más con el lugar y el espíritu local.
Gracias por llevarme a Ibiza esta tarde. Saludos.
Gracias a vos por comentar y prestar atención a mi escrito! Un abrazo