El último cocido montañés lo comí en Potes y me supo a gloria. He conocido algunos balnearios, aunque, la verdad, no soy muy aficionado a ellos. Uno que me impresionó, por su lujo y fama, fue el de Mondariz, en Pontevedra, en cuyas inmediaciones, están, además, algunos restos muy interesantes de un antiguo monasterio románico. Y por supuesto, las termas de Orense, que, a juzgar por el humo que salía, debían rondar también los 30 ó 35 grados.
You are viewing a single comment's thread from: