I choose the full color palette - Initiative #11 Iris's things / Elijo a la paleta de colores completa - Iniciativa #11 Las cosas de Iris (eng-esp)

in Green zone4 days ago

Hello, my friends from Green Zone

I think this is the first time I've participated in the Iris's Things initiative, and I'm taking the opportunity to write about it again in the community.

I love the countryside. I have many of my best memories at my family's home or at the rural schools during my time as a student.

I remember those afternoons by the rivers. Those sunrises with the sun chasing away the darkness and the fog as it appeared behind the mountains.
Those are images I'll never forget.

However, I am a city woman. As much as I love and appreciate my rural roots, my heart and soul are in the city.

From technology to the main personal and professional activities I pursue are all related to the city. I couldn't do anything I love if I lived in the countryside.

Something I love about the city are the buildings. I'm fascinated by buildings and living high up. Of course, it has its setbacks. If the power goes out or the elevator breaks down, I have to take the stairs. But it's not something that bothers me now. Maybe when I'm an old woman, it will. But I'll still love the view of the sunset over the sea, seen from several floors up.

I love large windows, colonial buildings, stained-glass windows. These are things you don't see very often in the countryside.

I like watching people go by, hearing their mingled voices, the colors of the city, its noise. It makes me feel like the city is alive and moving. Back in Paris, I enjoyed all this I'm telling you. Paris could be called confirmation that I'm a city rat, not a country rat.

However, in the city, I prefer those places where remnants of the countryside that once existed still exist. I love those parks populated by tall trees on the riverbanks. I like the freshness that this color and coolness bring to the city.

Things are just as good when they're in black and white, when we go to extremes, as when we look at the rest of the palette of tones or mix colors. Life is richer when we see it through fusion. Just as we ourselves are: an immense mish-mash of cultures and traditions.


Leer en español


Hola, amigos míos de Green Zone

Creo que es la primera vez que participo en la iniciativa de Las cosas de Iris y me aprovecho para escribir nuevamente en la comunidad.
A mí me encanta el campo. Varios de mis mejores recuerdos los tengo en casa de mi familia o en las escuelas al campo de mi etapa estudiantil.

Recuerdo aquellas tardes en los ríos. Aquellos amaneceres con el sol ahuyentando a la oscuridad y a la niebla mientras aparecía por detrás de las montañas.
Aquellas son imágenes que nunca olvidaré.

Sin embargo, soy una mujer de la ciudad. Por más que me guste y ame mis raíces rurales, mi corazón y mi alma está en la ciudad.
Desde la tecnología hasta las principales actividades personales o profesionales que realizo están relacionadas con la ciudad. No podría hacer nada de lo que amo hacer si viviera en el campo.

Algo que me encanta de la ciudad son los edificios. Me fascinan los edificios, vivir en la altura. Claro que tiene sus contratiempos. Si se va la electricidad o se rompe el ascensor, me toca subir las escaleras. Pero no es algo que me moleste ahora. Quizás cuando sea una anciana sí. Pero igual seguiré amando la vista de la puesta del sol en el mar, contemplado desde la altura de varios pisos.

Adoro los grandes ventanales, las construcciones coloniales, los vitrales. Son cosas que no se ven en el campo con mucha frecuencia.
Me gusta ver a la gente pasar, escuchar sus voces mezcladas, los colores de la ciudad, su ruido. Eso hace que sienta que la ciudad está viva y en movimiento. Allá en París me di gusto con todo esto que les cuento. París podría llamarse una confirmación de que soy una ratona de ciudad y no del campo.

Sin embargo, de la ciudad prefiero aquellos lugares donde aún quedan restos del campo que hubo antes. Adoro esos parques poblados con grandes árboles a la ribera del río. Me gusta la frescura que le aporta ese colorido y frescor necesario a la ciudad.

Es que las cosas cuando son en blanco y negro, cuando vamos a los extremos, no son tan buenas como cuando miramos el resto de la paleta de tonalidades o mezclamos los colores. La vida es más rica cuando la vemos desde la fusión. Así como lo somos nosotros mismo: un inmenso ajiaco de culturas y tradiciones.