Mi madre en 1943.
Recordando cuidados de mi madre en mis convalecencias.
Debido a problemas confrontados como consecuencia de un adenocarcinoma prostático que data de febrero de 2022, he venido siendo atendido y asistido muy bien por una dama con experiencia. Esta circunstancia me ha obligado a desactivarme en alto grado de mis apariciones en la red social Hive.
En situaciones como esta no dejo de extrañar las atenciones de mi madre Cecilia en distintas etapas de mi vida pues durante mi infancia ella se dedicaba por completo a procurar el restablecimiento de mi salud, y yo aprovechaba para disfrutar de las complacencias de mi mamá Cecilia quien se desvivía en su empeño. Una simple gripe era motivo de alarma.
Me encantaba verla llegar con panes enormes de Valle de la Pascua , algunos con figuras de animales, allá en los años sesenta. Igualmente, me compraba chupetas, caramelos y pequeños juguetes que me servirían para después de la enfermedad y, también me regalaba monedas de real, medio, lochas y centavos.
Lo que me resultaba extraño era que después que me curaba yo pretendía seguir disfrutando de todas esas bondades que me prodigaba mamá, pero ella, con voz autoritaria me decía:
-Usted ya se curó.
Cuando crecí y me enfermaba, la disposición de mi madre era la misma aun cuando yo tuviera 18, 30, 40 o 50 años, su atención era siempre similar, y nunca faltaban los panes dulces grandes que yo comía con guarapo o café con leche.
A veces quisiera que la muchacha que me cuida me hiciera cariño y me cantara con la ruidosa y desafinada voz de mi madre, pero me quedo callado.
La última vez que mi madre me atendió una afección fue en 1998 cuando me dio una bronquitis aguda y siempre su forma de tratamiento fue la misma aunque ya no me daba monedas, sino billetes de baja monta. No me enfermé más, y ella murió en 2002.
Las canciones eran las mismas de cuando yo era niño o adolescente, y las sopas de pollo o de plátano verde eran infalibles. No valía rechazar pese a que ella usaba ajo machacado, sabor no muy agradable, pero ella decía que curaba.
Gracias a Dios que poco a poco voy volviendo a la vida, pero ni me imaginaba lo delicado y angustioso que es enfermarse de esta glándula.
Permanezco en reposo, y no dejo de recordar los servicios de mi querida madre.
Remembering my mother's care during my convalescence.
Due to problems encountered as a result of a prostatic adenocarcinoma dating back to February 2022, I have been being cared for and assisted very well by an experienced lady. This circumstance has forced me to disable myself to a high degree from my appearances on the Hive social network.
In situations like this, I miss the attentions of my mother Cecilia at different stages of my life, because during my childhood she was completely dedicated to the restoration of my health, and I took advantage of the complacencies of my mother Cecilia, who went out of her way to do so. A simple flu was cause for alarm.
I loved to see her arrive with huge loaves of bread from Valle de la Pascua, some with animal figures, back in the sixties. She would also buy me lollipops, sweets and little toys that would be useful for me after the illness, and she would also give me real, half, lochs and pennies.
What was strange to me was that after I was cured, I tried to continue enjoying all the good things that my mother lavished on me, but she would say to me in an authoritarian voice:
-You have been cured.
When I grew up and got sick, my mother's disposition was the same whether I was 18, 30, 40 or 50 years old, her attention was always the same, and there was never a lack of big sweet breads that I ate with guarapo or coffee with milk.
Sometimes I wish that the girl who takes care of me would make me love and sing to me in my mother's loud, off-key voice, but I keep quiet.
The last time my mother treated me for an ailment was in 1998 when I got acute bronchitis, and her treatment was always the same, although she no longer gave me coins, but small notes. I didn't get sick anymore, and she died in 2002.
The songs were the same as when I was a child or teenager, and the chicken or green banana soups were infallible. It was not worth refusing even though she used crushed garlic, not a very pleasant taste, but she said it cured.
Thank God that little by little I am coming back to life, but I had no idea how delicate and distressing it is to get sick with this gland.
I remain at rest, and I do not cease to remember the services of my dear mother.
Translated with DeepL.com (free version)
Se te desea que el tratamiento vaya bien y que te mejores pronto.
Ahí le vamos, profesor. Al menos, Hive me ha proporcionado los recursos para luchar, y no son nada económicos ni se consiguen. Son medicamentos de alto costo. A Dios le agradezco por todo.
Que todo vaya bien estimado @lecumberre. Cuídate. Un abrazote desde Maracay.