No hay ser humano en el mundo que aguante el trote de organizar la casa, hacer la comida, cuidar de los hijos, trabajar, inventarse y reinventarse, sin que la salud mental, física y emocional se vean afectados.
Casi siempre llegamos al final del día con la sensación de fracaso, de que debería tener más brazos, hacer más cosas, ser de acero.
Llegamos al final del día en débito, especialmente con nosotras mismas, con el cabello siempre preso en un moño, manos adoloridas, ojos cansados, es bien sabido que las madres siempre se dejan de ultimo.
Y los demás se aprovechan de nuestra vulnerabilidad, nuestro deseo de cuidar y acoger a los nuestros, manipuladas por el hecho de querer ser indispensables en un esfuerzo infinito por ser todo y es allí cuando vienen los dolores físicos y emocionales, el descuido de una misma en el cuidado de los otros.
Y la cuenta llega, nos tornamos insoportables, lloronas, estresadas, impacientes, sobrecargadas y enfermas.
Hay días en los que despierto y me siento impotente, insuficiente, que no alcanzo para nada. con esa sensación insoportable de tener cosas pendientes por hacer, sin darme cuenta de que me estoy exigiendo lo imposible, lo sobrehumano, de que no se trata de impotencia, sino de sobrecarga.
Es allí cuando pasas de ser una dulce y linda mujer a una persona insoportable, con personas a tu alrededor exigiendo que seas maravillosa al mismo tiempo que eficiente, perfecta en todo sentido. No da, no alcanza, este cuerpo no da para ser la madre, esposa y trabajadora perfecta al mismo tiempo.
Y la consecuencia de aceptar demasiadas cargas es el cansancio, hacer más de lo que se puede, de lo que se consigue y se soporta. El cansancio se puede convertir en depresión, si, depresión, esa enfermedad que nadie entiende pero que es una enfermedad como cualquier otra, que requiere atención y tratamiento.
Las mujeres insoportables necesitan ser cuidadas, porque ellas pueden estar en un precipicio, implorando un abrazo extendido dispuesto a ayudar. Ese es el mundo de las mujeres insoportables, un mundo sin apoyo, de no saber decir que no.
No sé en qué momento me convertí en una persona insoportable, pero lo soy, estoy irritada todo el día, con dolor de cabeza, mil cosas pendientes por hacer, y al final del día me veo en el espejo, y veo a una mujer cansada y deteriorada que solo quiere un día de paz, de consuelo, de apoyo. De no ser exigida de nada, y que la atendida sea yo.
There is no human being in the world who can stand the grind of organizing the house, making meals, taking care of the children, working, inventing and reinventing herself, without mental, physical and emotional health being affected.
We almost always come to the end of the day with a sense of failure, that I should have more arms, do more things, be made of steel.
We arrive at the end of the day in debit, especially with ourselves, with our hair always in a bun, sore hands, tired eyes, it is well known that mothers are always left last.
And others take advantage of our vulnerability, our desire to take care and welcome our loved ones, manipulated by the fact of wanting to be indispensable in an infinite effort to be everything and that is when the physical and emotional pains come, the neglect of ourselves in the care of others.
And the bill comes, we become unbearable, weepy, stressed, impatient, overloaded and sick.
There are days when I wake up and I feel impotent, insufficient, that I can't do anything, with that unbearable feeling of having things pending to do, without realizing that I am demanding the impossible, the superhuman, that it is not impotence, but overload.
That is when you go from being a sweet and beautiful woman to an unbearable person, with people around you demanding that you be wonderful and efficient at the same time, perfect in every way. It's not enough, this body is not enough to be the perfect mother, wife and worker at the same time.
And the consequence of accepting too many burdens is fatigue, doing more than you can, than you can achieve and bear. Tiredness can turn into depression, yes, depression, that illness that no one understands but that is an illness like any other, which requires attention and treatment.
Unbearable women need to be cared for, because they can be at a precipice, begging for an outstretched embrace willing to help. That is the world of unbearable women, a world of no support, of not knowing how to say no. I don't know at what point I became an unbearable woman.
I don't know at what point I became an unbearable person, but I am, I am irritated all day long, with a headache, a thousand pending things to do, and at the end of the day I look in the mirror, and I see a tired and deteriorated woman who only wants a day of peace, of comfort, of support. Not to be demanded of anything, and that I am the one who is taken care of.
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Imagem de Ulrike Mai por Pixabay
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Para combatir esas frustraciones que son cosas del oficio de ser madre, siempre me dedico tiempo a mi ya sea para ver una peli que quiero, salir y comer diferente o incluso tomarme tiempo para una ducha larga o arreglarme mi cabello o uñas, lo oficios puedes esperar unas horas pero mi paz mental no! Es buenondelegar responsabilidad en la pareja uno no es un robots.
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